Dentro de una semana, Antonio Banderas será uno de los hombres más felices del planeta. El actor acompañará a su hija, Stella del Carmen Banderas, al altar, donde se dará el 'sí, quiero' con Alex Gruszynski. Una emocionante boda que está acaparando todos los focos y que tendrá lugar el próximo 18 de octubre en la orilla del Duero.
Una felicidad en lo personal que ha logrado a lo largo de los años, intentando luchar por su vida y la de sus seres queridos. Sin embargo, no siempre ha tenido un camino fácil. Tal y como ha confesado en varias ocasiones, sus inicios en Madrid fueron muy tortuosos.
Antonio Banderas
Con tan solo 18 años, el actor abandonó su Málaga natal para luchar por sus sueños en la capital española. Una decisión que acabó marcando su vida para siempre y que hizo que pudiese empezar a trabajar en pequeños teatros antes de ser descubierto por Pedro Almodóvar.
Sin embargo, hasta que su carrera despegó del todo, no lo pasó nada bien al tener que enfrentarse a la dura realidad y sin dinero suficiente para poder vivir en condiciones. Por lo que tuvo que hacer muchos sacrificios para poder seguir luchando por lo que quería conseguir.
Antonio Banderas: “Con una latita de tomate y los ñoquis yo era feliz”
“En Madrid yo pasé mucha hambre. Me compré un libro corriendo de cómo cocinar una patata, que era lo más barato, y aprendí a hacerlas de mil formas. Yo no sabía que los ñoquis se hacían con patata. Con una latita de tomate y los ñoquis yo era feliz. Pero yo en Madrid pasé mucha hambre en mi primera época”, reconoció en el podcast Desmontando a, de Dani García, tal y como ha recogido Esquire.
Un golpe de realidad que le hizo entender que conseguir sus objetivos no iba a ser tarea fácil. Sin embargo, esto también le sirvió para convertirse en todo un cocinillas y aprender a realizar platos que le han valido para toda la vida.
Antonio Banderas y su hija, Stella del Carmen Banderas
Ahora, y tras haber alcanzado el éxito en lo profesional, tiene una vida mucha más tranquila. Por lo que no es de extrañar que se haya querido volcar en los preparativos de la boda de su hija. En una conversación con ¡Hola!, ha confesado que este momento es su “mayor satisfacción” y que no puede controlar los nervios ante la inminente ceremonia que se celebrará en la Abadía de Retuerta.
