El deporte de élite lleva consigo grandes retos y sacrificios; largas horas de entreno, un estilo de vida exigente o estar lejos de seres queridos son algunas de las situaciones que estos deportistas viven a diario. Aunque, para las mujeres, se suma otro añadido: la maternidad.
La conciliación entre el deporte de élite y esta no lleva demasiado tiempo en boca de los profesionales del sector. Así lo defiende Ona Carbonell, quien, con una exitosa carrera repleta de medallas en natación sincronizada, lucha por conseguir que las mujeres no deban renunciar a la maternidad durante su carrera.
La ex nadadora lo relata en el podcast de Conversaciones que Valen La Pierna, donde explica, desde su experiencia personal, cómo vivió ella misma los primeros años de vida de su hijo.
Conciliar dos mundos
Deporte y maternidad
Ser deportista de élite requiere fuerza y capacidad de seguir adelante. Así lo relata la misma Ona: ”La gente ve las medallas, pero no siempre ve lo que hay detrás. Recuerdo momentos tan duros que llegué a pensar en tirar la toalla. En los Juegos de Pekín 2008, que al final no disputé, estuve al borde de la depresión. Me costó muchísimo. Entrenábamos 10 horas al día, 6 días a la semana. Durante cuatro años... para competir tres minutos. La presión mental es brutal”, asegura en el podcast.

Ona Carbonell
Y es que, en estos casos, tener una red de seguridad donde apoyarse es imprescindible. “Mis padres, mi hermano... siempre han estado ahí. A veces incluso ellos mismos me decían que lo dejara, que mi salud era más importante. Pero yo sentía que tenía que intentarlo, que no podía quedarme con la duda”, sigue explicando.
Me pasé siete años metida en la piscina, pero también aprendí a concentrarme, perseguir objetivos y no rendirme nunca
Para ella, el deporte le enseñó grandes lecciones: disciplina, constancia, tolerancia, frustración... Aunque también renunció a muchos años de su vida. “Me pasé siete años metida en la piscina, pero también aprendí a concentrarme, perseguir objetivos y no rendirme nunca”, afirma la ex nadadora de sincronizada.
Conciliar piscina y vida familiar
La llegada de la maternidad
La maternidad era algo que le causaba especial miedo. “Pensaba que ser madre significaba renunciar a mi carrera”, relata Carbonell en la entrevista. Todo cambió cuando nació su primer hijo, Kai. “La pandemia retrasó los Juegos de Tokio y me dio una posibilidad: volver a intentarlo. Estaba recién parida, con el suelo pélvico aún débil, entrenando a contrarreloj. Pero tenía claro que quería demostrar que no había que elegir entre ser madre y ser deportista de élite”, asegura.
Así, la realidad es que no recibió casi ayuda institucional para compatibilizar la maternidad con la alta competición. Todo fue fruto de trabajo personal y organización. “Di el pecho a mi hijo durante los entrenamientos. Viajaba y no sabía si podía llevarlo conmigo. Busqué información sobre lactancia y deporte de élite en internet... y no había nada. Cero. Tuve que buscar ayuda médica por mi cuenta”, explica.

Ona Carbonell
Fue en ese momento cuando decidió alzar la voz sobre la situación. Grabó un vídeo para sus redes denunciando el problema. “Ni siquiera podía llevar a mi hijo a los Juegos. El vídeo se viralizó y me entrevistaron medios de todas partes del mundo”, afirma Ona.
Gracias a esa gran visibilidad, junto con el Comité Olímpico Español, crearon la primera Comisión de Maternidad y Deporte. “Hemos presentado propuestas como que los bebés lactantes (0-18 meses) puedan viajar a competiciones; centros de cuidado infantil en la Villa Olímpica; profesionales específicos para el embarazo y posparto; rankings protegidos para mujeres embarazadas y bajas por maternidad con cobertura económica”, enumera.
Hay un sentimiento de culpa brutal: cuando volví a competir, sentía las miradas, los juicios. Como si tuviera que justificar que, además de madre, sigo siendo deportista
Aunque, para la ex deportista, aún queda mucho por hacer en el sector. “Hay deportistas que no han sido madres por miedo a que se les acabe la carrera. Otras han tenido que financiarse su propia recuperación posparto. Muchas no saben ni que tienen derechos. Hay un sentimiento de culpa brutal: cuando volví a competir, sentía las miradas, los juicios. Como si tuviera que justificar que, además de madre, sigo siendo deportista”, sorprende.

Ona Carbonell
Y es que aún existe un discurso que defiende que la maternidad no es rentable para las federaciones. “Es algo inaceptable. Hay ejemplos clarísimos: Serena Williams, Alex Morgan, Alison Felix… deportistas que han logrado sus mejores resultados tras ser madres. ¿Por qué? Porque la maternidad te fortalece, te da perspectiva. Pero necesitamos estructura: médicos, preparadores especializados, seguridad jurídica y emocional. No se puede seguir ignorando esto. El cuerpo y la mente de una mujer pueden con esto y mucho más”, afirma.
En ella misma la maternidad ha supuesto una gran evolución. Ona Carbonell destaca que ha conseguido dejar atrás esa obsesión por la perfección y medallas. “Me exigía dentro y fuera del agua. Ahora sé relativizar. Sé que puedo dar el 100% sin romperme. Me ha dado una nueva misión: abrir camino para que otras mujeres no tengan que elegir”, concluye la ex deportista en la entrevista.