Cinco piscinas de hotel para el último baño

Escapada 'last minute'

Con vistas infinitas al océano portugués, en pleno centro urbano parisino, en el lago italiano más chic o en mitad de los Alpes suizos. Hay placeres que convierten al bañador en prenda de lujo atemporal

Las piscinas de hotel se convierten en destinos apreciados

Las piscinas de hotel se convierten en destinos muy apreciados

7132 Hotel de Vals

Festival de Venecia, 1982. Wim Wenders se alza con el León de Oro a Mejor Película por El estado de las cosas. El director alemán ha reconocido en varias entrevistas que para dar sentido al guión, en el que un equipo de rodaje deja a medias su proyecto cinematográfico por falta de recursos, hubo una localización imprescindible en aquel invierno de 1980. Su equipo de producción la encontró en el litoral de Sintra, en el término municipal de Colares. Se trata de la piscina del Hotel Arribas, precursor del modernismo arquitectónico en el país vecino, diseñado por Raúl Francisco Tojal y Manuel Coutinho de Carvalho, y donde en 2004 la banda U2 también filmaría su videoclip de Vertigo, Lisbon Version, y dispararía la foto de portada de su álbum How to desmantle an atomic bomb.

Este hotel, inaugurado en 1966 y renovado en 2017 con 60 habitaciones, nació y se restauró con forma de media luna sobre un saliente rocoso del océano, para ante todo proteger su icónica piscina de los vientos del atlántico.

El hotel cuenta con la piscina de agua salada más grande de Europa

El hotel cuenta con la piscina de agua salada más grande de Europa

Arribas Sintra Hotel

Hoy en día, y tras ese necesario lavado de cara que mantiene la esencia modernista y cinematográfica del lugar, la del Hotel Arribas sigue siendo la piscina de agua salada más grande de Europa, con sus 100 metros de longitud. Como compañero de vida, un océano salvaje, célebre por sus competiciones de surf, que cuando se embravece rompe sus olas directamente sobre la piscina. A media hora de Lisboa, y a un paso del pintoresco Sintra, esta “ballena varada” a orillas de Praia Grande es un destino en sí mismo y uno de los hotspots del momento de la costa lusa.

El fenómeno de “piscina que se convierte o que da sentido a hotel” también lo vivimos en Molitor, en el distrito XVI de la siempre efervescente París. Al oeste de la ciudad, cerca de Roland Garros y del parque de los Príncipes, otro icono completa este triángulo de oro del deporte. Popular lugar de baño y ocio, declarado Monumento Histórico en 1990, su conversión en hotel ha elevado a Molitor a una dimensión más elitista.

Molitor Hotel & Spa Paris MGallery Collection cuenta con una piscina art déco

Molitor Hotel & Spa Paris MGallery Collection cuenta con una piscina art déco

© Abaca Corporate-Boris Zuliani

Inaugurada en 1929, Molitor es mucho más que una piscina urbana, y se ha convertido en un lugar emblemático más de París. Su refinado estilo art déco, sus líneas depuradas, su geométrica fachada blanca, sus mosaicos de colores y sus balcones ornamentados le dan un aspecto de transatlántico amarrado al corazón de la ciudad.

Diseñada por el arquitecto Lucien Pollet, cada elemento ha sido concebido para combinar elegancia y funcionalidad, creando una atmósfera única que no puede encontrarse en ninguna otra piscina parisina.

Hoy Molitor es un hotel de 5 estrellas, un centro wellness y un referente artístico

Tras décadas como punto de referencia de la vida parisina, Molitor cerró en 1989 y poco a poco fue cayendo en el abandono. Grafiteros y artistas urbanos se adueñaron entonces de sus muros, convirtiendo el lugar en una galería al aire libre. Pero en 2014, tras un exhaustivo trabajo de restauración, la piscina recuperó su esplendor original.

Hoy Molitor es un hotel de 5 estrellas, un centro wellness y un referente artístico. Los visitantes pueden bañarse en sus dos legendarias piscinas, una cubierta y otra al aire libre, climatizadas todo el año, y disfrutar de un entorno único, donde darse un chapuzón evoca sumergirse en el loco ambiente parisino de los años veinte.

Le Bristol París cuenta con una piscina tipo carabela de los años veinte

Le Bristol París cuenta con una piscina tipo carabela de los años veinte

Le Bristol París

Sin movernos de París, si lo que queremos es nadar con vistas a la torre Eiffel, también es posible si ponemos rumbo a la prestigiosa Rue du Faubourg Saint-Honoré, a un paso de los Campos Elíseos. Allí se encuentra el icónico Le Bristol París, convertido en el primer hotel francés en recibir el título de Palacio (distinción que en el país galo se otorga a los 5 estrellas de excepción). Hoy es un símbolo más del chic parisino que ha conquistado a viajeros de todo el mundo durante décadas y que esconde un tesoro: una piscina donde sumergirse bajo las estrellas de la capital francesa.

