El estrés no es solo cosa de humanos. Los animales también lo sufren, aunque sus síntomas puedan pasar desapercibidos para los dueños. Alteraciones en su comportamiento, pérdida de apetito y cambios en su salud física son señales de que algo no va bien.
Raquel Pavo, nutricionista canina, explica a través de su cuenta de Instagram que “el estrés actúa como un monstruo invisible que enferma a los animales”. Según la especialista, los efectos del estrés afectan directamente al sistema digestivo, inmune y hormonal de los animales, debilitando poco a poco su organismo y agravando enfermedades preexistentes.
Señales que no se deben ignorar
La calma como medicina
Entre los síntomas más comunes del estrés en mascotas se encuentran la falta de apetito, la irritabilidad o el aislamiento. En casos más graves, puede empeorar enfermedades crónicas, afectar al corazón y aumentar la fragilidad general del animal. “Aunque no lo veas, su cuerpo sí lo siente”, señala Pavo.
El impacto del estrés en la salud animal se compara con un rompecabezas: si la mente del animal está alterada, el resto de su cuerpo también se desajusta. Esto hace que incluso tratamientos médicos específicos puedan ser menos efectivos si no se considera el bienestar emocional como parte de la terapia.
Raquel Pavo, nutricionista canina: “El estrés actúa como un monstruo invisible que enferma a los animales”
Los especialistas coinciden en que un entorno tranquilo y estable favorece la recuperación de las mascotas. Mantener rutinas consistentes, ofrecer espacios seguros y dedicar tiempo al juego y la interacción positiva son estrategias que reducen la ansiedad y fortalecen la respuesta del organismo frente a enfermedades.
“El estrés hace que todo funcione peor. Su cuerpo es como un rompecabezas. Si su cabeza está floja, las demás piezas también empiezan a moverse mal. Por eso es clave que esté tranquilo para que su cuerpo pueda pelear mejor”, enfatiza la especialista.
Además, veterinarios y expertos en comportamiento recomiendan observar con atención cualquier cambio en hábitos, apetito o conducta, y actuar de manera temprana para minimizar el impacto del estrés.
En definitiva, reconocer y manejar el estrés en mascotas es tan crucial como cualquier intervención médica. Alimentación adecuada, atención emocional y un entorno calmado son aliados fundamentales para garantizar que los animales no solo sobrevivan, sino que también se desarrollen saludables y felices.


