Supervivientes ha regresado con la misma fuerza que de costumbre a la parrilla de Telecinco. Un éxito que va de la mano con la apuesta de la cadena por repetir la misma combinación de presentadores que tantas alegrías les ha dado en temporadas pasadas. Con Jorge Javier Vázquez como maestro de ceremonias en las galas y Laura Madrueño desde Honduras, así como Sandra Barneda en el rol de conductora de los debates dominicales. Sin obviar, claro está, la decisión de mantener a Carlos Sobera al frente de Tierra de nadie.
El vasco vuelve a ser el encargado de dirigir las emisiones de los martes desde los estudios de Fuencarral. Un papel que asume desde el 2019, y que en realidad se suma a un prolífico e incesante flujo de trabajos en la pequeña pantalla, pues no solo acaba de cerrar edición de Gran Hermano Dúo, sino que también sigue siendo cara visible del consagrado First Dates de Cuatro. Pero, ¿qué hay de su vida más allá de las cámaras y los focos? ¿Dónde vive?
Exterior de ensueño
El impresionante jardín que rodea la casa del presentador
Como cualquier otra persona al salir de su trabajo, Sobera pone rumbo a su hogar cada vez que concluye la jornada. Un hogar que, en su caso, es familiar, pues lo comparte con la abogada Patricia Santamarina, su mujer, así como con Martina, su hija en común, y Arianna Aragón, hija nacida de una relación pasada de Patricia con Rody Aragón.
Precisamente es Arianna quien a través de sus redes sociales descubrió uno de los rincones más espectaculares del chalet en el que residen: la piscina. Una de esas infinity pools, rodeada de hamacas, naturaleza e incluso algunas palmeras, que poco o nada tiene que envidiarle a la de cualquier hotel.

La piscina de la casa de Carlos Sobera en una foto publicada por Arianna Aragón.
Por no hablar del espectacular jardín perfectamente cuidado que se extiende a lo largo de las inmediaciones de la vivienda, donde Patricia también se toma instantáneas que comparte en sus redes sociales. Solamente hace falta echar un vistazo para dar fe de cuan impresionante es esta zona exterior y del enorme partido que le han sacado.

Patricia Santamarina disfrutando de su jardín en una foto para sus redes sociales.
Pero es que el verde no es el único protagonista de la parcela, pues también hay cabida para un espacio que se sirve como la terraza ideal. Para ellos y para los animales, pues no hay más que ver cómo reposa aquí la mascota de la casa. Se trata del espacio inmediatamente anterior al acceso al interior, que se atisba a través de las enormes cristaleras de la fachada.

La zona de terrada de la casa de Carlos Sobera que conecta con el interior.
Estancias modernas
Una interior ecléctico y con mucha luz natural
Es también a través de los perfiles en la red del televisivo que podemos descubrir las estancias que hay entre sus cuatro paredes. Comenzando por la cocina, donde Carlos ha grabado algún que otro vídeo y 'stories', y en la que el blanco es el tono principal para encimeras laterales e isla central. En contraste, para el mobiliario de almacenaje prefieren los tonos oscuros. Eso sí, todo perfectamente visible por la luz natural que se cuela por las ventanas.

Carlos Sobera combina el blanco con tonos oscuros en su cocina.
La misma luz presente en otras zonas del inmueble, como el dormitorio o el amplio salón, que se erige en el punto neurálgico del hogar, y en el que se impone la calidez. Desde los sofás, en tonos neutros, a elementos decorativos tan llamativos como las velas de colores que hay sobre la mesa central.

Así lucía el salón de Carlos Sobera y Patricia Santamarina en la época navideña.
Ahora bien, si hay una estancia cuando menos llamativa, esa es el vestidor de Patricia. Un lugar que cautivaría a cualquier fashion victim, donde zapatos y accesorios están dispuestos en formato vitrina y con fondo revestido en un naranja de lo más original. E imposible pasar por alto el sistema de retroalimentación con el que los estantes quedan iluminados. Un toque extra de modernidad.

Patricia Santamarina comparte contenido en redes desde su llamativo vestidor.
La guinda del pastel a un hogar en el que el buen gusto y el lujo confluyen para ser remanso de paz. El lugar perfecto, al que no le falta detalle, y en el que tanto Carlos como su mujer y el resto de la familia pueden descansar y desconectar del ajetreo del día a día. Su paraíso particular.