Un torrente de colores ha inundado los sótanos del antiguo cine Victoria en Maó, sede actual de la galería Cayón en Menorca, que estos días acoge la segunda exposición de Stanley Whitney. Esta vez se trata de su obra más reciente sobre papel, después de que en el 2019 sus grandes óleos sobre lienzo, que son sus creaciones más conocidas, ocuparan los enormes espacios de las salas superiores.
Stanley Whitney (Filadelfia, EE.UU., 1946) es un pintor que ha obtenido reconocimiento muy tarde: no expuso en una institución pública hasta los 68 años, y su primera retrospectiva fue el año pasado. La notoriedad le llegó con el nuevo siglo, después de que por fin encontrara el estilo que le ha llevado a ser considerado por The Guardian el mayor artista abstracto de Estados Unidos. Hoy en día, algunas de sus obras mayores han alcanzado cotizaciones por encima de los dos millones de dólares.

Untitled, 2021. Gouache sobre papel
Pese a esta recompensa tardía, él siempre supo que su vida tenía que estar enfocada al arte y a ello se dedicó en cuanto pudo escoger su formación. El asma le evitó servir en Vietnam, y su vocación le apartó de las presiones que grupos como los Panteras Negras le hicieron para que pusiera sus pinceles al servicio de la lucha racial: solo quería dedicarse al arte hasta encontrar su propia voz.
En el Nueva York de los sesenta donde se instaló, dominado por el expresionismo abstracto y los pintores de campos de color, bajo sombras tan alargadas como las de Jackson Pollock y Mark Rothko y con una influencia férrea de críticos como Clement Greenberg, desarrollar un lenguaje diferenciado no debía de ser sencillo para nadie. Whitney se dedicó a trabajar de manera callada alternando la práctica con la docencia en diferentes universidades, hasta que tuvo la ocasión de marcharse un tiempo como profesor a Roma. Allí, ante los edificios antiguos y sus ordenadas y viejas piedras, encontró lo que le faltaba, la estructura que le permite construir sus cuadros empezando con un primer color arriba, a la izquierda, y dejándose llevar por el ritmo y el color hasta completar la obra. Siempre acompañado de música.
En una entrevista con Gagosian Quarterly, en el 2020, Whitney explicó así su manera de actuar en el estudio: “Siempre digo que el color determina la estructura, la estructura no determina el color. No hago una estructura y luego la relleno con colores. (…) Simplemente empiezo a pintar. No lo planeo. Como conozco la forma, puedo empezar donde sea, llegar y de inmediato ponerme a trabajar. No hago estudios de color con antelación. Pongo un color y luego me inspiro en él. Una vez que tienes algo en el lienzo, es el comienzo de una relación, y empiezo a trabajarlo”.

Untitled. 2022. Cera sobre papel
Nos encontramos ahora rodeados de su obra reciente sobre papel, donde exhibe variedad de soportes, formatos y técnicas –ceras, crayón, gouache, acuarela, grafito, mixta–, y si los grandes óleos sobre lienzo pueden resultar atrevidos, estos dibujos les adelantan por la izquierda en descaro y en la riqueza de propuestas que muestran.
Creo que me gusta más su trabajo en papel que sus pinturas.
Es un trabajo realmente importante. La verdad es que trabajo en el papel quizás más que en la pintura, porque puedo ponerme a ello más rápido.
Es como si en el papel se plantease cosas y en el lienzo expresara soluciones.
Sí, es cierto. Preguntas en el papel, soluciones en la pintura. Estas obras están mucho más abiertas a las preguntas, a las posibilidades, por eso ves diferentes tipos de dibujos. El papel es muy directo, y puedo probar con diferentes tipos de papel, tamaños, colores, ver cuánto quiero involucrarme con la línea o no, o con la masa. En cambio, cuando pinto con óleo es como si… ya sabe, las pinturas son como el lienzo sagrado.
Las pinturas son mucho más sólidas.
Las pinturas son más fáciles a nivel de trabajo; los grandes planes se hacen en papel. Muchos dibujos se utilizan en el estudio para explorar posibilidades, y en ese sentido sigo la tradición del dibujo. Pero ahora he convertido el dibujo en una parte más importante de mi práctica en cuanto a lo que muestro al final. Porque normalmente pinto sobre todo. Pero ahora creo que en el siglo XXI, quizás más, para los artistas, la práctica del dibujo puede ser tan importante como la de la pintura. Como se ve con Matisse o Picasso. El dibujo es una parte importante de tu práctica, muestras tus manos al mundo. Lo genial es que puedes ver cómo la gente, simplemente con sus manos, puede llegar a algo rápidamente. Con qué rapidez se puede llegar a la magia.
¿Siempre ha sido así?
Cuando llegué a Nueva York, en los años sesenta, no veías los dibujos de la mayoría de los pintores. Para mí, eso fue muy importante. Porque yo desde pequeño dibujaba todo el tiempo. La práctica del dibujo te forma. Hay tanta magia en un dibujo como en una pintura. Por ejemplo, en Cézanne, hay mucha más magia en un dibujo que en una pintura. Y eso es lo que intento hacer.
¿No puede hacerlo con la pintura?
Pintar requiere mucha más preparación. Tienes que preparar el cuadro, tienes que sacar la pintura. Pero el dibujo es así, ¿sabes? Simplemente como si estuvieras escribiendo tu nombre.
Mi obra está hecha para vivir con ella”
En algunos dibujos ha renunciado a sus característicos colores, ¿por qué?
Porque intento hacer más con menos, cojo solo el lápiz y como creador intento hacer más con menos.
Su obra puede resultar enigmática para mucha gente. ¿Qué les diría?
Una cosa es mirarla. Otra cosa es vivir con ella. Realmente está hecha más para vivir con ella. Creo que la gente se confunde con el arte, cómo lo perciben, porque si es arte abstracto, no conocen el principio ni el fin. Pero creo que si vives con ella, es como vivir con un árbol. Si vives con algo, lo ves de día, lo ves de noche, lo ves cuando estás enojado, lo ves cuando estás feliz. Influye en tu forma de vivir. Quieres que el arte forme parte de la vida. Porque el arte se considera parte de la vida.
Por otro lado, transmite equilibrio, vitalidad y optimismo. ¿Es eso lo que busca, que la gente se sienta mejor?
Eso es bueno. Sí, la vida ya es bastante dura. Si la gente vive con ciertas cosas, cosas especiales en casa, puede ir a ellas cuando quiera y obtener mucha energía positiva. Si pudiera vivir con un Matisse o un Cézanne, sería un hombre muy feliz. O Picasso, si me hiciera con un cuadro de Picasso, sería el más feliz de los hombres. Quieres cosas especiales, que realmente te hagan la vida mejor.
¿Tiene algún color favorito?
No, pero uso mucho el rojo.
¿Hay algún color que prefiera no usar?
No. Ojalá pudiera usar todos los colores. Pero no, depende de donde viva.
¿Cambia de preferencias según el lugar donde vive?
Sí, pero no inmediatamente. Tengo que pasar en el lugar tres o cuatro años, y luego te va calando. Es como la vida que entra en tu estudio, dependiendo de donde vivas.
¿El color tiene peso?
Sí. Pero tiene que ver con tu mano, con tu tacto.
¿El color azul tiene un peso diferente al amarillo, por ejemplo?
Puede tener una densidad diferente. Es como el peso de las acuarelas frente a los dibujos de crayón. Es diferente. Tiene que ver con el tacto y la densidad del color. Es un material, y luego hay una densidad, y luego hay un tacto.

