Hay personas que disfrutan de la tranquilidad de lo cotidiano y encuentran en la repetición una forma de descanso. En el caso de algunos actores, acostumbrados a un ritmo intenso de rodajes y promoción, esa calma puede convertirse en un refugio frente al desgaste de la exposición pública.
Esa búsqueda de estabilidad ha marcado la forma de vivir de Jeremy Allen White, que prefiere pasar desapercibido antes que alimentar la curiosidad ajena. Su manera de equilibrar trabajo y familia ha terminado por definir una vida deliberadamente sencilla.
Aburrido
Jeremy Allen White defiende una vida sencilla lejos del espectáculo
El actor estadounidense, conocido por The Bear, asegura que su día a día se parece al de cualquier padre. En una entrevista con The Times explicó que “después de un tiempo, la gente deja de seguirte cuando se da cuenta de que lo único que haces es recoger a tus hijos del colegio y volver a casa”. Esa frase resume la normalidad que defiende con firmeza y que contrasta con el interés constante que despierta su figura pública.
White, padre de dos niñas junto a su exmujer Addison Timlin, describe su rutina con naturalidad. Contó que “hoy he preparado el desayuno para mis hijas, las he llevado al colegio y luego las recogeré para hacer la cena”. Repite ese esquema cada vez que no está en un rodaje, convencido de que esos pequeños gestos son los que mantienen su equilibrio personal. Entre bromas, añadió que “solo tengo siete platos que se me dan bien y tres que a mis hijas les gustan”.
Considera que lleva una vida aburrida y poco interesante para la prensa rosa
Esa simplicidad contrasta con la exigencia de su trabajo. Durante el rodaje de Springsteen: Deliver Me from Nowhere, en la que interpreta al músico Bruce Springsteen, el proceso fue tan absorbente que le llevó al límite. Según explicó al diario británico, “fue increíblemente difícil; estaba aislado, lejos de mis hijas, apenas viajaba a casa y me hizo sentir mal”. La experiencia le llevó a replantearse su ritmo profesional y a valorar la necesidad de estar más presente en su entorno familiar.
Después de ese proyecto, el actor decidió tomarse un descanso. En declaraciones a GQ reconoció que “con todo lo que pasaba en mi vida personal, pensé: vale, vamos a frenar un poco y quizá no trabajes durante un tiempo”. La pausa le permitió centrarse en sus hijas y reconectar con una rutina doméstica que considera fundamental para mantenerse estable.
Jeremy Allen White no intenta esconderse ni alejarse del mundo, solo llevar una vida tranquila, sin sobresaltos y con horarios que giran alrededor del colegio y la cena. Para alguien que lleva años delante de cámaras, su mayor logro es que su día a día se haya vuelto, por fin, un poco aburrido.

