El psicólogo David Corbera ha reflexionado, en uno de sus últimos videos subidos a sus redes sociales, sobre la importancia de reconciliarse con la propia historia familiar para alcanzar la paz interior. Según explica, muchas personas arrastran conflictos emocionales no resueltos con sus padres que condicionan su bienestar en la adultez. “Todos y cada uno de vosotros lleváis a vuestro padre y a vuestra madre internamente y hasta que no positivicéis esa imagen vais a tener un monstruo dentro que os persigue”.
Debemos positivizar la imagen interna de nuestros padres
Hay que saber quedarse con las cosas positivas para conseguir paz interior
David Corbera sostiene que esa falta de reconciliación se traduce en una lucha constante con el pasado. “Definís vuestra identidad en oposición a eso que fue, y por lo tanto esas personas siguen gobernando quiénes sois”, explica destacando que el rechazo o la negación de los progenitores, incluso de manera inconsciente, mantiene vivo el conflicto emocional.
Es importante entender el lado positivo de la madre que has tenido
Para el psicólogo, sanar no consiste en negar lo vivido ni en intentar ser lo contrario de quienes nos criaron. “Tú no sanas tratando de ser la madre que no tuviste. Sanas cuando entiendes el lado positivo de la madre que tuviste”, argumenta dejando claro que la verdadera transformación emocional surge cuando se logra reinterpretar la historia desde una mirada más compasiva y madura.
“El único problema es creer que los padres que tuvimos deberían de ser distintos a los que tuvimos”, dice Corbera. Según él, esa resistencia a aceptar lo ocurrido perpetúa el sufrimiento y hace que las personas repitan los mismos patrones de comportamiento. “Por eso repetimos las historias, porque tú sigues peleándote con tu pasado, creyendo que tendría que haber sido distinto en lugar de resignificarlo”.
El especialista propone cambiar el enfoque y hacerse preguntas más constructivas sobre la experiencia vivida. “Pensar: ¿qué puedo extraer de todo lo que me pasó que es válido para mí? ¿Cómo era mi madre conmigo? ¿Qué puedo recuperar de la personalidad de mi madre? Esas son las preguntas interesantes”, explica.
Por último, insiste en que “positivizar la imagen interna de nuestros padres no significa negar lo que hicieron”, sino aprender a reconocer el valor del aprendizaje que dejaron, por doloroso que fuera. De esta manera es posible reconciliarse con el pasado y dejar de vivir bajo su sombra

