Ian del Conde, cardiólogo, sobre el vínculo entre deshidratación y presión arterial: “Paradójicamente, puede causar tanto hipotensión como hipertensión”
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Es esencial beber agua en todo momento mantenernos hidratados
Sea verano, invierno, una tarde al aire libre o un día de descanso en casa, es conveniente estar bien hidratado en todo momento. Cada cuerpo es un mundo, por lo cual la cantidad de agua que uno debe beber cada día puede variar de persona en persona. Según las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina de Estados Unidos, la cifra indicada sería de 3,7 litros en hombres y 2,7 litros en mujeres, teniendo también en cuenta otros líquidos y alimentos con un gran volumen de agua.
La falta de hidratación puede afectar a distintas áreas del cuerpo, principalmente dejando una sensación de sequedad y malestar. Sin embargo, sus tentáculos pueden llegar mucho más allá, provocando enfermedades de las que quizá no somos conscientes. Ian del Conde Pozzi, cardiólogo y especialista en medicina vascular del Instituto Cardiovascular de Miami, comentaba los resultados de un estudio que vinculaban la mala hidratación a distintas enfermedades cardiovasculares.
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“Cuando una persona se deshidrata, el volumen sanguíneo disminuye, lo que inicialmente puede provocar una bajada de la presión arterial. Sin embargo, al intentar compensar esta pérdida, el cuerpo libera ciertas hormonas que pueden contraer los vasos sanguíneos y provocar un aumento de la presión arterial. Esto significa que la deshidratación puede, paradójicamente, causar tanto hipotensión como hipertensión”, comentaba. Unas palabras en las que insistía el doctor Christopher Davis, cardiólogo jefe de Humann.
“Desafortunadamente, la hipertensión es probablemente una de las afecciones más infradiagnosticadas en medicina. La razón principal es que la mayoría de las personas pueden pasar años con la presión arterial significativamente elevada sin presentar síntomas. Muchos dispositivos automáticos de control de la presión arterial son bastante precisos y permiten detectar problemas de presión arterial antes de que aparezcan los síntomas. Algunos de estos síntomas pueden incluir visión borrosa, dolores de cabeza, mareos, dolor en el pecho o dificultad para respirar”, expresaba.
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Posible conexión
Son múltiples los estudios que han tratado de conectar la deshidratación con distintos problemas de circulación sanguínea. Uno de los más destacados es el que publicó Cureus en 2022, sugiriendo que el porcentaje total de agua en el cuerpo disminuye en personas con hipertensión. Otra investigación, publicada por Frontiers in Public Health, confirmó un descenso del riesgo de hipertensión en 3.000 personas adultas en China, a medida que incrementaban su ingesta de agua pura.
Más allá del agua, otras bebidas pueden mejorar los niveles de circulación sanguínea y evitar hipertensión o hipotensión. Por ejemplo, un vaso de leche baja en grasa puede aportar calcio, potasio y magnesio, tres nutrientes que funcionan a la perfección en la dieta DASH (Dietary Approaches to Stop Hypertension), que se enfoca en estabilizar la presión arterial. El té verde también es beneficioso gracias a la catequina, un antioxidante que mejora la función de los vasos sanguíneos.