Glow Pilates y Hyrox Studio: la nueva gramática del fitness boutique llega al up Barcelona
El fitness que viene
La cadena de fitness DiR eleva su propuesta deportiva adaptándose a las nuevas tendencias e inventa una fórmula híbrida, sofisticada y cultural de bienestar y de entender el cuerpo en un espacio premium

Actividades que arrasan, o arrasarán en el mundo del bienestar como Glow Pilates, estrenan sus salas a medida en el primer Club Boutique DiR

Barcelona vuelve a marcar el pulso. En Tuset, una de sus coordenadas más elocuentes, la cadena de fitness DiR ha inventado una fórmula revolucionaria de bienestar. Su primer Club Boutique DiR es una nueva manera de entender el cuerpo, híbrida, sofisticada y cultural en un espacio que combina la potencia del gimnasio premium con la curaduría precisa de los estudios más exclusivos. Muy Nueva York, sí, pero con esa inteligencia mediterránea que no imita sino que interpreta. O quizá ya va un paso por delante porque incluye todas las tendencias. No solo las que arrasan en el mercado del fitness sino también las que arrasarán en breve.
Combina la potencia del fitness con la curaduría de los estudios más exclusivos
El manifiesto del club se enuncia con luz propia. Glow Pilates. Aquí el pilates reformer abandona toda apariencia clínica para convertirse en una experiencia sensorial. La técnica sigue siendo impecable (control, precisión y respiración) y se combina con fuerza. Pero, además, el entorno la transforma. Luz inteligente, atmósfera envolvente y un decorado que no es invasivo sino un discurso.
El cuerpo se afina mientras la percepción se expande. Como escribió Roland Barthes, “el cuerpo es un lenguaje”, y Glow Pilates ayuda a moldearlo. La disciplina conecta con la tendencia global que entiende el bienestar como vivencia estética. Hay algo de instalación artística, coreografía contemporánea en este esfuerzo consciente que se vuelve casi bello.

En el otro polo, épico e igualmente conceptual, aparece Studio Hyrox. Un espacio diseñado para el reto honesto. Para la superación medible. Combina carrera y estaciones de fuerza funcional en un lugar que no admite distracciones y hace que el cuerpo compita consigo mismo pero nunca en soledad. El grupo empuja, sostiene y eleva.
Hay algo de ritual contemporáneo. De liturgia del rendimiento. “Hay que tener un caos dentro para dar a luz a una estrella danzante”, dijo Nietzsche antes de que se inventara todo esto, pero el caso es que Hyrox empuja a ese caos productivo donde el entrenamiento se convierte en métricas claras, comunidad real, identidad compartida. Es más que fitness. Es épica cotidiana que en DiR Boutique complementa con sus pilares de siempre, eso sí, afinados a su nuevo entorno.
Boxeo como disciplina física y mental. Yoga como una pausa que es tan activa como consciente. Bootcamp de energía colectiva. Spindir como experiencia cardiovascular de pulso urbano y una zona de aguas y de butacas de masaje que devuelve el cuerpo a la calma. Todo enmarcado con coherencia editorial. Sin ruido. Como una buena selección cultural.
Hay algo de James Turrell en esas salas donde la luz modifica la percepción del esfuerzo y mucho de Marina Abramovic en la concentración extrema que exige cada movimiento. El resultado es un entrenamiento profundo, eficaz y emocional. Se trabaja el core y se interpreta en un entorno diseñado al milímetro. Como diría Susan Sontag, el estilo es una forma de decidir. Y aquí el estilo es claro.
