Un video protagonizado por Jhana, una cachorro de Golden retriever a la que le echan la bronca después de hacer una de sus habituales trastadas, se ha hecho viral en TikTok, generando miles de reacciones y risas.
Las caras de la cachorro mientras el regañan son un poema
Jhana se comió el mando de la tele
En el video, vemos en primer plano a Jhana mientras que su dueño la regaña por haberse comido una parte del mando a distancia de la tele, dejándolo totalmente inutilizable.
El hombre, visiblemente frustrado pero con cierto tono de humor, como acostumbrado ya a estas situaciones, intenta explicarle a la cachorro las consecuencias de su travesura. “Esto no se come, te va a hacer mal, ¿Entendés? Después tengo que ir a la compañía de cable y ¿Qué les digo yo? ¿Que se lo comió la perra? ¿Cómo me lo cambian ahora? ¿Cómo pongo los canales en el decodificador?”.
Mientras tanto, la peluda, con una expresión seria y aparentemente arrepentida, seguramente sabedora de que lo ha hecho mal, olfatea el mando a distancia dañado, levantando incluso una pata, en un gesto que ha generado aún más risas entre los usuarios que han visto el video. Además, la manera de mirar de Jhana, con cara de no haber roto nunca un plato ha causado autentica sensación porque se hace muy difícil reñirla cuando se pone así.
La escena ha causado sensación en redes sociales
Lluvia de comentarios en TikTok
El video ha generado cientos de comentarios en TikTok, que oscilan entre la ternura por la cara que pone la perrita al ser regañada, los comentarios empatizando con el dueño porque saben lo que es que tu perro te lo muerda todo, y el humor por la situación: “Parece que está pensando: voy a esperar q que deje de hablar y agarro el juguete de nuevo“, ”Espera no muevas más la mano.. Que me falto moder unos botones“, ”¿Pero como me va a hacer mal papi? Si no llegue a las pilas“ o ”No responde porque se comió el botón de mute", son algunos de los comentarios más ingeniosos.
Además de la diversión, muchos usuarios compartieron anécdotas similares sobre las travesuras de sus propias mascotas, lo que convirtió la publicación en un espacio improvisado para los amantes de los animales. “Me pasó lo mismo pero con una dálmata, pero obvio ella quería cambiar el canal” o “El mío me masticó el ratón del ordenador y me pidió perdón dándome la patita”.