Mantener una dieta saludable a lo largo de la vida representa un factor determinante para prevenir toda clase de enfermedades no transmisibles y trastornos, tal y como asegura la Organización Mundial de la Salud (OMS). Una alimentación sana se corresponde con aquella que sea equilibrada y variada, así como adaptada a las características de cada persona, como su edad, sus hábitos y su actividad física, según apunta la OMS. Sin embargo, la entidad señala algunos elementos clave y comunes, como son la importancia de consumir frutas, verduras, legumbres y cereales integrales, reducir la cantidad de sal diaria a menos de cinco gramos o priorizar las grasas no saturadas antes que las saturadas.
En el caso particular de las frutas y verduras, la recomendación de la OMS consiste en comer al menos 400 gramos diarios, los necesarios para lograr la ingesta mínima de fibra dietética y los nutrientes esenciales que aportan estos alimentos. Por otro lado, el consumo de grasas no debe exceder el 30% de las calorías diarias, para reducir el riesgo de padecer ciertas enfermedades y mantener un peso saludable, según indica la OMS. En cuanto a los azúcares, su ingesta debería estar por debajo del 10% de la ingesta calórica, aunque lo ideal sería de menos del 5%. “Los azúcares libres influyen en la tensión arterial y los lípidos séricos, y sugieren que una disminución de su ingesta reduce los factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares”. No obstante, lo principal para que estos hábitos alimenticios resulten efectivos es la constancia, ya que esto es lo que quedará reflejado a largo plazo.
Tu alimentación de hoy definirá tu salud de mañana
Una buena nutrición se define por un enfoque constante en la nutrición saludable, aseguran los especialistas de la British Association for Nutrition and Lifestyle Medicine. Las decisiones que se toman en torno a la alimentación conllevan un impacto directo en el funcionamiento del organismo y su recuperación, tanto a corto como, sobre todo, a largo plazo. Paloma Quintana, nutricionista, lo explica con un ejemplo comparativo: “Si hoy no te lavas los dientes, seguramente no pase nada, pero si no te lavaras los dientes durante un año, estarán destrozados; lo mismo pasa con tu alimentación”.
Esto se debe a que son los hábitos alimenticios los que van construyendo la salud de las personas a largo plazo. Aunque también la pueden deteriorar, advierte la nutricionista. “Tus decisiones de hoy con los que comes tendrán graves consecuencias dentro de un año”. De manera que aconseja comenzar lo antes posible a cuidar la alimentación y comprometerse con proporcionarle al cuerpo comidas saludables de forma constante.


