Que el verano no comienza hasta que Ana Obregon hace uno de sus protocolarios posados es ya algo instaurado en el imaginario colectivo del universo rosa. Cómo olvidar esas sesiones fotográficas en las que la actriz se mostraba con sus trajes de baño, y que durante tanto tiempo se sirvieron como el simbólico pistoletazo de salida de la temporada estival. Instantáneas para el recuerdo tomadas, en muchas ocasiones, desde un lugar muy especial: las islas Baleares.
Y no solo remite lo de especial al encanto del archipiélago, aunque también. La cuestión es que en él, concretamente en la isla de Mallorca, siempre se quedará un trocito del corazón de la protagonista de Ana y los siete. A fin de cuentas, es allí donde se encuentra 'El Manantial', la casa familiar donde desde hace muchos años han pasado el estío ella y los suyos. Incluida la pequeña Ana Sandra, su nieta, que ha tenido oportunidad de disfrutar de este especial inmueble en sus primeros años de vida. La suerte de pisarlo antes de que se venda.
Un lugar de cuento
Ubicación privilegiada en una parcela de más de 8.000 metros
35 millones de euros. Tal y como avanzó el pasado agosto de 2024 el diario mallorquín Última Hora, esa es la asombrosa cifra por la que el chalet de los García Obregón salía a mercado. Una cantidad que puede sorprender, aunque no tanto si se tiene en consideración todo lo que esta impresionante parcela comprende. Más partiendo de la base de que, en el momento en el que los padres de Ana se hicieron con ella, en realidad juntaron tres terrenos, sumándose así más de 8.000 metros cuadrados.

Ana Obregón y su padre en la zona exterior de 'El Manantial'.
De ahí que, más allá de los 1.000 construidos –que también se dice pronto–, destaque este lugar de cuento por sus zonas exteriores. Desde la parte de terraza, con su porche, sus sombrillas, su chill out con sofás y hamacas, hasta un pozo privado de agua potable y una salida directa al embarcadero. Eso y una enorme piscina en la que poder darse un chapuzón y refrescarse en las jornadas más asfixiantes. Nada mejor para pasar un buen rato, y para muestra las instantáneas que la propia Ana comparte de los días en los que se bañaba en ella junto a su hijo Aless Lequio.

Ana Obregón y Aless Lequio en la piscina de 'El Manantial'.
Todo lo anterior, sin obviar en ningún momento la panorámica de la bahía de Cala Millor que la ubicación permite. Por algo tan sencillo como que esta finca –cuya construcción data de hace más de cinco décadas y corrió a cargo de Antonio García Fernández, el padre de la televisiva– no está en un enclave cualquiera. 'El Manantial' se sitúa en la Costa de los Pinos, a los pies de la ladera de la Sierra de Levante y a tan solo 140 metros de distancia del acantilado. Lo mejor del mar y la montaña, unido en un mismo espacio.

La piscina de 'El Manantial' tiene vista directa al mar.
Cuidado al detalle
De la zona de trabajo a los recuerdos de su hijo Aless
Es evidente que en una casa de estas características se hace vida fuera del hogar. No obstante, eso no quita que el interior de la vivienda esté cuidado hasta el último de los detalles. Solamente hace falta echar un vistazo a la zona de trabajo donde Obregón también se ha tomado alguna fotografía para su perfil de Instagram. En una mesa circular puede dedicarse a leer o usar el ordenador, pero sin renunciar a tan espectaculares vistas.

Ana Obregón en la zona de trabajo de su habitación en 'El Manantial'.
Y es que esta estancia conecta también con el balcón exterior, del que solamente queda separada por una puerta corredera en cristal. La cuestión es que tan particular espacio que permite deleitarse con el paisaje al leer o teclear está dentro de su propia habitación. En uno de los siete cuartos con suite que la casa comprende.

Ana tiene una fotografía de Aless en su mesita de noche.
Eso sí, en el de Ana no falta nunca el recuerdo de Aless. Porque más allá del mobiliario y los textiles, si algo destaca es la fotografía de su hijo que tiene colocada junto a la lámpara de la mesita de noche. Siempre a su lado, aunque previsiblemente tendrá que mover el retrato a otro lugar en un futuro próximo. Si la venta se hace efectiva, la casa de veraneo donde tantos buenos momentos pasaron, acogerá pronto a otros huéspedes.