Comprar un coche de segunda mano puede ser una opción atractiva por su precio, pero también conlleva riesgos que no siempre son fáciles de identificar. En España, por cada coche nuevo que se vende, se comercializan dos de segunda mano, lo que pone de manifiesto la enorme rotación de vehículos en este mercado. Pero lo que en ocasiones parece una oportunidad, puede esconderse bajo una capa de defectos ocultos que acaban convirtiendo la compra en una pesadilla económica.
Esto es precisamente lo que les ocurrió a dos hermanos de Valladolid, quienes hace tres años adquirieron un Mercedes ML 280 por 7.400 euros sin saber que el coche presentaba un rosario de averías, según informa Europa Press. Una vez descubiertos los defectos, se dieron cuenta de que la reparación del vehículo se situaba en torno a los 12.000 euros, prácticamente el doble del precio pagado.

Comprobar el estado del coche antes de adquirirlo puede evitarnos sorpresas desagradables al adquirir un vehículo de segunda mano
Cuando los dos hermanos concretaron la operación con el vendedor del coche, se desplazaron a Utrera (Sevilla) para recogerlo y regresar a Valladolid. El vendedor les había asegurado que el coche estaba “en perfecto estado” y que contaba con la ITV y el seguro en regla, algo que resultó ser falso. Sin embargo, poco después de comenzar su viaje de vuelta, los hermanos empezaron a notar los primeros fallos.
Al poco rato de comprar el coche, el Mercedes se paró debido a un fallo en la batería y tuvo que ser arrancado con pinzas
Inicialmente fue una bombilla fundida que sustituyeron en un taller en Santa Justa, donde además se les paró el coche debido a un problema de batería y tuvieron que encenderlo con pinzas. Sin embargo, el trayecto iría todavía a peor cuando antes de llegar a Sevilla empezaron a tener problemas con el cambio automático ya que tan solo entraba la primera marcha.

El coche defectuoso presentó fallos en la batería al poco rato de haber sido adquirido por sus nuevos propietarios
Fue entonces cuando decidieron parar y llamar por teléfono al vendedor para exigirle anular la operación y la devolución del dinero. “Nos dijo que la venta ya estaba hecha y que su establecimiento no era el Pull&Bear”. No hubo marcha atrás y los dos hermanos reiniciaron el trayecto hasta Valladolid sin poder superar en ningún momento los 80 kilómetros por hora y sin saber todavía que viajaban sin la cobertura de seguro, del certificado de la ITV en vigor y ni tan siquiera de la copia del contrato recién firmado.
Debido a problemas con el cambio automático, los dos hermanos tuvieron que ir de Sevilla a Valladolid a 80 km/h
Una vez en Valladolid, los hermanos solicitaron los servicios de una grúa para trasladar el vehículo hasta un taller oficial de Mercedes donde se le hizo una revisión y se tasaron averías por importe de casi 12.000 euros. Según un empleado de Adarsa, el vehículo presentaba problemas en el cuadro eléctrico, el cambio, la suspensión neumática, los amortiguadores, el turbocompresor... Todos ellos, “fallos ostensibles que cualquier profano en la materia habría notado en un viaje por carretera y cuya reparación habría sido muy laboriosa y costosa”.

Los coches que se venden en los mercados oficiales de ocasión suelen estar en buenas condiciones
El error de los hermanos fue no comprobar antes de la compra el estado real del coche, lo que sin duda les hubiera evitado esta pesadilla que ha acabado en los juzgados. De hecho, uno de los consejos más importantes a la hora de comprar un coche de segunda mano es ir acompañado de un entendido en mecánica o, en su defecto, pedir que te dejen examinar el vehículo en un taller de confianza.
El vendedor, por su parte, defendió su inocencia durante el juicio, alegando que el Mercedes, matriculado en 2006, lo había adquirido en una subasta pública el 29 de octubre de 2021. Según su versión, tres o cuatro días después del remate, ya había alcanzado un acuerdo con los hermanos. El acusado insistió en que el vehículo llegó al almacén en transporte público y que, al no haberlo probado, no sabía que el coche no estaba en perfecto estado.