Nora Navas, actriz, 50 años: “Le dije a Cesc Gay que no podía hacer una secuencia en la que tenía que coger a un gato, me daba miedo, pero cuando abrí la caja y miré dentro me enamoré”

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La actriz barcelonesa, conocida por películas como ‘Pa negre’ o ‘La vampira del Raval’, y con ‘Mi amiga Eva’ recién llegada a las carteleras, nos habla de la preciosa gata con la que comparte su vida. “Mi hija dice que soy la favorita de Serafina”, confiesa

La actriz Nora Navas estrena película.

La actriz Nora Navas estrena película. 

Caterina Barjau

Acaba de estrenar Mi amiga Eva, su reencuentro con un Cesc Gay que ya la había dirigido en Historias para no contar (2019) y en la exitosísima obra de teatro Els veïns de dalt. Cuenta que esta ha sido una de sus mejores experiencias ante la cámara, una de las películas y de los personajes más complejos de su carrera, un trabajo de pico y pala para lograr tomarle el pulso al tono medidísimo, lleno de sutilezas y matices, que le pedía el cineasta para esta finísima comedia. 

Un intenso viaje que cuenta la historia de una mujer, la Eva del título, que, a punto de cumplir los 50, decide hacer un cambio radical en su acomodada vida y romper con un matrimonio de dos décadas, decidida a volver al juego del amor. Una película estupenda que, más allá de lo que pueda implicar a nivel profesional, de premios y de aplausos, le trajo a Navas una inesperada pasión por los felinos, traducida en la adopción de Serafina.

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Ganadora de dos premios Goya por Pa negre (Agustí Villaronga, 2010) y Libertad (Clara Roquet, 2021), y con una trayectoria magnífica que incluye películas como Tots volem el millor per a ella (Mar Coll, 2013), Dolor y gloria (Pedro Almodóvar, 2019) o La vampira del Raval (Lluís Danés, 2020), y series como Les de l'hoquei (2019), La Mesías (2023) o Yo, adicto (2024), la actriz barcelonesa vive un estupendo momento profesional. Y también un enorme amor por una gata preciosa de la que nos habla en esta charla.

Todo empezó en el rodaje de Mi amiga Eva...

Es así... yo no era nada de gatos, no me gustaban especialmente, me daban miedo. Si iba a casa de alguien que tenía uno y me quedaba a dormir... Mira, recuerdo que estuve en un templo budista donde había gatos y pasé la noche del loro pensando en que no se me subieran a la cama. O sea, tremendo. Entonces, había una escena en Mi amiga Eva, que al final no sale en la película porque se ha caído en montaje, en la que a mi personaje le regalan un gato en su 50 cumpleaños. Sus hijos se lo llevaban a la cama y ella soltaba: “¡Siempre había querido tener un gato!”. Y yo le decía a Cesc Gay que no podía hacer esa secuencia: “No puedo coger a un gato, me dan miedo”. Y él me dijo que no ensayaríamos, lo traerían dentro de una caja, y rodarían lo que me saliera. Vale, cinco y acción, y yo pensando: “Madre mía, ahora tendrás al animal en brazos y a ver qué pasa...”. Hacemos la toma, me traen la caja, y dentro había un gato del que me enamoré. Increíble, de esos grises, guapísimo. Bueno, brutal, y le dije a la productora que me había enamorado, que quería a ese gato [risas].

¿Y qué ocurrió?

Pues que hablamos con la persona que lo había traído al set, y resulta que era hijo de un gato que había ganado premios de belleza. Valía como 2.000 euros. Primero, estoy en contra de la compraventa de animales, pero es que, además, había una lista de espera para la cuarta camada del padre. Dije que no, pero me quedé... como cuando te vuelve la libido que tenías muerta tras una separación. Pues igual con el gato. Entonces, más o menos en ese momento, a mi padre le acababan de regalar una gata, estaba a punto de hacer una mudanza y no se la podía quedar. La cuidaba un amigo suyo, pero yo me planteé adoptarla. Hablé con mi hija Luara, y decidimos quedárnosla.

Recuerdo que estuve en un templo budista donde había gatos y pasé la noche del loro pensando en que no se me subieran a la cama

Nora NavasActriz

Entonces hace poco que la tienes en casa.

Sí. Cosa de un año. Ahora ella debe tener dos, y me tiene enamoradísima. Y cuando voy a cualquier lugar donde hay un gato, es que me encantan... Y pasa como con los hijos: Serafina es la más guapa del mundo. Veo otros gatos y no son mi Serafina. Es que ni el gato gris con el que rodamos la película es tan bonito [risas].

