Un perro con pinta de jubilado en la piscina ha generado una mezcla de desconcierto y risas entre quienes se cruzan con su imagen. De frente, parece un señor que observa desde el agua. Pero en realidad es Leonard, un bulldog inglés que ha sorprendido en redes por su peculiar postura acuática, más propia de una persona que de un perro. El efecto óptico del agua hace el resto: piernas que parecen largas, pecho que impone y una expresión que no cambia ni bajo el sol.
El vídeo fue compartido en TikTok y en pocas horas empezó a multiplicarse entre comentarios y reacciones. En la secuencia, Leonard se apoya sobre sus patas traseras dentro de una piscina portátil de gran tamaño, mientras mantiene el equilibrio como si estuviera de pie.
Lo curioso es que la altura del agua distorsiona sus proporciones, y por eso la imagen genera tanto asombro. Las patas cortas que le caracterizan son más largas, y su cuerpo robusto toma un aire humano difícil de ignorar.
Su dueña decidió grabarlo después de darse cuenta del efecto que provocaba al verlo así desde lejos. En el vídeo, además, se aprecia cómo Leonard parece cómodo dentro del agua, sin moverse demasiado y con la mirada fija en algo fuera del plano. Esa quietud fue una de las razones por las que muchas personas bromearon con que “necesita un bar dentro de la piscina” o entendieron que “solo le falta la cervecita”.
Como peces en el agua
No hay nada que frene a esta pareja
Aunque los bulldogs ingleses no suelen ser grandes nadadores por su anatomía, Leonard se maneja bien en este entorno. La piscina tiene poca profundidad, lo que le permite estar dentro sin riesgo.
Los perros con hocico chato tienden a tener problemas con el agua porque pueden inhalarla con facilidad, pero aquí la situación está bastante controlada. Eso facilita que pueda disfrutar sin agobios, simplemente plantado con firmeza mientras observa el jardín.
Junto a él, también aparece en otras publicaciones su compañera de juegos, Sasha, que prefiere relajarse flotando sobre una colchoneta con forma de trono. La escena resulta aún más graciosa por la diferencia de estilos entre ambos: uno firme en pie, el otro recostado.
De esta manera, tanto Leonard como Sasha se han convertido en protagonistas involuntarios del verano gracias a una piscina y un encuadre con truco.