Moët & Chandon define el lujo como una experiencia sensorial, emocional y atemporal que combina elegancia, excelencia y celebración (alegría de vivir). Para la marca el lujo no es solo el producto (el champán), sino todo lo que lo rodea: la historia, el savoir-faire (saber hacer), el estilo de vida sofisticado y la capacidad de transformar momentos cotidianos en ocasiones memorables. Quizás por ello Moët & Chandon ha escogido un marco paradisiaco en Mallorca, un remanso de paz en plena Serra de la Tramuntana, para presentar la nueva añada de sus Grand Vintage 2016. Ha sido en el lujoso hotel La Residencia Belmond de Deià, en el noroeste de la isla, del grupo Louis Vuitton Moët Henessy.
Lo definen como uno de los hoteles más íntimos en Mallorca. Sus casas de campo gemelas, sus restaurantes y su spa están ubicados en medio de jardines, entre olivos y limoneros. Está enclavado en un antiguo molino de aceite.

El lujoso hotel La Residencia Belmond de Deià
La enóloga Marie-Christine Osselin, directora de comunicación y calidad en Moët & Chandon, presentó los Grand Vintage 2016 en el marco de una cata y en un menú a cuatro manos (cocinado por los chefs Pablo Armando Aranda de Belmond e Iván Cerdeño del toledano El Cigarral del Ángel) maridado en el restaurante El Olivo de este complejo hotelero de Deià. A Marie-Christine Osselin el “acogedor” marco del hotel La Residencia Belmond le recuerda a su Aix-en-Provence natal. Destaca la importancia del mercado español para Moët & Chandon, especialmente de los destinos más turísticos como Mallorca, Ibiza, Marbella, Málaga, Madrid o Barcelona.
También pone de relieve la gastronomía “refinada” española, el notable número de restaurantes con estrella Michelin y el hecho de que el consumidor español es conocedor de los vinos espumosos elaborados siguiendo el método tradicional. Asegura que “para nosotros es muy importante establecer alianzas con la mejor restauración”.
Marie-Christine Osselin entiende que hay un champán para cada ocasión gastronómica, aunque reconoce que los más azucaradas “no están teniendo una buena prensa últimamente”. Pese a ello, se muestra convencida que “los consumidores también adoran a los champanes dulces”.

Desde Moët & Chandon manifiestan que el Grand Vintage 2016 es “elegancia y paz”
La añada del 2016 es especialmente emotiva para Marie-Christine Osselin puesto que supuso su estreno en Moët & Chandon. No fue la mejor de las posibles. De hecho, fue muy complicada. Reconocen que las condiciones meteorológicas fueron “turbulentas”. Desde Moët & Chandon se afirma que “refleja la imprevisibilidad tradicional de la región, donde la incertidumbre y la sorpresa dominaron”. El invierno fue suave y húmedo pero la primavera fue fresca y lluviosa, y trajo consigo las temidas heladas. Las precipitaciones impidieron entrar con los tractores en los viñedos para tratarlos contra las plagas fúngicas (mildiu y oídio). El verano fue muy seco, causando estrés hídrico en las vides. Todo ello redujo significativamente la cosecha, pero el resultado ha sido sorprendente. Por ello definen a los champanes de esta añada “serenidad después de la tormenta”.
Desde esta célebre marca de Louis Vuitton Moët Henessy se afirma que cada uno de sus Grand Vintage es el resultado de un único año de cosecha, y que es un auténtico retrato del rendimiento estacional de cada momento. También se añade que “cada uno tiene un ensamblaje específico siguiendo el savoir-faire y el legado de la Maison que el Chef de Cave, Benoît Gouez, traduce en forma de excepcionales champanes lo que la naturaleza ofreció en ese año concreto”.

El Grand Vintage Rosé 2016 es la 46ª añada de este rosado
Moët & Chandon manifiesta que el Grand Vintage 2016 es “elegancia y paz”. Además, lo definen como “radiante, sereno y consistente”. La nueva añada es la número 77 que lanza esta marca desde que se fundó en 1743. Se elaboró con un 48% de chardonnay, que fue la última variedad en vendimiarse, un 34% de pinot noir y un 18% de pinot meunier. Es de color amarillo pajizo, nítido y brillante. Presenta una buena espumosidad inicial y pequeñas burbujas que se desprenden de forma constante. Este Extra Brut (6 gramos de azúcares por litro) exhibe notas que recuerdan al pan ligeramente tostado, a la madalena y al cacao, así como a frutos secos (avellanas, almendras y nueces), cítricos (lemon pie) y una punta de hinojo. Destaca con un toque salino final. Es fino, algo cremoso, delicado y largo. Proponen su maridaje con platos de caza, carne o pescados “tiernos y fundentes”. Marie-Christine Osselin lo prefiere con platos con shiso verde y con pescados como el rodaballo con salsa de almendras, o bien con un lenguado a la meunière.
El Grand Vintage Rosé 2016, la 46ª añada de este rosado, es de color rosado y ofrece notas de frutillas y flores rojas, y de caco. Es un Extra Brut con el azúcar y la acidez bien compensados. También muestra una punta salina. Se elaboró con un 43% de chardonnay, un 42% de pinot noir y un 15% de pinot meunier. La versión blanca de este champán se ofrece en el mercado español a un precio de 80,90 euros, y la rosada a 99,75 €.