¿Por qué se llama Serafina?

Cuando aún la tenía mi padre, tan pequeñita, nos dijo que había pensado en ponerle Luara. “A ver, Luara se llama mi hija. No puedes ponerle el mismo nombre de tu nieta” (risas). Y pensó que fuera Luara quien la bautizara. Y resulta que mi hija había tenido de cría unos gatos de juguete y uno se llamaba Serafina, entonces le traspasó el nombre. Serafina, y la llamamos Sera, Fina, Serafinchi, mil cosas.

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¿Cómo es Serafina?

Tiene una carita muy pequeña y un cuerpo muy grande porque está gordita. Es muy guapa, una modelo. Y es muy obediente. O sea, es como un gato-perro. Cuando está en la terraza y quiero cerrar la puerta, la llamo y entra enseguida. Duerme conmigo la siesta, a la que me pongo después de comer, allí aparece y se sube... Es verdad que tiene esa cosa de los gatos de ir a su bola. Cuando más amor necesito, pues ahora no vengo [risas]. O de repente me mira como si fuera nueva: ¡pero si ya me conoces, Serafina! Y de repente te mira y se pega unos sustos, que piensas... ¿A dónde vas? ¡Tranquilita! Pero creo que tenemos mucha comunicación, Luara dice que soy su favorita.

¿Nunca habías tenido mascotas?

Nunca, nunca. Y siempre había pensado que, de tener alguna, sería un perro, porque siempre me había parecido una cosa más natural para mí que un gato. Y ahora me pasa que pienso que si le ocurriera algo a Serafina... me muero. Es que me muero. Luara dice que se suicida. ¿Qué hablas, Luara? [risas]. Hace poco estuve en Perú y no sabes lo que la eché de menos. Mi hija me preguntaba si la había añorado más que a ella: pero es que con Luara podía hablar, ¡y con Serafina no!

Nunca había tenido mascotas, y ahora pienso que si le ocurriera algo a Serafina, me muero

Nora NavasActriz
Serafina es la primera mascota que tiene Nora Navas.

Serafina es la primera mascota que tiene Nora Navas. 

Cedida

¿Y cuando regresas a casa, qué tal te recibe?

Pues ya la oigo maullar desde el parking. Y cuando me voy se mete siempre dentro de las maletas, y como estoy haciendo maletas constantemente...

¿Es sociable con las visitas?

Le gustan más las mujeres que los hombres, cuando entra una energía masculina se esconde mucho, al menos durante un rato. Pero después, con que conozca un poco a la persona, ya se acerca y se pone a buenas.

¿Alguna anécdota que recuerdes?

Cuando mi hija cumplió 17 años, montó una fiesta. Y mi expareja y yo pensamos que Serafina lo pasaría fatal, porque venían quince adolescentes a casa. Entonces reservamos habitación en un hotelito en Arenys, y decidimos llevárnosla. Y el viaje fue tremendo: estaba diluviando, y ella no paraba de maullar. Y una vez en el hotel... fue un desastre. Me dije que no la movería más.

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No les gusta nada cambiar de hábitat. ¿Qué haces ahora cuando debes dejarla sola?

Viene Sara, una chica que tiene cinco gatos y que ejerce de canguro. Está en casa un rato, abre la ventana, le da de comer, riega las plantas, y juega con Serafina. De hecho juega más que yo...

¿Tú no juegas con ella?

No mucho. Pero tampoco jugaba con mi hija (risas). Es broma, con mi hija sí que jugaba, pero confieso que con Serafina lo hago muy poco. Al principio de tenerla lo hacía más. El otro día pensaba que está todo el día sola, y que quizás le buscaría un hermanito. Pero es que me ha salido tan buena que tengo miedo de que, si adopto a otro gato, no sea igual y se nos desmadre la cosa...

Es buena... ¿no es de las que se sube a la estantería y lo tira todo?

¡Qué va! Nada, nada, se porta muy bien. El sofá está rascadísimo, eso sí, pero bueno, la dejo hacer... Sí que compré una alfombra de yute, y entonces me hice con un spray para que no me la destrozara, uno de esos de cítricos que no le gusta, y funciona. Y es verdad que cuando volví de Perú se había hecho unas cacas en unas alfombras de alpaca que tengo. Y una vez se meó en la cama de Luara. ¡Estaría enfadada!

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