Así se vive en el pueblo más frío de Catalunya: a tres horas de Barcelona y al que solo se accede por tren cremallera

VIAJES

Un lugar enclavado entre las cimas más imponentes del Ripollès e ideal para disfrutar del esquí en invierno

Explanada con neblina en la Vall de Núria.

Explanada con neblina en la Vall de Núria.

Àngela Llop Farré

A tan solo unas horas de la capital catalana, existe un lugar donde el frío se siente como un habitante más. Incluso en pleno verano, las temperaturas pueden desafiar los termómetros. Este pequeño rincón, enclavado en los Pirineos catalanes, a unos 2.000 metros sobre el nivel del mar, no solo ofrece un paisaje de ensueño, sino que convierte el frío en parte de la experiencia. Aunque no es un pueblo habitado de forma permanente, se ha ganado fama por ser uno de los destinos más fríos de la región, especialmente durante los meses de invierno, cuando su clima extremo atrae a quienes buscan experimentar las bajas temperaturas. 

Vall de Núria

Vall de Núria

Getty Images/iStockphoto

Se trata de Vall de Núria. Por su ubicación en las montañas, experimenta un clima subalpino, lo que significa que las temperaturas en invierno pueden ser extremadamente bajas. En enero y febrero, las temperaturas diarias pueden oscilar entre -5°C y -10°C, con mínimas que a veces caen por debajo de los -15°C o incluso más bajas en noches especialmente frías. 

La nieve también es habitual y la estación de esquí de Vall de Núría es popular tanto para los amantes de los deportes de invierno como para quienes buscan la belleza de los paisajes nevados. Es un lugar virgen, únicamente interrumpido por el Santuario de la Virgen de Núria y el hotel Vall de Núria, y rodeado por picos de más de 3.000 metros de altura. 

Muchos acuden al Santuario y al hotel por diversas razones que combinan lo espiritual, lo natural y lo recreativo. Aunque uno de sus principales atractivos es la forma en la que se accede al lugar: a través del famoso tren cremallera, que añade un toque de exclusividad y aventura al viaje. Además, la tranquilidad de la zona, lejos del bullicio de las grandes ciudades, y la belleza del paisaje, hacen que tanto el Santuario como el Hotel sean puntos de atracción para quienes buscan escapar de la rutina.

Los lugareños de la zona y los trabajadores del hotel o la estación de esquí están acostumbrados al frío extremo y siempre llevan ropa adaptada a las condiciones alpinas. 

En Vall de Núria, durante el invierno, la vida cotidiana gira en torno al turismo de montaña y durante el verano, el lugar atrae a senderistas. La sensación es muy diferente en comparación con  las grandes ciudades, ya que el silencio de la montaña y la nieve lo envuelven todo, ofreciendo una sensación de paz y desconexión total.

Vista de la estación de montaña de Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC) en la Vall de Núria (Girona)

Vista de la estación de montaña de Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC) en la Vall de Núria 

Europa Press

Vivir o visitar un lugar tan frío como Vall de Núria, en pleno Pirineo catalán, es una experiencia única para los amantes de la naturaleza y el frío. Aunque el clima pueda asustar un poco, con una maleta adecuada y un enfoque prudente, se puede disfrutar de un entorno espectacular. 

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