En muchas ocasiones, cuando alguien nos hace daño, transforma de manera irreversible el vínculo y la dinámica entre ambos. Tal como señaló el psicólogo Ángel Rull en una de sus últimas publicaciones en Instagram, red social en la que acumula más de 4.000 seguidores, el trauma no siempre deja cicatrices visibles y puede aparecer cuando quien debía protegerte fue quien más daño te hizo.
''Cuando quien debía cuidarte te dañó, tu sistema aprende a desconfiar incluso de ti misma. Eso también es trauma, pero puede sanar'', comenzó explicando el especialista en la plataforma de color rosa.
En una de las infografías que preparó y compartió, Rull señaló que, cuando alguien te grita durante tu infancia con la excusa de educarte, lo que realmente provoca es vergüenza, miedo y humillación. Por ejemplo, si tu madre te decía que tenías que contarle todo simplemente por ser tu progenitora, esto podía hacer que restaras importancia a la intimidad.
''Te decían que eras demasiado sensible, pero lo que hacías era intentar expresar tu malestar y nadie lo validaba. Te decían que lo hacían por tu bien, pero no te permitían decidir, poner límites o ser tú mismo sin miedo. El trauma a veces nace en lo cotidiano, en quien debía darte amor y seguridad. Y eso lo vuelve más confuso'', sentenció el creador digital en el post.
El trauma no se queda en el pasado
En otra publicación reciente, el especialista explicó que, lejos de lo que muchos piensan, el trauma no se queda en el pasado, sino que nos acompaña a diario, afectando a cómo pensamos, nos vinculamos y nos vemos a nosotros mismos.
''Las heridas de ayer pueden colarse en nuestras relaciones de hoy, haciéndonos sentir miedo, desconfianza o inseguridad incluso cuando no hay peligro. El trauma puede moldear nuestra identidad, hacernos creer que no somos suficientes o que tenemos que cambiar para ser aceptados'', matizó el experto.
El especialista señaló que las personas que han vivido momentos traumáticos suelen sentir culpa, lo que puede generar un gran estrés interior y pensamientos intrusivos que los acompañan a lo largo de su vida y hacen que se sientan desplazadas e incomprendidas.
A modo de conclusión, el profesional de la salud mental aseguró que reconocer el impacto del trauma es esencial para alcanzar el bienestar emocional: ''Reconocerlo es el primer paso para liberarnos de lo que no nos pertenece. Sanar significa recuperar la voz, la confianza y el derecho a ser quienes somos, sin las cadenas del dolor pasado''.

