Una paloma bebé, indefensa y sola, encontró su salvación gracias al olfato curioso de Lila, una corgi que estaba de paseo con su humana Kyra. La perrita, siempre alerta y olisqueando todo a su paso, detectó a la pequeña paloma en una acera.
La chica, sorprendida por el hallazgo, se llevó a casa al diminuto animal, indefenso y sin plumaje, apenas capaz de moverse. “Honestamente, no sabía si sobreviviría o no. Así que comencé a investigar todo lo que pude sobre cómo cuidar palomas bebé”, confesó Kyra en una entrevista con The Dodo. A partir de ese momento, su vida giró en torno a asegurar que la recién bautizada Peeper tuviera una oportunidad.
Son inseparables
Peeper y Lila se divierten juntas
Los primeros días fueron un reto. Alimentarla, mantenerla caliente y aprender sobre sus necesidades específicas requirieron paciencia y dedicación. Sin embargo, con el paso del tiempo, Peeper comenzó a ganar fuerza, dejando a Kyra y Lila completamente fascinadas con su evolución. Según Kyra, “Peeper significa todo para mí”, y esa devoción es más que evidente.
Lo curioso de esta historia es la dinámica que se generó entre Lila y Peeper. “Lo veo como una relación entre hermanos humanos”, comentó Kyra. A veces, la corgi ladra como para establecer su posición en el hogar, y la paloma, lejos de intimidarse, se revuelve.
Peeper, además, tiene sus propias excentricidades. Si hay agua corriente cerca, la pequeña paloma no se lo piensa: se lanza a darse un baño. Si es en la bañera, Lila también es probable que se una. Estas escenas han dejado claro que, pese a su tamaño, Peeper tiene una gran personalidad.
