Madrid se endulza con la torta gallega
Emprendedores
Alberto Reboreda lleva una década sirviendo un postre tradicional de su tierra
Pastelería Latorta en Madrid
Hace casi una década que Alberto Reboreda se le ocurrió importar uno de los dulces gallegos más exquisitos que existen, la tarta de nata, para elaborarla en su establecimiento en el barrio de Nueva España, en el distrito de Chamartín. Pero no es una tarta cualquiera, sino una de las más conocidas en Vigo, la de la pastelería La Torta, que lleva más de 20 años endulzando los paladares más golosos.
Este vigués estudió Derecho, y al poco dejó su tierra natal para vivir en Madrid. Estuvo valorando ideas de negocio para emprender y, aunque no era repostero ni nada parecido, pensó que las tortas podrían funcionar en la capital. Contactó con José Antonio, en Vigo, y le propuso hacer negocios y asociarse. No tenía hijos y su mujer lo apoyó en todo, nada podía salir mal.
Parece mentira que algo tan exquisito tenga una receta muy simple: harina, huevos, mantequilla y nata cocida
“Al principio el producto llegaba hecho de Galicia, y poco a poco nos fuimos metiendo en el negocio. Yo ahora sé hacer un montón de cosas más desde cuando empecé, he ido despacio, puedo hacer una torta sin ningún problema, no lo hago de manera habitual, pero sí. Como mínimo me pasé tres años haciendo tortas cuando empezaba”, cuenta Alberto.
Parece mentira que algo tan exquisito tenga una receta tan simple: harina, huevos, mantequilla y nata cocida, finalmente se espolvorea con azúcar glass. El resultado es una especie de bizcocho jugosito y esponjoso, pero no muy grueso, que lleva nata. Cuál es el secreto de su éxito, “el secreto está en la mezcla, las proporciones y el horneado”, explica, y la materia prima de calidad, “trabajamos con proveedores gallegos, con huevos ecológicos, con leche de primera, vamos, con los mismos ingredientes que en el obrador de Vigo”.
La torta imperial es la clásica y la que más gusta
“No solemos salirnos del guión, no hacemos dibujos, no mezclamos chocolates,… porqué entendemos que de otra forma se cambiaría el sabor del producto final”. Y añade: “la torta es calidad de producto, lo que vendemos es de calidad, de otro modo preferimos no vender. Queremos que esto sea un momento agradable y que quien se lo lleve a casa lo vaya a disfrutar”.
Cuidan al máximo las tortas, tanto es así que “trabajamos con pocos restaurantes, solo algunos porque han sabido entender el producto, no es un postre para un menú, todos los ingredientes son muy caros y no queremos rebajar el precio para hacer un pseudoproducto”.
Esponjosa y blandita, así es la torta
No se prodigan mucho en prensa, no ha querido aparecer en la televisión, no usan las redes sociales, su fama ha sido gracias al boca-oreja, por eso no es de extrañar que tenga clientes muy fieles. “Muchos han cambiado el roscón de Reyes, casi un sacrilegio en Madrid, por la torta, porque es más jugosa”. Además de la básica con azúcar glass, las hay bañadas con distintos chocolates, Nutella, chocolate blanco,… pero las que tienen más éxito son la clásica y la de chocolate belga.
La tienda es pequeña y solo hay un par de mesas de degustación, la mayoría recogen las tortas y se las llevan a casa, también hay servicio a domicilio. Aguantan unos tres días perfectamente en la nevera. Además de las tortas, elaboran empanadas (atún, berberechos...) y pan, pero nada más.
Un secreto, a Alberto le gustan las chulas, una especie de buñuelos fritos que le hacía su abuela en A Pobra do Caramiñal.
La Torta
Calle Chile 21, Madrid
607842354