De las partes del cuerpo que debemos cuidar para mantener un día a día más saludable, los dientes siempre se indican como una prioridad. Aunque a la población le cuesta seguir las recomendaciones de odontólogos para seguir las instrucciones de cepillados, enjuagues, hilos dentales y demás utensilios, es esencial mantener unos hábitos diarios de cuidado de la boca. Lo que quizá no sepamos es cómo mantener estas costumbres de forma correcta.
Estas arrancan desde primera hora del día, cuando nos levantamos. Una escena muy común en series y películas es la de personajes lavándose los dientes nada más salir de la cama, un hábito que quizá no realizamos con la frecuencia deseada o en general. Así lo detallan en la Clínica Dental Carrilet 100, un centro odontológico situado en L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona), donde recomiendan el cepillado para presentar una serie de ventajas.
“¿Me cepillo o desayuno primero? Mientras dormimos el flujo de saliva baja y las bacterias se multiplican, por eso te despiertas con mal aliento. Si desayunas sin cepillarte esas bacterias se alimentan de tu comida, liberan ácidos y esos ácidos son los que dañan tu esmalte y producen caries. Lo ideal es que te cepilles al levantarte, así eliminas todas las bacterias. Un tip adicional es que esperes 20 minutos después de desayunar para cepillarte”, expresaba la odontóloga Julia Licea.
Otra voz destacada en TikTok fue la de Carly Hall, hija de dentista y estudiante de odontología. La usuaria siguió muy de cerca distintos tipos de cuidados bucales para mantener nuestra dentadura libre de problemas. Sin embargo, su perspectiva como estudiante en la materia puede ser algo diferente a la de los ciudadanos de a pie, a nivel comparativo. Es por ello que llegó a listar varios hábitos comunes que ha dejado de hacer o que realiza de forma diferente.
Iniciativa bucal
El primero de ellos involucra uno de sus cítricos favoritos, el limón. Según cuenta, siempre exprimía el zumo de un limón sobre una rebanada de pan antes de comérsela. Su padre siempre le indicaba que no era buena idea, y no fue hasta que entró en Odontología que lo descubrió. El limón, siendo uno de los alimentos más ácidos que se pueden encontrar en nuestra dieta común, daña el esmalte de forma irreversible, siendo esta nuestra única capa de protección contra los problemas.
Tras recomendar reducir el consumo de sustancias ácidas para no perjudicar el esmalte, Carly Hall desmentía una tradición que se sigue de forma habitual en cuanto al lavado de los dientes. Siempre se dice que hay que lavarlos de inmediato tras una comida, pero según la estudiante hay que esperar hasta treinta minutos antes de hacerlo. De esta forma, nuestra saliva tiene tiempo de actuar como capa protectora que neutraliza los ácidos y aporta un plus de higiene y seguridad.


