“El contacto con perros y gatos ayuda a sobrellevar el dolor en pacientes crónicos”: su convivencia activa respuestas fisiológicas que reducen el estrés y refuerzan el bienestar emocional
Bienestar
Según diferentes estudios, cuidar de un animal hace que el paciente se sienta útil y facilita la expresión de conductas que son emocionalmente positivas para la persona
El contacto con perros y gatos ayuda a sobrellevar el dolor en pacientes crónicos.
Para muchos mayores, el dolor crónico es una sombra constante. Sin embargo, la compañía de un perro o un gato puede transformar esa experiencia diaria en una rutina más llevadera, según revela un reciente estudio de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y la Cátedra Fundación Affinity Animales y Salud. La investigación analiza cómo convivir con mascotas puede mejorar la salud y la calidad de vida de quienes sufren esa dolencia, y aporta una visión innovadora sobre el papel de los animales.
Según los estudios que forman parte de esta revisión, el simple hecho de cuidar de un animal de compañía puede ser de gran ayuda para los pacientes. La razón de esto radica en el hecho de que tenerlos genera un sentido de utilidad, especialmente en personas que, debido a su sufrimiento, pueden sentirse limitadas o menos activas.
Según los estudios que forman parte de esta revisión, el simple hecho de cuidar de un animal de compañía puede ser de gran ayuda para los pacientes.
Además, la convivencia diaria con un perro o un gato favorece la aparición de conductas emocionalmente positivas, generando una sensación de bienestar y apoyo que afecta directamente en la salud mental de los pacientes. Estas interacciones no solo mejoran el estado de ánimo, sino que también ayudan a mitigar los efectos emocionales que acompañan al dolor crónico.
Uno de los aspectos más destacados del estudio es el poder de relajación que aporta la compañía de los animales. Su interacción genera un estado de calma que actúa como una herramienta eficaz para aliviar las dolencias. Ese efecto relajante reduce la tensión y el estrés, dos factores que suelen intensificar la percepción del daño. Además, la presencia de una mascota no solo funciona como distracción: también activa respuestas fisiológicas que ayudan en la gestión y mejoran el bienestar psicológico de los pacientes.
Sensación de apoyo incondicional
Todas estas conclusiones fueron expuestas en el congreso internacional Canine Science Forum 2025, celebrado el pasado mes de junio en Hamburgo, donde destacaron la importancia de reconocer a los animales como un recurso adicional en el tratamiento del dolor crónico. En este contexto, dejaron claro que las mascotas pueden convertirse en un pilar fundamental en el día a día de los pacientes, ayudándoles a superar las dificultades emocionales y físicas.
En una línea similar, el estudio titulado The Role of Pets in Supporting Cognitive-Behavioral Chronic Pain Self-Management: Perspectives of Older Adults de la Universidad Humboldt de Berlín destaca que el cuidado de un animal no solo aporta una sensación de utilidad, sino que también estimula comportamientos positivos y activos, fundamentales en el manejo del padecimiento. Según el estudio, la convivencia con mascotas fomenta un estilo de vida más activo —clave para el control del daño— y facilita la interacción del paciente con su entorno, promoviendo una mayor integración social.
A partir de los datos obtenidos de propietarios de perros y gatos mayores de 70 años con dolor crónico, los investigadores identificaron varias estrategias comunes para sobrellevarlo: la mejora del estado de ánimo, gracias al efecto positivo de los animales; la relajación y distracción, favorecidas por su presencia tranquilizadora; el incremento de la actividad física, como pasear al perro; la activación conductual, que motiva al paciente a mantenerse activo incluso con malestar; la interacción social y el contacto con otras personas; y una mejor calidad del sueño, al favorecer rutinas más estables.
La interacción favorece la relajación, la distracción, la actividad física y el contacto social, lo que fortalece la capacidad de las personas para convivir con el dolor de una manera más llevadera
Además, el intenso vínculo afectivo que se establece entre el paciente y su animal refuerza la sensación de apoyo incondicional, ayudando a afrontar el malestar físico y emocional con mayor eficacia. “El dolor no es solo un problema físico, sino una experiencia compleja en la que influyen de forma importante nuestras emociones y pensamientos. Por ello, la convivencia con un animal puede ayudar a las personas a sobrellevarlo mejor. La interacción con él favorece la relajación, la distracción, la actividad física y el contacto social, lo que fortalece la capacidad de las personas para convivir con la dolencia de una manera más llevadera”, destaca el Dr. Jaume Fatjó, director de la Cátedra Fundación Affinity Animales y Salud de la Universidad Autónoma de Barcelona.
Los estudios coinciden en que la relajación es una de las estrategias más eficaces para afrontar el dolor crónico.
Y aunque los beneficios superan por goleada, algunos participantes del estudio mencionaron también algunos impactos negativos de tener una mascota, como el esfuerzo físico que implica su cuidado o la preocupación por su bienestar.
En definitiva, los estudios coinciden en que la relajación es una de las estrategias más eficaces para afrontar el dolor crónico, ya que permite desviar la atención hacia sensaciones más agradables. En este contexto, la presencia incondicional de un animal de compañía se convierte en un apoyo esencial: favorece la calma, la distracción y, en consecuencia, hace que el sufrimiento resulte más llevadero. Los investigadores subrayan la importancia de seguir explorando cómo integrar a las mascotas en los tratamientos de manejo de la afección, una vía que podría abrir nuevas posibilidades dentro de las terapias no farmacológicas para mejorar la calidad de vida de los pacientes.