Untitled. 2024 Grafito sobre papel
¿Qué fue primero para usted, el color o la estructura?
Cuando llegué a Nueva York, yo no sabía cómo crear el color ni el tema. Veía a los pintores de campos de color, veía incluso a Morris Lewis, veía mucho color, pero no me gustaba esa idea del color.
Se refiere a pintores como Mark Rotko, Robert Motherwell o Barnett Newman.
Pensé que les faltaba algo.
¿La estructura?
Sí, la estructura. Simplemente pensé que lo que hacían no era lo suficientemente abierto. La forma en que trabajaban era muy limitante. Quería llevarlo mucho más allá. Necesitaba ideas nuevas.
Cuando enseñaba en la universidad, ¿usaba su obra con sus alumnos?
No, porque cuando eres profesor no quieres interponerte en su camino. Ellos tienen que descubrir qué tipo de artista son y cuáles son sus necesidades. Así que intentas ceñirte a lo básico y que luego puedan ir a sus propios grupos de artistas. Porque cada uno tiene un camino diferente. Intentas guiarlos para que no se lastimen, para que cada uno pueda vivir su propia vida.
¿Por qué decidió vivir parte del año en Parma, en Italia?
Encontré un edificio realmente hermoso a las afueras de Parma. Así que no fue algo planificado. Simplemente encontramos este hermoso edificio por casualidad.
Pero para usted, como artista, Italia es fundamental. ¿Qué le llevó a Roma?
Tuve una cátedra para enseñar en Roma. Estuve en Nueva York de 1968 a 1991, más o menos, y necesitaba salir de allí. Así que tuve la oportunidad de ir a Roma, que me pareció un lugar genial. Porque en Roma tienes los edificios antiguos, como el Panteón, y lo moderno juntos. Y desde Roma puedes ir a África, podía venir a España... me di cuenta de que Roma sería una buena base.
¿Qué es lo que no puede faltar en su estudio cuando trabaja?
Música.
¿Jazz?
Bueno, no me gusta esa palabra, porque parece muy general. Hay músicos muy concretos que creo que son realmente brillantes y que escucho: Miles Davis, Thelonius Monk... músicos particulares que ya escuchaba mucho antes de saber que era pintor. Era más su intelecto lo que me interesaba y donde elegían trabajar. Porque de joven buscas un mentor, buscas quién eres. Y esos artistas en particular me moldearon.
¿De qué manera?
Definiéndome. Porque eran tan abiertos y tan... diría que son seres extraños. Simplemente me hicieron saber que podía ir por otro camino. Y fueron lo suficientemente abiertos como para que viera que podía perseguir algo que no se entendía.
En su juventud no quiso involucrarse en movimientos antisegregación. ¿Por qué?
Quería ser pintor. Quería pintar. Yo no era un soldado. Quería ser artista. Cuando los Panteras Negras vinieron a buscarme a casa, simplemente dije: “Decidles que no estoy aquí”. Porque no podía explicarles que para mí era importante pintar. Era muy complicado.
Explíqueme su relación con los ‘quilters’ de Gee’s Bend.
Esas colchas que hacen mujeres afroamericanas (en Alabama) son fantásticas, son realmente hermosas. La forma en que están hechas, el color, son muy típicos de África Occidental. En las plantaciones las usaban para comunicarse (durante la esclavitud). Si alguien iba a escaparse, colgaba una colcha específica de una manera concreta. Pero las colchas en sí mismas son simplemente increíbles. Podrías colgar una al lado de, digamos, una obra de Barnett Newman. Su ritmo es realmente único. Para mí, hay cosas como estas mantas o como la cerámica griega y romana que son muy importantes en cuanto a la estructura, el mundo antiguo me da mucha información.