Hace más de 50 años, el mundo de la interpretación vivió el nacimiento de Meryl Streep como actriz. Un debut que se dio en el teatro y que no tardó en extenderse a la televisión y el cine. Desde sus primeras apariciones en pantalla, la estadounidense se ganó el cariño de los espectadores, convirtiéndose hoy en día en una de las estrellas de Hollywood más reconocidas e importantes.
Sin embargo, todo podría haber sido diferente si hubiese seguido con su primer pensamiento de dedicarse a la abogacía y no adentrarse en un terreno profesional que veía del todo complicado. Por suerte, decidió perseguir sus sueños y convertirse en lo que es actualmente.
Meryl Streep
En una de las entrevistas en las que quiso tocar este tema, admitió que, pese a amar la actuación, creía que no era una opción posible. “Pensaba que dedicar tu vida a ser actriz era algo un poco tonto”, reconoció, según ha recogido ahora Elle, de unas palabras que ofreció hace unos años en otro medio.
Meryl Streep: “Me quedé dormida durante el examen de acceso a la facultad de Derecho”
“Me quedé dormida durante el examen de acceso a la facultad de Derecho. Había actuado en una obra la noche anterior y me encantó y pensé, '¿por qué no hacer lo que te gusta, aunque no puedas ganarte la vida con ello?'”, expuso. Un movimiento del destino que lo cambió todo.
Tras esto, y después de estudiar Drama en Vassar College, decidió estudiar interpretación en una de las escuelas más importantes del mundo en este sector: la Yale Drama School. En esta escuela de posgrado logró graduarse con una Maestría en Bellas Artes. Unos estudios que le sirvieron para poder enfrentarse a los primeros papeles que fueron decisivos para ella.
Meryl Streep
Pero pese a toda su experiencia en la industria y los estudios que avalan su preparación previa, tiene claro que no está dispuesta a dar clases para enseñar a los demás porque no se ve preparada. Y es que no sabría ni por dónde empezar: “Creo que es posible plantear retos a los alumnos que les hagan sacar su faceta interpretativa. Pero si no tienen talento y una especie de comprensión innata de cómo encarnar a otras personas, no creo que se pueda enseñar”.
