Produce todos sus movimientos -siempre extraordinarios calibres de manufactura- en oro rosa de 18 quilates, lo que constituye una primicia en el mundo de la relojería y una característica única de la marca.
Y los firma todos con la leyenda latina “Invenit et Fecit” -inventados y hechos: es la inscripción que en el siglo XVIII se grababa en los relojes fabricados por prestigiosos maestros franceses al ser aceptados por la Real Academia de las Ciencias- que garantiza que son inventados, construidos y ensamblados íntegramente bajo su supervisión en su taller de Ginebra.
Otro modelo en su versión negra de la misma firma
F.P. Journe marca la diferencia. Es la firma creada en 1999, cuando François-Paul Journe, el artesano prodigioso que a los 14 años ya se enamoró de lo que todavía hoy por hoy considera “la edad de oro de la relojería”, el siglo XVIII de Breguet y Janvier, fundó la sociedad Montres Journe SA.
Pero la verdadera historia de este maestro de la alta relojería se remonta a 1979, fecha en que creó un mecanismo de reloj Planetario para Asprey en Londres que precedió al primer Tourbillon de bolsillo que realizó íntegramente, pieza a pieza, a mano solo tres años después.
En el corazón de Ginebra, la manufactura es un santuario accesible solo a los clientes más cercanos
Y la gran revolución, el gran hito de la relojería moderna que ha convertido a F.P Journe en una marca de culto, llegó en 1983 cuando este genio presentó su Chronomètre à Résonance. ¡El primer reloj de la historia en utilizar el fenómeno de la resonancia para optimizar su cronometría!
En la encrucijada entre las artes y la alta relojería, esta manufactura independiente es un mundo en sí mismo, personificando la excelencia, know-how e innovación y respeto a la tradición. Siempre pendiente de superar los altos estándares de la alta, altísima, relojería. ¿Quieren un F.P. Journe? Hagan cola. Él y solo él, François-Paul Journe, cuyo distribuidor exclusivo en España es Rabat, decidirá si es para usted. Si realmente lo merece.
