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Andrés Martín, psicólogo: “Las personas con Síndrome de Noé acumulan animales sin reconocer sus propios límites, se ven como salvadores, y terminan provocando maltrato involuntario y deterioro del hogar”

Trastorno por acumulación de animales

Este síndrome desdibuja la realidad: quienes lo padecen creen que ayudan a los animales, pero no perciben el daño que les provocan ni los límites de su propia capacidad

La realidad del Síndrome de Noé según el psicólogo y director de Cepsim Madrid, Andrés Martín

El Síndrome de Noé es un trastorno poco conocido pero de gran impacto, que se caracteriza por la acumulación compulsiva de animales hasta límites que comprometen su bienestar y el del hogar donde viven. No se trata de una simple pasión por las mascotas ni de un voluntariado responsable: las personas que lo padecen sienten una necesidad de “salvar” animales, pero no reconocen sus propios límites ni las consecuencias de su conducta. Esto puede derivar en maltrato involuntario, deterioro del entorno, conflictos familiares e incluso problemas de relación con vecinos y la comunidad.

Para comprender mejor este fenómeno y sus implicaciones, hemos hablado con Andrés Quinteros Turinetto, psicólogo y director de Cepsim Madrid, quien nos explica cómo se desarrolla el síndrome, cuáles son los factores psicológicos y emocionales más frecuentes en quienes lo padecen, y qué señales permiten detectarlo a tiempo. 

Debido a su comportamiento compulsivo, este síndrome a veces se ha asociado al TOC

Andrés Quinteros TurinettoPsicólogo y director de Cepsim Madrid

¿Cómo diferencian los profesionales el Síndrome de Noé de una simple pasión por los animales o del voluntariado en rescates?

Hay diferencias importantes. En el primer caso, lo que prima es el cuidado del animal, ya que le impulsa la empatía y el interés por su bienestar. Estas personas ayudarán a los animales que humanamente pueden cuidar, se pondrán un límite, porque lo relevante es el bienestar. En el caso de personas con el síndrome de Noé, tienen necesidad de acumular animales de forma obsesiva, sin tener en cuenta el bienestar animal; similar al síndrome de Diógenes. Por lo que esta acumulación impide en buen cuidado de los animales (suciedad, no contar con recursos para alimentarles adecuadamente, etc.). En este caso la persona se siente compelida a salvar animales, pero no puede reconocer sus propios límites y condiciones.

Síndrome de Noé

Shaun Lowe

No buscan darles un hogar digno.

No, y esa es la otra diferencia con las personas que tienen un interés por el cuidado de los animales. Generalmente, las segundas les salvan, cuidan y les buscan un lugar con una familia que los pueda adoptar. En cambio, las personas con este síndrome no pueden desprenderse de los animales y no pueden parar de acumularlos, con los problemas que lleva aparejados de mal cuidado. Hacen un maltrato “involuntario por descuido”. 

¿En qué momento se considera que una persona ha cruzado la línea hacia un trastorno de acumulación de animales?

En lo objetivo, cuando se tiene la compulsión de acumular animales y se sobrepasa la capacidad que tienen para darles un buen cuidado. A su vez, cuando, por el número excesivo, se producen carencias (desnutrición, no hay cuidados de salud, ambiente sucio, etc.). Sin olvidar que el hogar donde viven no está limpio y es insalubre para los humanos y los animales. Y, por último, cuando la persona no reconoce que perjudica a los animales o que tenga un problema, si se les retiran, es probable que vuelva a acumular. Se ven como salvadores.

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¿Qué factores psicológicos o emocionales suelen estar más presentes en las personas que desarrollan este síndrome?

Debido a su comportamiento compulsivo, este síndrome a veces se ha asociado al TOC, ya que comparte la presencia de compulsiones y rituales típicos de los trastornos obsesivos. Sin embargo, existen otros problemas añadidos o diferentes. Por ejemplo, están las personas aisladas y con escasos apoyos sociales que asocian a los animales como un factor de compañía. Esto muchas veces está asociado a una historia de abandono emocional o maltrato. Por lo que la acumulación de los animales suele ser para tapar ese vacío emocional.

Las personas con este síndrome no pueden desprenderse de los animales y no pueden parar de acumularlos, con los problemas que lleva aparejados de mal cuidado

Andrés Quinteros TurinettoPsicólogo y director de Cepsim Madrid

¿Y qué otros perfiles de personas se ven implicados?

Personas con escasas habilidades sociales, baja autoestima y con sentimiento de incompetencia. En este caso, los animales le aportarían una sensación de ser útiles, de que están haciendo algo bien y que pueden demostrar que pueden cuidar de ellos. Aunque, otros posibles trastornos pueden ser: trastornos psicóticos, de depresión, de personalidad dependiente o evitativa… Por ello, la necesidad surge de la soledad, el trauma de abandono y la necesidad de control y afecto.

¿Se ha observado algún patrón de personalidad o rasgo común en quienes padecen este trastorno?

Sí, algunos factores son los que ya hemos mencionado: baja autoestima, aislamiento y pocas habilidades sociales. Pero también existe una necesidad de control, por lo que nunca pueden delegar el cuidado de los animales ni desprenderse de ellos. Suelen negar que tienen un problema y mantienen una visión distorsionada de la realidad, sumado a un pensamiento mágico de salvador.  También, como ya mencioné, pueden tener de base una personalidad obsesiva, o dependiente o evitativa, o tener de fondo una estructura psicótica.

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¿Qué señales tempranas pueden ayudar a un familiar o vecino a detectar que alguien podría estar desarrollando este síndrome?

