El bienestar físico y emocional es esencial para sobrevivir a un mundo cada vez más complejo. Tal y como ocurre con el cuerpo, el cerebro sufre las consecuencias de un intenso día, y así sucesivamente durante toda la semana. Tan pronto como nos despistamos, podemos sentir dolor, agotamiento, pulsaciones, ansiedad, nervios y muchas más afectaciones. Esto no solo se nota en nuestro trabajo o círculo social, pero también en el lugar donde debemos abandonar esas preocupaciones: la cama.
Una de las claves para empezar bien el día es haber dormido de la misma forma la noche anterior. Aun así, podemos contar con la influencia de múltiples factores, que nos dejen mirando al reloj de forma impertérrita, mientras pasan los minutos. Joaquín Durán es fundador de la Unidad Interdisciplinar de Trastornos del Sueño del Hospital Txagorritxu, en Vitoria, y ha comentado mediante un vídeo compartido en TikTok un truco para volver a cerrar los ojos en plena madrugada.
“Como médico experto en sueño, he tratado miles de pacientes, y un problema común en personas que padecen insomnio es que se despiertan en mitad de la noche y no pueden volverse a dormir. Cuando ocurre esto, su tendencia lógica es tratar de quedarse en la cama dando vueltas, esperando a que el sueño regrese de manera desesperada. Sin embargo, esto solo empeora las cosas”, aseguraba. El problema está en que dichos movimientos no hacen más que despertar la cabeza.
“Hacer esto va activando tu cerebro cada vez más y crea pensamientos intrusivos del tipo: otra noche sin dormir, mañana voy a estar fatal, me voy a poner enfermo, etcétera, etcétera. En estos casos, siempre, siempre hay que levantarse y hacer algo relajante que no active tu cerebro: leer, escuchar la radio, incluso ver la televisión a volumen bajo y poca luz. Vale cualquier actividad que no sea excitante y, por tanto, activadora de tu cerebro. Luego, cuando el sueño vuelva, y siempre vuelve, regresar a la cama para continuar durmiendo”, concluía el experto.
Nos pasamos un tercio de nuestra vida durmiendo aproximadamente
Una serie de circunstancias
El sueño no solo depende de la actividad que podamos tener una vez en la cama, sino también de lo que nos haya ocurrido horas antes, en la calle, la oficina o incluso en la cocina. El doctor Merijn van de Laar, autor del libro Cómo dormir como un cavernícola, se pronunciaba al respecto en una entrevista para Lecturas. Según sus palabras, el sueño funciona como un “botón de reinicio nocturno del cuerpo”, procesando y almacenando los recuerdos en el sistema.
“El sueño forma parte de una red más amplia de hábitos saludables. Comer de forma equilibrada y a las horas adecuadas (no demasiado tarde) evita los despertares nocturnos. El ejercicio hace que el cuerpo busque un descanso más profundo, aunque practicarlo con demasiada intensidad justo antes de dormir puede activar demasiado el organismo. Beber en exceso por la noche provoca más visitas al baño. En resumen: sueño, alimentación y movimiento están interconectados; si uno se desequilibra, los otros también pueden resentirse”, sentenciaba.


