Hay quienes dicen que los perros no solo son los mejores amigos del hombre, sino también los mejores aliados para encontrar pareja. No es solo porque un perro haga que cualquiera parezca más adorable, sino porque son un imán natural para entablar conversación. Y no, no se trata solo de paseos en el parque. En aplicaciones de citas, un perro puede ser el detalle que rompa el hielo entre dos desconocidos.
Hace un año, Ali y su perro Lincoln eran una pareja inseparable, disfrutando de la vida con la complicidad que solo un humano y su mascota pueden compartir. Pero este verano, un simple mensaje en Hinge, una de las apps para ligar más conocidas, lo cambió todo.
Historia de amor
Cupidos de cuatro patas
Ali estaba analizando posibles candidatos cuando el perfil de Ryan McCarthy llamó su atención. No fue solo la sonrisa o los intereses comunes, sino la foto en el coche junto a Cruz, su perro. La joven no pudo resistirse a este vaquero y dejó un comentario: “¿Por qué siento que nuestros perros serían mejores amigos?”. No tenía idea de lo acertada que estaba.
La primera cita no solo fue un éxito para Ali y Ryan, sino también para Lincoln y Cruz. Mientras los humanos charlaban y se conocían mejor, los perros encajaban perfectamente. Definitivamente su conexión era tan especial como la de sus dueños. Fue el tipo de encuentro en el que todo encaja, no solo para las personas, sino también para sus fieles compañeros de cuatro patas.
Dos meses después de haberse visto por primera vez, Ali y Ryan ya intercambiaban los te quiero como si llevaran años juntos. Su relación avanzaba tan rápido como los paseos matutinos de sus perros. Lincoln y Cruz, mientras tanto, disfrutaban de un idilio paralelo: juegos interminables, siestas uno al lado del otro y, por supuesto, muchas caricias extras de ambos humanos.
Los cuatro han pasado juntos las primeras Navidades, convirtiendo su nueva rutina en familia en algo tan natural como inevitable. “Todavía no me creo que Ryan fuera un desconocido que conocí por internet”, comenta Ali. Así que sí, compartir la vida con un perro puede ser mucho más que una gran responsabilidad: puede ser el primer paso para unir a dos almas gemelas.

