Los pueblos medievales en España, con sus calles empedradas, sus castillos y sus plazas llenas de historias, se transforman en auténticos escenarios de cuento en invierno. El frío resalta la belleza de las fachadas de piedra y los tejados cubiertos de nieve crean una atmósfera única. El paisaje montañoso que rodea a muchos de estos pueblos se tiñe de blanco, brindando vistas espectaculares que contrastan a la perfección con la arquitectura medieval.

Fotografía de una calle del pueblo La Alberca.
La paz que se respira en estos rincones de España es inigualable, lejos del alboroto y bullicio de las grandes ciudades. Pero hay un pueblo en concreto que le ha robado el corazón a National Geographic y que recomienda visitar durante el primer mes del año: La Alberca. Este entrañable pueblo parece resistir al paso del tiempo con sus calles y casas tradicionales, brilla por luz propia y, además, tiene una curiosidad: se trata del primer pueblo de España en ser declarado Conjunto Histórico-Artístico, tan solo un año después de que terminara la Guerra Civil.
Razones para elegir a La Alberca el pueblo de eneroSegún National Geographic
1Los turrones más famosos de Salamanca: aunque la Navidad ya haya acabado, los turrones de La Alberca se venden durante todo el año en la plaza Mayor del pueblo.
2Sus paisajes nevados: se considera uno de los pueblos nevados más bonitos de España, además no está del todo lejos de la estación invernal de La Covatilla.
3La festividad de San Antón: la primera quincena de enero se puede disfrutar del famoso Marrano de La Alberca.
4Hedonismo invernal: el pueblo posee un Hotel SPA para disfrutar de un baño caliente con vistas.
La Alberca, situado a unos 70 kilómetros de Salamanca, es un pueblo rico en historia y arquitectura, con un entramado urbano muy característico. La iglesia de Nuestra Señora de la Asunción es uno de los encantos del pueblo, una arquitectura del siglo XVIII, diseñada por Manuel de Lara Churriguera, que se ha convertido en uno de los principales monumentos de la localidad. Además, otro de los lugares imprescindibles para visitar es la Plaza Mayor, donde está una de las esculturas más emblemáticas, la Cruz de la Plaza. Asimismo, cerca de la plaza también se puede visitar la Casa Museo Satús Juanela, donde se puede admirar cómo eran antiguamente las estructuras de las viviendas.
Tradiciones Locales
En La Alberca se conservan algunas tradiciones locales muy peculiares. Una de las más populares es la Hornacina de las Ánimas, donde todos los días del año, al caer la noche, la Moza de las Ánimas sale con su cencerro para recitar una retahíla en las principales esquinas del pueblo. “Fieles cristianos, acordémonos de las benditas almas del purgatorio con un padrenuestro y un Avemaría, por el amor de Dios. Otro padrenuestro y otro Avemaría por los que están en pecado mortal para que su divina Majestad los saque de tan miserable estado”.

San Antón, La Alberca
Otra de las tradiciones típicas de La Alberca es celebrar el día de San Antón. Sueltan un cerdo por las calles del pueblo y los vecinos deben cuidarlo y darle de comer hasta el día 17 de febrero, cuando el Ayuntamiento lo rife entre los vecinos. Lo recaudado con las papeletas se dona a una ONG y antiguamente el cerdo se regalaba a la familia más necesitada.
Un enclave único
Situada a más de mil metros del mar, La Alberca es el municipio más alto de la Sierra de Francia, siendo el acceso al valle de Las Batuecas. Un ecosistema fascinante donde coexisten los pueblos empedrados y tejados únicos con castañares, cultivos de cid y cumbres nevadas. Y es que visitar La Alberca es como viajar en el tiempo a un rincón donde la historia, la tradición y la naturaleza se entrelazan creando un ecosistema único.