Un pueblo escondido en el Pirineo catalán, considerado el más bonito para visitar en febrero según National Geographic

VIAJES

Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es un destino único para viajar al pasado y reconectar con la historia y la naturaleza 

Taüll

Taüll

Tiene una belleza discreta, que se despliega lentamente ante quienes deciden pararse a contemplarlo. En su silencio, donde el ruido del mundo a veces parece no llegar, cada rincón parece esconder una historia que igual no ha sido contada. Los campos que lo rodean, con su calma infinita, sus caminos, las casas de piedra, las pequeñas plazas y su gente, le dan un toque de calma que invita a quedarse un rato más. La gente vive con el ritmo propio de los pequeños pueblos, donde las cosas ocurren sin prisa y donde se respira la tranquilidad. 

Taüll

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José RAMIRO LAGUNA

En Taüll, elegido por National Geographic como el mejor destino para viajar en febrero, la vida transcurre sin alardes, pero con una autenticidad que rara vez se encuentra en otros lugares del mundo. Ubicado a 1.482 kilómetros, en la comarca de la Alta Ribagorza, este pequeño pueblo tiene todo lo que uno busca cuando piensa en el Pirineo catalán. 

Tiene dos núcleos históricos, la iglesia de Sant Climent y la iglesia de Santa María, ambas declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. En la primera, el frío se apodera de quien entra. Sin ventanas en sus muros, la luz apenas se cuela por la puerta de acceso, convirtiéndolo en un lugar donde reina la penumbra. Pero esos pequeños rayos de luz que se cuelan logran iluminar el ábside central, dibujando una mandorla en el centro y tiñendo las piedras sin color.  Ambas iglesias destacan por sus campanarios de piedra y pizarra, que sobresalen en el paisaje invernal que las rodea.

La arquitectura es modesta, pero tiene un toque rústico que le da carácter. Su entorno es mayormente rural, rodeado de campos que cambian en las estaciones, desde el verde brillante de la primavera hasta los tonos dorados de otoño. Pero más allá de su patrimonio histórico, Taüll se encuentra en un enclave natural privilegiado. Rodeado por las cumbres del Pirineo, este lugar parece dar comienzo al Parque Nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici.

Taüll

Taüll

Getty Images/iStockphoto

Para los amantes del senderismo, la escalada, la fotografía y las actividades de montaña, es un lugar repleto de oportunidades. Una de las rutas más conocidas es el Camí de l’ Ermita de Sant Quirce, un camino corto de apenas 15 o 20 minutos que lleva al Mirador del Pla de l’Ermita, donde se ven unas espectaculares vistas del Valle de Boí. Las montañas se ven sublimes desde allí. 

Es un destino perfecto para invierno en parte, también, por su estación de esquí. Encarada al norte, tiene nieve de calidad y sus 45 kilómetros de pistas sin masificaciones lo convierten en un lugar para disfrutar del esquí al completo. El Boí-Taüll Resort tiene hoteles, apartahoteles, restaurantes y spas, para todos los gustos y actividades, incluso para los que el esquí no es lo mejor del invierno.  

Taüll destaca por su riqueza histórica y cultural, especialmente por su arte románico, y por su impresionante entorno natural, que lo convierte en un entorno natural para los amantes de la historia, la naturaleza y los deportes. 

¿Cómo llegar desde Barcelona?

Para llegar a Taüll desde Barcelona, la opción más directa es en coche, un trayecto de aproximadamente 4 horas. Desde la ciudad, se toma la autopista A-2 en dirección a Lleida y luego se continúa por la C-13 hacia el norte, pasando por pequeños pueblos del Pirineo catalán. El paisaje cambia rápidamente a medida que te acercas a las montañas, lo que hace que el viaje sea más interesante. Si no tienes coche o no quieres conducir, puedes optar por transporte público, puedes coger un tren desde Barcelona hasta Vielha y luego un autobús hasta Taüll, aunque el viaje será más largo y con más transbordos.

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