Es complejo determinar señales tempranas, pero las más claras e importantes son: no tienen límite y no pueden decir que no a acoger a un nuevo animal. Comienzan a adoptar animales por encima de sus capacidades. Deterioro del entorno en que viven (suciedad, malos olores, etc.) y de los animales, que están mal cuidados. Va perdiendo los pocos vínculos que tienen porque no puede alejarse de los animales. También podemos destacar algunos cambios emocionales y de conducta como: descuido personal, mayor ansiedad e irritabilidad, aumento del aislamiento social y negación de la realidad.

Hay que recordar que la negación es uno de los mecanismos psicológicos más determinante de este problema y uno de los obstáculos más importantes para el tratamiento

Andrés Quinteros TurinettoPsicólogo y director de Cepsim Madrid

¿Cómo se evalúa clínicamente a una persona con sospecha de Síndrome de Noé?

Generalmente, como la persona no reconoce el problema, no acude de manera voluntaria, sino que el problema lo perciben los familiares o vecinos, y ahí es cuando comienzan a intervenir los servicios sociales. Para resumir, la valoración, desde un aspecto psicológico, analiza la historia personal, y por otro, sus condiciones actuales: vínculos emocionales si los tiene, cómo percibe su realidad, conciencia del problema... Pueden usarse distintas pruebas como apoyo a la evaluación. Esta valoración debe ser integral, ya que debe incluir el área del trabajador social, y médico.

¿Qué papel juega la negación o la falta de conciencia del problema en la dificultad para tratar a estos pacientes?

Hay que recordar que la negación es uno de los mecanismos psicológicos más determinante de este problema y uno de los obstáculos más importantes para el tratamiento. Además, la negación se asienta en su distorsión de la realidad: “ustedes no me comprenden” “yo salvo a los animales”. Por lo que se rechaza la intervención externa. Ellos no logran percibir que lo que se le señala como un problema, lo sea realmente, y evitan darse cuenta de su malestar y del dolor que hay en su interior.

¿Cómo afecta este trastorno a la familia o al entorno más cercano de la persona que lo padece?

Las relaciones familiares suelen ser conflictivas desde antes de que surja este problema. Pero es verdad que este problema suele generar malestar en la familia y también en los vecinos. Generalmente, los familiares, sobre todo los hijos o hermanos, suelen padecer mucha frustración e impotencia porque la persona les niega que tenga un problema. Pasan muchas veces de la culpa al enfado y hartazgo de la situación y como suele ser un problema que se alarga en el tiempo, suele generar mucho desgaste emocional, llevando incluso a desentenderse del problema, porque sienten que no pueden hacer nada.

¿Cómo suelen reaccionar los familiares cuando la situación se prolonga y sienten que no pueden hacer nada?

Cuando esto sucede (ruptura del vínculo y del contacto), la familia se desentiende de la persona, dejan de verle y dejan de hablar de ello, como si fuera un tema tabú. También dejan de colaborar con los profesionales que intervienen. Si había algún familiar que convivía con la persona, suele irse, ya que el lugar se vuelve invivible. Como es un problema que repercute en el entorno, suele haber conflicto con los vecinos, se estigmatiza y rechaza a toda la familia, y eso hace que se alejen más.

Si había algún familiar que convivía con la persona, suele irse, ya que el lugar se vuelve invivible

Andrés Quinteros TurinettoPsicólogo y director de Cepsim Madrid

¿Qué tipo de tratamiento psicológico resulta más eficaz en estos casos?

No puede abordarse desde una sola perspectiva y profesional, en el área psicológica es importante hacer una valoración integral, para determinar que tratamiento es el más adecuado, también hay que determinar el trabajo que se hará con la familia a nivel psicológico y psicoeducativo. Además, es relevante que este proceso psicológico se realice en coordinación con el área social, que intervendrá en la retirada de los animales, trabajo con el entorno y los vecinos; y con el área médica y psiquiátrica, en relación con las medicaciones que se pueden indicar.

Síndrome de Noé

¿Qué estrategias utilizan los profesionales para generar conciencia del problema en pacientes que niegan su condición?

Solemos utilizar las fases creadas por Prochaska y DiClemente en su modelo de los procesos de cambio, que se comenzó a utilizar con los problemas de adicción, pero también es útil para todos los problemas donde la negación del problema es central. La mayoría de estas personas se encuentra en la Fase pre-contemplativa, que significa que la persona no reconoce que tiene un problema y no tiene la menor intención de cambiar ni iniciar un tratamiento. Por lo que el inicio del tratamiento suele hacerse por presión externa: mandato judicial, presión de los servicios sociales o presión familiar. Y el objetivo en esta fase es que la persona lo reconozca.

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¿Qué medidas preventivas o programas comunitarios podrían implementarse para detectar y tratar precozmente el Síndrome de Noé, antes de que cause daños graves a personas y animales?

Puede tratarse de realizar un programa de prevención integral. En primer lugar, debe ser educativo y dirigido a toda la comunidad, explicando el problema, sensibilizando sobre las necesidades y la responsabilidad que conlleva cuidar a un ser vivo (también prevenir por los abandonos). Enseñar a la comunidad cómo identificar de manera temprana el descuido o maltrato de un animal, contar con una línea telefónica para que las personas puedan contar sus dudas. 

Dentro del programa educativo, es fundamental dar talleres en las escuelas sobre cuidado animal y enseñar los indicadores de que un animal no está bien cuidado. Otro modo de prevenir es tener normas claras sobre adopción y cuidado del animal, por lo que hay que trabajar juntamente con los refugios de animales para ayudar a mejorar los procesos de adopción responsable.