Cuando se dice que los catalanes se van a las Américas a menudo lo primero que puede venir a la cabeza son lugares como Estados Unidos, Argentina o Brasil. Costaría imaginarse, en cambio, un catalán que vive junto al Polo Norte. Pero existe: es Nil Rodés, un catalán nacido en Sant Cugat del Vallès que, con sólo 29 años, se ha convertido en el ingeniero jefe del Departamento de Geología del centro universitario de las islas Svalbard.
Las Svalbard son un archipiélago del Océano Ártico que políticamente depende de Noruega. Es una isla en la que viven más osos polares que personas y donde, en esta época del año, prácticamente no hay luz solar. “No llevo muy bien estar sin ver el sol”, ha explicado en el Via lliure. La solución que ha encontrado Nil es marcharse del norte al sur, pero literalmente: “Aprovecho para ir a la Antártida” ha dicho.
En Svalbard viven 3.000 osos polares. Me he encontrado en situaciones incómodas"
Vivir en una región en la que hay más osos que personas ha hecho que el Nil viva situaciones surrealistas. En la entrevista con Xavi Bundó ha explicado que un día con unos amigos se encontraron una osa y sus dos cachorros . “Nos asustamos de forma considerable” ha confesado.
Ni nacer y morir
La vida en el Polo Norte
Otra de las singularidades de las islas Svalbard es que “no se puede nacer ni morir por ley”. Cuando se llega a una etapa muy avanzada del embarazo hay que marcharse del archipiélago porque allí no se dan las condiciones para parir. Y lo mismo ocurre con la muerte: si no se trata de una muerte inesperada, los ciudadanos de las Svalbard deben “ir a morir” a otro sitio y tampoco se les puede enterrar.
Si entierras a la gente en esta capa de hielo, los cuerpos podrían llegar a salir. Había un cementerio antiguo, pero ahora ya no está"
A pesar de las bajas temperaturas y los cambios con la luz solar, Nil Rodés no tiene ninguna prisa por marcharse de las Svalbard. Vuelve un par de veces al año a Catalunya y sus padres también van a visitarle. “Echo de menos casa, Catalunya, desde los paisajes hasta la cultura”, pero dice estar satisfecho con la vida que tiene en el archipiélago y tiene previsto quedarse, sin pensar demasiado “a largo plazo”.
Este artículo fue publicado originalmente en RAC1.