La piscina, exclusiva para los huéspedes del hotel, está en la 6ª planta, y fue concebida y diseñada por el profesor Pineau, famoso por haber decorado los yates de Stavros Niarchos y Aristóteles Onassis. ¿Su propósito? Que pareciera una carabela gigante de los años veinte.

La piscina de Le Bristol es esa pausa que no esperas en mitad del incombustible ajetreo parisino

Dos frescos en trampantojo de Pierre-Marie Rudelle se extienden de proa a popa, mientras de estribor a babor los enormes ventanales ejercen de privilegiados miradores, con el azul del cielo parisino de fondo, entrelazado con los tejados de pizarra y con las joyas arquitectónicas más célebres de la ciudad, la torre Eiffel y la cúpula del Sacré Coeur.

La piscina de Le Bristol es esa pausa que no esperas en mitad del incombustible ajetreo parisino.

Villa d’Este nos brinda la oportunidad de bañarnos como si estuviéramos flotando en el lago

Villa d’Este nos brinda la oportunidad de bañarnos como si estuviéramos flotando en el lago

Fani Kurti

Cambiando el agua salada por el agua dulce, si en Sintra disfrutábamos de la piscina oceánica del hotel Arribas, en la localidad lombarda de Cernobbio podremos hacer lo propio en su emblemática piscina a orillas del lago de Como. La renacentista Villa d’Este nos brinda la oportunidad de bañarnos como si estuviéramos flotando en el lago favorito de la jet set, con sus vistas alpinas y el sabor de un Aperol Spritz elevando el concepto de atardecer a otra dimensión.

Recientes análisis apuntan a que Leonardo Da Vinci retrató a su enigmática Mona Lisa (comienzos del siglo XVI) con el Lago di Como como telón de fondo. Medio siglo más tarde, en 1568 comenzaba a escribirse la historia de Villa d'Este, cuando Tolomeo Gallio, el acaudalado cardenal de Como, apasionado por el arte, encargó la construcción de una suntuosa villa con vistas al lago que se convertiría en una de sus residencias de verano.

Esta villa está considerada desde 1913 como Monumento Histórico Nacional en Italia,

Tras pertenecer a diferentes aristócratas y miembros de Casas Reales europeas, en 1873 esta Villa se transformó en hotel de lujo. Desde entonces, cruzar el umbral de Villa d’Este supone entrar en un escenario cinematográfico, donde Alfred Hitchcock rodó su opera prima El jardín de la alegría en el jardín renacentista de 10 hectáreas del hotel, que hoy forma parte de los Grandi Giardini italiani. El paisajismo y el incalculable patrimonio arquitectónico y artístico de esta Villa, considerada desde 1913 como Monumento Histórico Nacional en Italia, culminan en un fascinante baño en su piscina sumergida entre cinco siglos de historia.

Nuestro último destino emerge allá donde el idílico paisaje del lago de Como se difumina en la lejanía entre afilados y escarpados picos montañosos. En la pequeña y tranquila aldea alpina de Vals, en la región suiza de Grisones, a 1.200 metros de altitud, nos espera un último baño en clave termal. 

7132 Hotel de Vals es un destino que enamora por igual a los amantes del turismo de montaña, a los paladares más exquisitos con su restaurante de dos estrellas Michelin, 7132 Silver, y a los sibaritas del diseño. Tadeo Ando, Kengo Kuma, Thom Mayne y Peter Zumthor, cuatro referentes de la arquitectura contemporánea, se encargaron en 2017 de dar forma a la ampliación del hotel, creando la denominada House of Arquitects con siete nuevas habitaciones. Uno de ellos, el suizo Peter Zumthor, ya se había encargado años atrás de la aclamada obra del spa.

Una piscina utiliza los beneficios termales de las aguas del valle de Vals

Una piscina utiliza los beneficios termales de las aguas del valle de Vals

7132 Hotel de Vals

Las primeras menciones a los beneficios termales de las aguas del valle de Vals datan del siglo XVII, y cuando Zumthor diseñó el actual spa en 1996, la aldea ya era mundialmente conocida por su complejo termal de aguas mineromedicinales.

Su proyecto perseguía crear una cueva o cantera de cuarcita, respetando el entorno natural de las termas. Su fascinación por la mística convivencia de piedra y montaña guió su trabajo, imaginando en todo momento la piel desnuda de los huéspedes disfrutando del ritual del baño sobre piedras calientes. Como si de un onsen japonés en mitad de los Alpes se tratara, los reflejos de luz en el agua, el aire saturado de vapor o el placer de la acústica única del agua burbujeante adornan esa mística que de manera tan acertada recreó el arquitecto suizo.

“Estás caminando por el bosque. Todo el mundo está en busca de su propio camino”. Las palabras de Peter Zumthor hablan por si solas de la experiencia que supone sumergirse en las termas de Vals. ¿Se te ocurre un plan mejor para estrenar el otoño…?

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