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Ojo de tigre, malaquita, brillantes y oro ético en los relojes más impresionantes de Chopard

Alta joyería

La firma de la familia Scheufele estrena un nuevo capítulo de su viaje al lujo sostenible con L'heure du diamant

Editorial de moda de 1969, con un reloj joya de zafi ros y diamantes. Chopard ya era el maestro internacional de las joyas que dicen la hora

Chopard

El dominio absoluto del diamante como lenguaje técnico y estético, cajas de oro ético, esferas con textura mineral y complicaciones inéditas visten la colección más excepcional de L’Heure du Diamant. La icónica colección que desde su debut en 2012 en el portfolio de Chopard se ha convertido en el manifiesto artístico de que la precisión mecánica y el resplandor joyero no son opuestos sino aliados se atreve con su primera complicación de fase lunar. Celebra así que en su universo el tiempo no se mide sino que se lleva y se celebra de modo que cada diamante engastado en alguno de estos relojes joya es un recordatorio de que lo verdaderamente valioso no es lo que marca las horas, sino lo que las llena de significado. 

Así lo vive la directora artística y copresidenta de la maison, Caroline Scheufele (y así lo da a conocer en su nueva campaña protagonizada por Bella Hadid) que con esta revisión de su colección más icónica ofrece la más excepcional lección de savoir faire y de estilo y la confirmación de Chopard como autoridad absoluta de los relojes joya.

L’Heure du Diamant es la icónica colección que  se ha convertido en el manifiesto artístico de que la precisión mecánica y el resplandor joyero no son opuestos

Precisamente hablar de estas piezas excepcionales es adentrarse en el corazón de en la historia de la maison fundada en 1860 por Louis-Ulysse Chopard y que un siglo más tarde transformó completamente la familia Scheufele con su enorme tradición de precisión cargada de arte.

Todo comenzó en 1904 cuando Karl Scheufele fundó en Pforzheim, centro histórico de la joyería y la relojería alemana, su propia manufactura especializada en artículos de lujo elaborados en oro y platino para convertirse en el referente internacional de los relojes joya. En los primeros años, adscrito a la estética de la belle époque del momento ya sorprendió con sus diseños delicados y transformables pero el gran paso lo dio con el innovador clip que introdujo en 1912 que permitía llevar un reloj de bolsillo en la muñeca. Luego, este elegante precursor del reloj de pulsera moderno adoptó en la década de 1920 el movimiento art déco para elaborar sus relojes únicos distinguidos por sus atrevidas formas geométricas, estilizados engastes de diamantes y cajas de platino marcaron tendencia .

Karin Scheufele, madre de Caroline y Karl-Friedrich Scheufele, seleccionando diamantes en 1960

Chopard

Tras los desafíos de la Primera Guerra Mundial, Karl Scheufele centró cada vez más su colección en los relojes, incorporando movimientos suizos en cajas meticulosamente elaboradas. Su hijo con quien compartía nombre, continuó con esta labor y dirigió la casa durante los años de posguerra, preparándola para su expansión. Pero fue el tercer Scheufele, en 1958, con solo 20 años, quien planteó el paso definitivo al manifestar su intención de ampliar el alcance de la casa adquiriendo una manufactura relojera suiza con marcada sensibilidad por los relojes-joya. Su ambición se hizo realidad en 1963 con la compra de Chopard.

Fusionó entonces el savoir faire suizo con la tradición joyera de su familia dando forma a piezas escultóricas, relojes engastados con diamantes en cortes precisos, texturas de corteza, mallas milanesas y esferas en piedra ornamental. En los noventa ya acumulaba 15 Golden Rose de Baden-Baden, los llamados Oscars de la relojería, y en 1997 lanzaron el Chopardissimo, el reloj más costoso jamás creado por la firma: 874 diamantes, 163 quilates y 2.000 horas de trabajo que lo convirtieron en un ícono de excelencia extrema.

Reloj joya de 1973, de oro blanco con la esfera engastada de 66 diamantes y turquesa, brazalete articulado con 432 diamantes

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Fue en 2012 cuando con el lanzamiento de la colección l’Heure du Diamant se consolidó definitivamente la tradición común de Chopard y la familia Scheufele de crear unas “joyas que dicen la hora”. Ahora esta casa que en 2018 emprendió su “viaje al lujo sostenible” al convertirse en la primera manufactura de lujo en comprometerse a utilizar oro 100 % ético en la producción de sus creaciones, introduce una complicación de fase lunar en su icónico reloj l’Heure du Diamant. Añade un nuevo capítulo a la evolución. Sus joyas ya no solo dicen la hora: También dialogan con las estrellas sin perder su brillo ético.

La nueva colección de L’Heure du Diamant no puede ser más brillante. Son auténticas obras de arte. Relojes distintos que irradian elegancia con sus diamantes responsables y escogidos (la firma se adhiere a las más estrictas normas de abastecimiento responsable, el Proceso Kimberley y los principios de transparencia del Consejo Mundial del Diamante) y su particular engaste que desafiando la gravedad en forma de V maximiza la luminosidad de las piedras.

Relojes de la colección L’Heure du Diamant 2025, en oro ético rosa de 18 quilates y esfera de malaquita

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Todos los nuevos L’Heure du Diamant, que Bella Hadid muestra en la reciente campaña de la colección vestida en flores, una referencia directa a los catálogos florales de Chopard en los años sesenta, son piezas sorprendentes, distintas y provocadoras. Son relojes con esferas de textura mineral que evocan tanto la delicada elegancia de la relojería clásica como la atrevida estética del espíritu libre de los años sesenta y setenta. Del guilloché de plata y el pavé de diamantes hasta la marquetería de nácar y las esferas con piedras ornamentales de ojo de tigre, malaquita, ópalo y cornalina marcan la diferencia así como sus cajas elaboradas con el oro 100% ético que distingue todas las creaciones e la firma y los sensacionales brazaletes de tipo corteza grabados a mano para crear un efecto táctil de gran textura. Este saber hacer, junto con los diseños de malla milanesa y de oro trenzado, suponen un homenaje a la herencia artesanal de la casa en sus inicios en los talleres de Pforzheim.

Pero también brilla el interior, porque en las cajas de estos relojes cien por cien Chopard (también diseñadas, manufacturadas y engastadas en la propia casa ofrecen diversas formas: redonda, ovalada, octogonal, corazón y cojín), late el calibre ultraplano Chopard 10.01-C. Con tan solo 15,7 mm de diámetro y 2,9 mm de grosor se trata de uno de los movimientos de carga manual más pequeños del mercado que desarrollado y producido íntegramente en los talleres de la maison es el ejemplo de la dedicación de la manufactura a la precisión y la excelencia técnica.

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Otros modelos de la colección también incorporan el calibre automático de fabricación propia 09.01-C, así como el 09.02-C con complicación de fase de la lunar, lo que refuerza aún más la maestría relojera de Chopard que es célebre también por su alta, altísima joyería y su romance con la alfombra roja iniciado en 1998 cuando se convirtió en el patrocinador oficial del Festival de Cine de Cannes.

En cada nueva edición, los artesanos joyeros de los talleres de alta joyería, dirigidos por Caroline Scheufele, logran la proeza de fabricar tantas joyas como años de existencia del evento de Cannes, del cual Chopard se ha convertido en un protagonista más. Las flores y los animales; la alta costura, las piedras preciosas, el cosmos y el corazón son las inspiraciones que mueven la Red Carpet Collection Caroline’s Universe. Retratan con delicadeza la personalidad de los Scheufele y su capacidad para hacer brillar los diamantes más excepcionales