Qué significa agarrarse un brazo con el otro según la criminología
Comportamiento
Este gesto podría estar relacionado con el carácter de la persona, pero cabe recordar que no siempre es así
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Agarrarse un brazo con la mano contraria podría ser un signo de inseguridad.
A menudo se tienden a pasar por alto, pero, en ocasiones, los gestos y la postura que adopta una persona revela mucho acerca de sus pensamientos y emociones, aunque intente ocultarlas. Algunos son más evidentes, por ejemplo, entrelazar los dedos por detrás de la cabeza o cruzar los brazos. Pero igualmente los hay más sutiles, como es el caso de agarrarse un brazo con la mano contraria. Su significado podría arrojar pistas acerca del carácter de ese individuo.
“Puede ser una postura que haga una persona que en un momento siente inseguridad”, apunta el criminólogo José Ignacio Fernández, en un vídeo publicado en su perfil de la red social de Instagram. Este es un gesto de autoprotección, con el que se establece una barrera física entre dos personas cuando una de ellas percibe una amenaza física o emocional. Una forma de calmarse en una situación que produce estrés o incomodidad. Sin embargo, tal y como señala el experto, no tiene por qué deberse a este motivo. En ocasiones, simplemente puede tratarse de una postura que se adopta por comodidad o por costumbre. “Recuerda que siempre debes analizar en conjunto”, recomienda el criminólogo, dado que el contexto resulta determinante cuando se trata de analizar el lenguaje corporal de una persona.
¿Cómo superar la inseguridad?
Agarrarse un brazo con la mano contraria suele ser algo común en personas inseguras, una táctica inconsciente para autorregularse emocionalmente y reducir la ansiedad que provoca una situación. A pesar de que esa ‘amenaza’ que se percibe no sea real. Sin embargo, el punto de vista de las personas inseguras es distinto, ya que su falta de confianza en sí mismas les puede dificultar la tarea de desenvolverse en distintas áreas de la vida, tal y como señala el equipo de psicólogas de Aila Psicología. Y esto incluye las interacciones sociales. En estos casos, el miedo al rechazo o a ser criticado suele dificultar el establecimiento de relaciones para las personas inseguras.
No obstante, existen ciertas fórmulas que, si se ponen en práctica, resultarán de ayuda para superar la inseguridad. Las especialistas aconsejan comenzar por identificar y focalizarse en los puntos fuertes propios: “Tómate el tiempo para reflexionar sobre tus fortalezas y reconoce todo lo positivo que tienes para ofrecer”. Esto será clave para construir la confianza en uno mismo. Además de poner en práctica otro consejo esencial: no compararse con los demás. “La comparación constante con otras personas es una trampa que alimenta la inseguridad. Recuerda que cada persona tiene su propio camino y su propia historia”, aseguran desde Aila Psicología. Para avanzar y trabajar en la autoestima igualmente será necesario obligarse a salir de la zona de confort y premiarse por los avances.