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Laura Vidal, experta en duelo animal: “Después de la muerte, los animales se comunican con nosotros a través de la electricidad o los sueños visita, incluso existen casos donde ha habido señales físicas”

Sociedad

Aparte de acompañar el duelo animal, Vidal ha investigado la pérdida desde una parte más espiritual, reuniéndose con psicólogos, psiquiatras e investigadores de la vida después de la muerte. “Creo que los animales siguen comunicándose con nosotros cuando ya no están”, concluye

Laura Vidal ha acompañado a personas que dicen sentir a su animal tras su muerte. 

Cedida

El sonido de las patitas en el parqué, un peso ambiguo en la cama o huellas en lugares insospechados. Son algunas de las situaciones con las que se ha encontrado Laura Vidal tras acompañar a centenares de personas a transitar el duelo tras haber perdido a su animal, algo que, al principio, asociaba a la pérdida misma. “Me enseñaron que el cerebro busca aliviar el sufrimiento y necesita una manera de lidiar con el dolor”, explica. Sin embargo, poco a poco y tras seguir de cerca muchos casos, fue cambiando de opinión.

Vidal es  auxiliar de veterinaria, acompañante en duelo, coach y doula del alma animal. Y, actualmente, es una de las mayores expertas en duelo animal, no solo por acompañar a los tutores en su pérdida y ayudarles a transitar el dolor, sino también por investigar lo que sucede una vez nuestros compañeros se han ido. De ello habla en su último libro, Conmigo siempre, donde indaga en los testimonios de psicólogos, terapeutas, investigadores, expertos en procesos de duelo, comunicadoras animales y otros estudiosos con el convencimiento de que la evidencia científica es compatible con las creencias espirituales.

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Algunas personas sienten la presencia de su animal cuando ya ha fallecido. ¿Cómo se explica?

Te puedo dar dos versiones diferentes. Cuando yo estudié y me formé como acompañante del duelo, todas las formaciones fueron aplicadas a humanos, porque no había en duelo animal. A mí lo que me enseñaron es que el cerebro busca aliviar ese sufrimiento y busca una manera de lidiar con el dolor. De esa manera, hay sensaciones o imaginaciones de presencia, como notarlo o escucharlo, ese tipo de cosas. Desde la práctica, yo creo que la última vez que lo conté yo llevaba ya unos 500 acompañamientos a personas en duelo, y te puedo decir que para mí no es algo ligado al duelo o a lo que la persona cree o se imagina, sino que es algo completamente real. 

¿En qué sentido?

He acompañado a personas de todo el mundo y llegó un momento en que me tuve que rendir a que me contaban las mismas señales y las mismas sensaciones. También he acompañado a casos más extremos donde ha habido señales físicas, como gente que ha podido fotografiar a sus animales después de morir, que fue lo que me inspiró en mi último libro Conmigo siempre. Ahí habló del duelo desde una parte más espiritual, de la conexión con ellos y de cómo sigue, porque creo que se siguen comunicando con nosotros cuando ya no están.

Muchas personas sienten cosas cuando están medio dormidos, como notar que el perro pega un salto en la cama, el peso de su cuerpo u oírle rascar la puerta

Laura VidalExperta en duelo animal

¿Hay señales frecuentes?

Generalmente, se comunican a través de la electricidad, es una de las formas que más he visto: aparatos o luces que se encienden y se apagan solas, dispositivos que se encienden sin pilas, etc. También a través de los sueños visita, que es cuando te dicen que han tenido sueños superextraños, muy cortos y con un mensaje muy claro, donde se les aparece el animal, les mira y sienten que les dicen que todo está bien, o que llegan acompañados de otro perro. Lo más curioso es que luego te llaman y te dicen que el perro del sueño lo han visto en una protectora o en la calle. O que sienten cosas cuando están medio dormidos, como notar que el perro pega un salto en la cama, notar el peso de su cuerpo al lado, escuchar sus patitas u oírle rascar la puerta. O señales que llegan a través de otros animales, porque son mucho más sensitivos que nosotros: perros que ladran a un rincón como si vieran algo o gatos que tocan el aire como si estuvieran acariciando al perro.

¿Y cuáles son los casos más extremos?

Recuerdo a una chica de Colombia que era médico y me llamó superpreocupada porque veía a su perrita en casa después de haber fallecido. Como era médico, estaba asustada y lo estaba pasando mal, porque no tenía creencias de este tipo. Le hizo una foto al salón con la televisión apagada y, reflejada en la pantalla, se veía la cabeza de su perra. También hemos visto huellas de patitas que han aparecido en casa donde hacía meses que no había ningún animal y el suelo se había limpiado mil veces, o arco iris que han aparecido en una urna. No son las más habituales, pero cuando llevas tantos años viendo esto una y otra vez, y una mujer colombiana de 50 años y otra chica de 19 de Barcelona te cuentan exactamente lo mismo, empiezas a investigar.

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¿Son casos aislados?

No, hemos visto que le pasa a muchísima gente. Ahora acabamos de ver a un chico que está haciendo el duelo por su perro. Estaba en un momento muy crítico, a punto de suicidarse porque no podía soportar haber perdido a su compañero, que lo era todo para él. Y en ese momento, un aparato eléctrico de su casa se encendió y la potencia empezó a subir y bajar al máximo, un aparato que no estaba ni enchufado. Y evitó que se quitara la vida.

Sin embargo, tú no creías en esas energías.

Para nada. Y todo eso lo plasmo en el libro, en el que hago este trabajo de investigación y empiezo a reunirme con psicólogos, psiquiatras e investigadores que están investigando la vida después de la muerte desde un punto de vista más científico. También me reúno con otros tipos de perfiles, tipo médium o comunicadoras animales. Es el libro que más he tardado en escribir, pero con el que tuve que derribar mi propia percepción del mundo y levantarla otra vez.

Un chico no podía soportar la pérdida de su perro y estaba a punto de suicidarse; en ese momento, un aparato eléctrico de su casa se encendió sin estar enchufado y evitó que se quitara la vida

Laura VidalExperta en duelo animal

¿Es recomendable tener otro compañero al poco tiempo de fallecer nuestro animal?

Cada caso es diferente. Más que tiempo, es desde donde se está tomando la decisión de adoptar. Siempre que esa decisión venga del miedo a estar solo, a sufrir o a enfrentarse a la pérdida, es mejor que no. Fíjate qué diferente es cuando se adopta desde el reemplazo o la tirita, porque el foco no está puesto en el animal que llega, sino en uno mismo: mi dolor, mi duelo y lo que he perdido. En ese caso, cuando llega el nuevo animal, empiezan las comparaciones: “el otro era más cariñoso”, “el otro no ladraba”, “el otro era más bueno y me hacía más caso”. Hay que hacerlo siempre con el corazón libre y limpio, pensando que será otro animal completamente diferente y que se forjará otra relación, porque si no también empezará la culpa de sentir que le está quitando el sitio al otro. Primero hay que gestionar el duelo y curar el corazón, porque tampoco es justo para el perro que llega gestionar la presión de tener que sustituir a otro y estar a la altura.