Lucas Otero, educador canino: “Si dos perros se pelean, puedes frenar al agresor cortándole la respiración o introduciendo un dedo en su ano”

Bienestar animal

El especialista en educación canina explica cómo intervenir ante una pelea entre perros sin causar más daño, y advierte contra acciones peligrosas como gritar, golpear o tirar del animal

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Lucas Otero explica en redes cómo intervenir de forma segura ante una pelea entre perros sin agravar la situación

Lucas Otero explica en redes cómo intervenir de forma segura ante una pelea entre perros sin agravar la situación

Instagram | @duan_educacioncanina

Cuando dos perros se pelean de forma violenta, la escena puede ser desesperante. Pero actuar de forma impulsiva no solo puede empeorar la situación, sino también provocar lesiones graves. Así lo explica Lucas Otero, educador canino argentino especializado en intervenciones respetuosas, que ha compartido en sus redes sociales una guía clara sobre cómo separar correctamente una agresión entre perros.

Desde su cuenta de Instagram (@duan_educacioncanina), Otero alerta de los errores más comunes que cometen los tutores en medio de un conflicto: “No grites ni le pegues al perro agresor, ya que puedes provocar que la agresión suba en intensidad”, advierte. También desaconseja tirar hacia atrás de alguno de los animales si uno mantiene la mordida sobre el otro: “Podemos provocar un desgarro serio en el perro que está siendo agredido. Y no pierdas tiempo utilizando estrategias que pocas veces funcionan, como tirar agua”.

Cortar la respiración sin exponer tu seguridad

Cómo separar agresión entre perros

Según el educador, lo importante es actuar con rapidez y precisión. “Primero, si alguno de los perros mantiene la boca presionada sin abrirla, tienes que cortarle la respiración hasta que la suelte”, explica. Para ello, propone dos formas seguras de hacerlo.

La primera opción consiste en aplicar una llave con las manos directamente al cuello del perro, con extremo cuidado de no exponerse a una mordida redireccionada. “Su cara está muy cerca de la tuya. Por eso hay que tener cuidado”, aclara Otero.

La segunda opción —que considera más segura— es utilizar una correa: “Pasas la correa por el cuello, metes el mosquetón por adentro de la manija, tiras, y vas a apretar contra el cuello del perro”. De esta forma, se puede cortar el flujo de aire con algo más de distancia.

Técnica extrema

El reflejo anal

Si ninguna de las estrategias anteriores da resultado, Otero propone una tercera, más impactante pero frecuentemente efectiva: “Una opción un poco más desagradable pero que suele ser bastante eficaz es introducir el dedo en el ano del perro agresor hasta que abra la boca”.

Se trata de un método de reflejo fisiológico: ante el estímulo en una zona tan sensible, el animal tiende a soltar la mordida de forma inmediata. Aunque pueda parecer extrema o poco convencional, esta técnica es conocida y aplicada en emergencias veterinarias y en protocolos de seguridad canina en situaciones de ataque.

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Lucas Otero, que lleva años trabajando con perros desde un enfoque amable y preventivo, recuerda que lo ideal es evitar llegar a una situación de agresión mediante una buena socialización y manejo adecuado del entorno. Pero si sucede, es clave actuar con estrategia y no con miedo. “Es un momento de gran desesperación y la mayoría de las personas no sabe cómo actuar”, reconoce.

Por eso, insiste en la importancia de la formación, la anticipación y el conocimiento del lenguaje corporal canino. Intervenir bien puede marcar la diferencia entre una pelea sin consecuencias y una tragedia evitable.

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