Amaia Ciriza, voluntaria: “Para mí, los perros potencialmente peligrosos son los más adorables de la galaxia; en cuanto das el paso y pones uno en tu vida, todo te sonríe”

Testimonios

Médica de familia de profesión, Ciriza ha logrado más de 150 adopciones de los llamados PPP 

Amaia ha logrado la adopción de más de 100 PPP.

Amaia ha vivido rodeada de perros durante toda su vida. 

Cedida

Amaia Ciriza es médica de familia, tiene 60 años y lleva casi tres décadas viviendo en un pequeño pueblo de Orense. En su tiempo libre —y en buena parte del que no lo es— se dedica a rescatar, cuidar y encontrar familia a los perros con menos probabilidades de ser adoptados: los llamados PPP. Ha logrado más de 150 adopciones y, para muchos, se ha convertido en su única opción de vida digna.

Desde que tiene memoria, Amaia ha vivido rodeada de perros, y es algo que siente como una prolongación natural de su vida. Pero hace unos años, por un azar de las redes sociales, su implicación dio un giro profundo: pasó de ser una cuidadora entregada a convertirse en rescatista, gestora de adopciones y sostén de una red de solidaridad en torno a los perros potencialmente peligrosos (PPP), un acrónimo que ella preferiría evitar. “Para mí los PPP son los perros más adorables de la galaxia, en cuanto das el paso y pones uno en tu vida, todo te sonríe”, afirma.

Lee también

¿Tienes mascota, vives en Barcelona y tienes una realidad curiosa con ella por contar? Explica tu historia en ‘Peludos’, en Guyana Guardian

Guyana Guardian
Mature Latino man with beard any stylish casual clothing in springtime day in Buenos Aires, Argentina. Shot takend with Nikon D850

Su primera experiencia directa con rescates comenzó en Gran Canaria, en lo que hoy es el albergue insular de animales, pero que entonces era una perrera donde se practicaban sacrificios, especialmente de perros considerados PPP. “De repente un día me vi salvando perros allí, sin haberlo planeado; fue algo que sucedió casi por accidente”, explica. Aquel primer rescate marcó el comienzo de una dedicación que ya acumula años de historias, kilómetros y esfuerzos.

Además, en casa vive con tres perras: Harmony, Julie y Xana, cada una con una historia compleja detrás. Harmony, una pequeña yorkshire, llegó con una cardiopatía severa y un pronóstico tan sombrío que estaba a punto de pasar por la eutanasia, a los dos meses. “Ahora está a punto de cumplir doce años, es increíble”, dice Amaia, que la adoptó sin dudar. Julie, una mezcla de Staffordshire, apareció durante un paseo por el monte y la bautizó así en honor a una amiga. Y a Xana, una border collie con golden, la vio por primera vez en Facebook: “Alguien comentaba que no caminaba. La acogí en principio de forma temporal… y lleva conmigo doce años”. Xana fue víctima de maltrato y llegó con la columna vertebral dañada y una bala aún alojada en el cuerpo. “Llegó sin poder caminar y ahora anda; a veces incluso vuela”.

De repente un día me vi salvando perros allí, sin haberlo planeado; fue algo que sucedió casi por accidente

Contributing Writer
Amaia convive con sus tres perros.

Amaia convive con sus tres perros.

Cedida

Pero más allá del vínculo íntimo con sus animales, lo que distingue a Amaia es su capacidad de movilización. Junto a un grupo de mujeres —a quienes llama con afecto “guerreras”— ha logrado gestionar más de 150 adopciones de perros PPP. “Mi propuesta y mi visión fue anunciar a los cuatro vientos la adopción a coste cero. Yo y mis compañeras pagábamos todos los gastos: viajes, veterinarios… Y logramos ese hito”. No se trataba solo de poner en circulación nombres e imágenes, sino de asumir todo el proceso logístico, legal y económico. “Resolvimos muchas incidencias y realizamos gestiones complejas, a nivel de transporte, legal… Y finalmente, misión cumplida; la perra que iba a ser sacrificada encontró un hogar”, recuerda sobre uno de los casos más simbólicos, el de una pitbull de Gran Canaria que entregó en adopción en León.

Su presencia activa en redes sociales ha sido fundamental para esta tarea. Participa en múltiples grupos de Facebook dedicados a perros con leishmania, de razas concretas o con necesidades especiales. “La verdad es que se realiza una gran labor comunicando todos esos casos concretos de animales que necesitan adopción para vivir más dignamente”, asegura. Allí, no solo difunde casos, sino que también encuentra nuevas redes de apoyo y colaboración. Su cuenta de Instagram, (@amaiaciriza), junto a la de una de sus compañeras (@stinkstief), se ha convertido en punto de encuentro para otras personas comprometidas.

Lee también

Amaia se considera parte del colectivo HaPPPyFLOwer, un grupo de mujeres que cuidan especialmente de perros PPP ancianos o enfermos, incluso si nunca llegan a ser adoptados. “Se trata de darles una vida digna hasta el final de sus días”. En su visión, cada perro es una historia a la espera de un gesto humano, por pequeño que sea. Pero también reconoce que este camino le ha transformado. “Al principio me consideraba una persona altruista, por todo ese tiempo y dinero invertido en los animales. Ahora sé que el altruismo no existe, siento que me dan más de lo que yo les doy”.

Entre consultas médicas, viajes en coche con animales, conversaciones con adoptantes y búsquedas de fondos, Amaia ha tejido una red de cuidados que no entiende de premios ni de reconocimiento. A veces, admite, lograr una adopción parece más difícil que ganar una Champions League. Y, sin embargo, continúa. Como si su forma de estar en el mundo pasara necesariamente por acompañar a quienes, como muchos de esos perros, apenas tienen ya quien lo hag

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...