Todos creen conocerla muy bien, y en realidad, al repasar su trayectoria, tiene bastante sentido pensarlo. A fin de cuentas, a Lolita Flores —que es, en realidad, el sobrenombre con el que un país entero tiene en el radar a María Dolores González Flores— se la conoce desde el día en que nació. Tan sencillo como que sus padres ya eran dos de los artistas más exitosos de la época, con la particularidad de que tanto ella como sus dos hermanos apostaron por seguir su estela en la industria del espectáculo.
Cantante y actriz durante décadas, su carisma ha conquistado también los platós de televisión, como el de Tu cara me suena, donde ejerce de jurado desde la cuarta temporada. Y aunque hoy, a sus 67 años, sigue subiéndose a los escenarios de vez en cuando, es en su faceta más televisiva —como jurado, colaboradora o incluso invitada de excepción— donde ha sabido reinventarse sin perder su esencia. Eso sí, pese a la exposición pública constante, no todo el mundo la conoce tan bien como cree. De hecho, en una entrevista concedida a la revista Pronto en julio de 2021, dejó al descubierto detalles muy personales sobre su vida, su rutina de belleza y su manera de entender el paso del tiempo.
“Miedo a la edad es mejor no tener”
El trabajo como fuente de juventud y una rutina de cuidados bien pensada
Lolita tiene claro que la edad no es un problema mientras uno siga activo. “Miedo a la edad es mejor no tener, ¡sobre todo con lo que hay que trabajar!”, confesaba con el humor que la caracteriza. Y es que para ella, el trabajo no solo aporta estabilidad, sino también juventud. Eso sí, añade que no todo es cuestión de actitud: el cuidado personal también cuenta. “Sí que es verdad que me cuido”, afirmaba sin rodeos.
No le hace falta un quirófano para mantenerse estupenda. Lo suyo pasa por constancia, buenos productos y una rutina diaria que nunca se salta, por tarde que llegue a casa. “Siempre encuentro un rato para desmaquillarme, ponerme el suero, el tónico, el elixir, la crema de día, la de noche…”. Como buena artista, sabe que los focos y el maquillaje diario son enemigos silenciosos de la piel. Por eso insiste en la importancia de una buena limpieza: “Eso te abre los poros y toda la porquería que tengas en la cara, te la mete para dentro”.

Lolita, en una imagen de archivo de 2023.
No ha pasado aún por el bisturí, ni lo contempla de momento. Su confianza está depositada en buenos cosméticos, disciplina y sentido común. “Todavía no me he hecho ningún lifting, ni soy amiga de los quirófanos”, aseguraba, con ese punto de franqueza natural que siempre ha sido parte de su encanto.
Entre focos, series y madrugones
Cómo logra Lolita descansar y mantener el equilibrio a pesar del ritmo nocturno
Pese a sus esfuerzos por cuidarse, Lolita no se define como una mujer estricta con los horarios. Lo suyo no es precisamente dormir ocho horas del tirón. “Yo soy pájaro de noche y, aunque me meta en la cama a las diez, hasta las dos o las tres no me quedo dormida”, reconocía. Después de estudiar guiones o dejar el móvil, se pone a ver series y, más de una vez, las cuatro de la mañana la han sorprendido sin pegar ojo. Cuando tiene función de teatro, eso sí, intenta compensar el descanso durante la mañana. Pero incluso en los días más exigentes, no renuncia a su espacio. Es consciente de que el equilibrio entre descanso y actividad es clave no solo para lucir bien, sino para sentirse bien.
A sus 67, Lolita sabe lo que la hace feliz: el trabajo, cuidarse... y su familia. Desde que nació Noah, su nieto, siente que la vida le regaló un motivo más para sonreír. “¡Es lo mejor del mundo!”, decía emocionada en aquella charla con los periodistas de la mencionada publicación. “Es la alegría más grande que nos ha podido mandar el universo”. Y ahí está, abuela entregada, artista incansable y mujer que no le teme al paso del tiempo. Porque, como ella misma diría, hay líneas de expresión que se pueden llevar con mucha dignidad. Y con un buen sérum.