La bióloga Mónica Pérez ha abogado por un enfoque personalizado de la nutrición, subrayando que no existe “la mejor dieta” universal válida para todas las personas.
En su publicación más reciente en Instagram, enfatizó la división actual en las redes sociales respecto a qué régimen alimenticio es mejor —vegetariano, carnívoro, paleo, cetogénico o variaciones— y detalló que un plan alimenticio efectivo se basa en diversas variables personales, incluyendo la flora intestinal, el grado de tensión, el bienestar general y los requerimientos de cada fase vital. “¿La mejor dieta? Es la que se adapta a tu microbiota, tu vida y tus necesidades”, declaró.
Cada cuerpo tiene sus propias necesidades alimenticias.
Mónica sostiene que, si bien en términos generales todos tenemos conocimiento sobre qué comidas son beneficiosas, la discusión real se centra en la porción adecuada de cada categoría de alimento que deberíamos ingerir.
Lo que beneficia a una persona puede ser perjudicial en otra situación: por ejemplo, una verdura podría aliviar el estreñimiento, pero causar problemas a alguien con proliferación bacteriana en el intestino delgado (SIBO). “Que un alimento sea bueno en general no significa que sea adecuado para ti en este momento”, detalló, indicando que un principio similar se aplica a las carnes, carbohidratos o productos lácteos.
La experta sugiere como fundamento un régimen alimenticio de tipo mediterráneo —abundante en productos frescos, vegetales, pescado, carnes magras y aceite de oliva, dando preferencia a lo que está en temporada— que se adapta siempre a las circunstancias individuales de cada persona.
La dieta baja en Fodmap
Además, advirtió sobre la inclinación a enfocarse exclusivamente en la dieta y pasar por alto que el bienestar es una noción holística. “La salud es mucho más: emociones, microbiota, descanso, movimiento, estrés… estamos perdiendo la perspectiva”, afirmó.
Desde su perspectiva, elementos como la tensión y los sentimientos pueden afectar nuestro bienestar de manera similar o incluso más que la alimentación, y enfatizó que si los aspectos emocionales no funcionan, ni siquiera el régimen alimenticio más impecable podría ser adecuado.
La investigación científica apoya esta perspectiva individualizada de la alimentación. Un artículo en JAMA Network Open revela que las reacciones de glucosa después de comer los mismos alimentos varían considerablemente entre las personas, y que los modelos que integran atributos personales —como la microbiota— anticipan estas reacciones con mayor precisión que los enfoques convencionales que solo consideran calorías o carbohidratos.
Dieto keto
Asimismo, una investigación difundida en PubMed determinó que la función del microbioma intestinal se relaciona con las diferencias en las reacciones de glucosa después de comer en adultos, aun cuando ingieren idénticos alimentos.
Mónica enfatizó que no existen dietas intrínsecamente superiores o inferiores, sino más bien esquemas de alimentación que se adaptan mejor o peor a cada individuo en una etapa específica de su existencia.
“Tenemos que entender que no existe una dieta mejor o peor, sino más o menos compatible contigo, aquí y ahora”, stated, encouraging a shift away from debating dietary labels and towards viewing nutrition as an element of a more extensive, all-encompassing lifestyle.

