Esta temporada las firmas apuestan por una mezcla entre lo preppy, lo bohemio y un dramatismo controlado
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Maximalismo para minimalistas es la antítesis que cuadra a la perfección con la invitada contemporánea, a la que no le basta con encajar y que se atreve a experimentar con su guardarropa. Esta nueva temporada lo consigue con la combinación entre lo preppy refinado, la bohemia elegante y el dramatismo controlado.
Elie Saab capturó la esencia en su colección otoño-invierno 2025 con vestidos largos que juegan con drapeados y transparencias y se conjuntan con botas XL y accesorios donde el pelo sintético es el gran protagonista. Etro también jugó con esto último, combinándolo con un vestido estampado tipo túnica que confirmó el regreso del satén como tejido estrella. Un tejido que se viste con tonos sobrios como el verde oliva en Victoria Beckham o el rojo pasión en Acne Studios.
Anillo dorado de Hugo Kreit
También con lunares retro, a cargo de Dries Van Noten. Gabriela Hearst marcó tendencia con construcciones híbridas que combinan teatralidad e innovación, como demostró con un vestido en blanco y negro en forma de corazón. Mientras, las invitadas de Fendi abrazaban el maximalismo y el “más es más” con trajes repletos de diminutos abalorios. Una puesta a punto para vestir con intención y arrasar en una boda.