Los gatos de tu barrio no son el problema, son la solución
Cuidado animal
Descubre la importancia de cuidar y gestionar las colonias felinas en tu comunidad
El rol crucial de las colonias felinas en el equilibrio urbano
En un barrio de un municipio rural, entre calles llenas de historia y plazas donde la vida se mezcla con el asfalto, vive una colonia felina. Hace años que esos gatos nacieron allí, descendientes de generaciones que aprendieron a sobrevivir en un entorno cada vez más hostil. Lo que antes eran huertos, ahora son casas de hormigón que se han cobrado la vida de centenares de gatos en poco tiempo. Algunos vecinos los querían y cuidaban; otros, sin embargo, no soportaban su presencia.
Una mañana, estalló el escándalo. En la entrada de un edificio aparecieron carteles amenazantes: “Si mañana estos gatos siguen aquí, los envenenaré.” El miedo se extendió entre quienes los protegían, mientras que otros vecinos veían aquella nota como una solución desesperada. “¿Hasta cuándo tendremos que soportar la suciedad y los olores?”, exclamaba indignada una mujer.
Las comunidades de vecinos deben actuar con responsabilidad y enviar una instancia a su ayuntamiento, quien está obligado por ley a gestionar las colonias felinas
Pero lo que muchos desconocían es que hacer desaparecer a los gatos no solo es cruel, sino también ilegal. En España, los gatos callejeros no son considerados una plaga, y su eliminación mediante empresas de control de plagas u otros métodos está prohibida. Los gatos forman parte del equilibrio del ecosistema urbano, controlando plagas de roedores y otros animales. Su desaparición provoca el llamado efecto vacío ecológico: si se eliminan, otros gatos inevitablemente ocuparán su lugar.
Un viejo cuento relata cómo un alcalde cazador decidió exterminar todas las aves de su pueblo porque se comían las frutas de los árboles. Al poco tiempo, el pueblo quedó invadido por mosquitos y plagas que propagaron enfermedades, pues las aves eran su principal depredador. Lo mismo ocurre con los gatos callejeros: eliminarlos puede traer consecuencias imprevistas, como la proliferación de plagas que antes mantenían bajo control.
Por eso, las comunidades de vecinos deben actuar con responsabilidad y enviar una instancia a su ayuntamiento, quien está obligado por ley a gestionar las colonias felinas. Esto implica aplicar el método CER (Captura, Esterilización y Retorno), que consiste en capturar a los gatos, castrarlos o esterilizarlos, y devolverlos a su territorio, evitando así su reproducción descontrolada.
En España, los gatos callejeros no son considerados una plaga, y su eliminación mediante empresas de control de plagas u otros métodos está prohibida
No son una problemática
Responsabilidad del ayuntamiento
Además, los ayuntamientos deben identificar a los gatos con microchip a su nombre, desparasitarlos, vacunarlos, alimentarlos, garantizar su atención veterinaria y mantener la colonia en condiciones salubres. También deben reconocer y apoyar el trabajo de las personas que, de manera altruista, cuidan de estas colonias, asumiendo de su propio bolsillo los gastos que deberían provenir de la partida presupuestaria municipal destinada al bienestar animal. Esta financiación no es opcional: el ayuntamiento debe reasignar recursos de otras partidas no obligatorias para cumplir con la ley.
Las reuniones vecinales se volvieron tensas. “¡Estos gatos no deberían estar aquí!”, bramaba un hombre. “Este barrio también es su hogar”, replicaba otra vecina. La mediadora de Mishilovers explicó que, según la Ley 7/2023 de Protección y Bienestar Animal, los ayuntamientos están obligados a censar las colonias felinas y a gestionarlas correctamente mediante empresas especializadas. No solo deben vacunar, desparasitar y esterilizar o castrar, sino devolverlos a su origen, alimentarlos y garantizar su bienestar, así como controlar que en la colonia no aparezcan nuevos individuos (Os recordamos que, según un estudio de Afinity, en España son abandonados más de 320 gatos al día; uno de ellos puede estar desesperado buscando comida, calor y amor en esa colonia cerca de tu casa porque ni sabe cazar ni sabe vivir en la calle).
Felinos controlados
El impacto positivo del método CER
Los beneficios del método CER son incuestionables. Se ha demostrado que aplicar este sistema resuelve hasta en un 95% los problemas de marcaje con orina, la vocalización excesiva en época de celo, las peleas por territorio y la proliferación de camadas indeseadas. Además, un grupo de gatos castrados/esterilizados y bien gestionados mantiene el equilibrio ecológico y evita la aparición de nuevas colonias descontroladas.
Los vecinos que querían deshacerse de ellos se dieron cuenta de que la clave no era eliminarlos, sino gestionarlos de manera adecuada. La ley protege a estos animales, y las comunidades de vecinos pueden y deben exigir a su ayuntamiento que cumpla con su responsabilidad. Si el ayuntamiento no responde, Mishilovers puede ayudar a gestionar la solicitud y garantizar que se actúe dentro del marco legal.
Con paciencia y diálogo, la situación cambió. Se colocaron refugios en zonas discretas, se establecieron espacios para alimentarlos lejos de las entradas de los edificios y, en pocos meses, la colonia se estabilizó, manteniendo las plagas bajo control.
La solución no es eliminarlos ni reubicarlos, sino gestionar a los gatos con respeto
Gatos comunitarios
Una solución con respeto
Con el tiempo, incluso los vecinos más reacios reconocieron que el problema no eran los gatos, sino la falta de gestión. “Ahora casi ni me doy cuenta de que están aquí”, admitió uno de los más escépticos.
La solución no es eliminarlos ni reubicarlos, sino gestionarlos con respeto. Si en tu comunidad hay gatos callejeros, la respuesta no es ignorarlos ni exterminarlos. Contacta con Mishilovers y asegúrate de que tu ayuntamiento cumpla con su deber. Los gatos de tu barrio son parte de la solución, no del problema.