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José Manuel Seda, actor: “Conducir un coche eléctrico es agradable, aunque al principio es un poco desconcertante; sin darte cuenta, alcanzas gran velocidad y te sorprendes con esa sensación de taquicardia”

VIP sobre ruedas

El protagonista de Valle Salvaje, recuerda como era en su viaje a la Unión Soviética: “llevaba rastas y era algo anticapitalista”

El actor José Manuel Seda en la première de 'Toy Boy'

El actor José Manuel Seda en la première de 'Toy Boy'

El actor sevillano José Manuel Seda es uno de los rostros más conocidos de televisión, algo que se ha ganado, no solo por su presencia, sino por su capacidad de hacer que no olvidemos fácilmente a los personajes que interpreta. En la serie Valle Salvaje da vida a José Luis, una de las figuras clave de la producción; fue parte del elenco de la película Fin de Fiesta, dirigida por Elena Manrique; y se metió en la piel del coronel Sagasta en La Casa de Papel, ese personaje frío, firme, que puso a todos a prueba en uno de los momentos más tensos de la serie. Pero más allá de los focos y las cámaras, José Manuel es también un viajero atento, alguien que valora lo que pasa entre punto y punto, y que ve en la movilidad no solo una necesidad, sino también una forma de mirar el mundo. Hoy no hablamos de guiones, sino de carreteras, paisajes y recuerdos.

José Manuel, ¿Recuerdas la sensación del primer día que condujiste solo?

Sí, tenía 18 años y me saqué a la vez el carnet de moto y coche, el A1 y el B, en una época en la que mi idea era presentarme a las oposiciones de policía local en Sevilla. Tras muchas discusiones con mis padres, me dejaron usar su coche, un Renault 4 maravilloso, el "cuatro latas", con el cambio en el salpicadero. Fue mi primera sensación real de independencia y libertad, aunque solo fuera para dar una vuelta por el barrio.

¿Te sigue gustando conducir?

Me encanta. De hecho, si me subo a un coche nuevo, siempre pregunto si me dejan conducirlo. En algunas series o rodajes, cuando tenía confianza con algún conductor, le pedía que me dejara llevarlo porque me fascina.

¿Qué coche tienes?

Tengo un BMW 316 que lo compré a un compañero en 2008, y desde entonces sigue aguantando estupendamente.

José Manuel Seda en la premiere de la última temporada de 'La Casa de Papel'
José Manuel Seda en la premiere de la última temporada de 'La Casa de Papel'Jesus Briones

¿Qué tipo de conductor dirías que eres cuando nadie te ve?

No sé si puedo describirme como un conductor impaciente, pero no me gusta quedarme parado. No voy a gran velocidad, pero en ciudad admito que cambio constantemente de carril; soy bastante dinámico.

¿Qué trayectos se te han quedado grabados más por lo emocional que por el destino?

Siempre he visto mi vida como un viaje, me gusta considerarme un viajero, un explorador de lo desconocido. Antes, durante las giras de teatro, solía llevar mi propio coche en lugar de usar el de la compañía, porque las giras duraban dos o tres meses y prefería salir ir con el mío hacia la siguiente ciudad, disfrutando de lo que me encontraba en el camino. Últimamente, los viajes son más cortos, se va y se vuelve en el fin de semana pero. Uno de los grandes viajes que hice fue a Costa Rica, fui solo y recorrí la costa del Pacífico durante tres semanas conduciendo un Suzuki Jimny que alquilé en San José.

¿El cine ha tenido algo que ver en tu manera de mirar la carretera?

Es verdad que el parabrisas funciona como una pantalla, y yo soy muy curioso. A veces, me cuesta evitar fijar la vista en algo mientras conduzco porque me encanta descubrir todo lo que sucede alrededor, como le pasa a mi hija de 16 meses, que lo observa todo como si fuera la primera vez. A veces, me desvío de la ruta para contemplar lugares increíbles que llaman mi atención.

Cuando conduzco no voy a gran velocidad, pero en ciudad admito que cambio constantemente de carril, soy bastante dinámico”

José Manuel Seda

José Manuel Seda

Actor

José Manuel, a ti que te gusta conducir: ¿Qué piensas de los coches eléctricos?

Son claramente el futuro, y conducirlos me resulta muy agradable, aunque inicialmente la experiencia resulta un poco desconcertante, porque no estás acostumbrado al sonido ni a la respuesta del motor. A principios de año tuve que hacer un viaje, primero a Sevilla y luego a Málaga, y me alquilaron un automóvil eléctrico. Sin darte cuenta, alcanzas gran velocidad y te sorprendes con esa sensación de taquicardia; el coche se desliza con una suavidad que pasa casi inadvertido. De todos modos, estos vehículos llevan transmisión automática, y a mí me sigue gustando más la sensación de manejar un coche con cambio manual.

¿Cuál es la vez que lo has pasado peor en un coche?

Fue en un accidente que sufrí con el primer coche que me compré, un Ford Escort. Iba camino de Sevilla desde Málaga. En una bajada larga, casi llegando a Antequera, adelanté a un tráiler. Uno de los carriles estaba cortado por obras y se formó una pequeña caravana que me obligó a reducir la velocidad. Por el retrovisor vi que el camión venía a mucha velocidad, sin frenar. Lo único que pude hacer fue agarrar el volante fuerte y pisar el freno, sin saber muy bien por qué. El tráiler me embistió y choqué contra el vehículo de delante. Mi Ford quedó hecho un acordeón.

José Manuel Seda, actor
José Manuel Seda, actorCedida

Hay lugares que nos dan paz y nos recargan de energía, ¿existe alguna carretera que te dé eso?

Sí, cuando estaba grabando una serie para Canal Sur en Coín, Málaga, había una zona entre Martín de la Jara y el Río que tenía tramos de carretera que cambiaban mucho según la estación del año. Era un tramo con curvas muy agradable, en el que te sentías más cerca de ti mismo y más lejos de todo lo que dejabas atrás: del mundo, del ruido, de tantas cosas. Conducir por allí, con música y la ventanilla bajada, era una experiencia muy especial; eso no lo sientes en una autovía.

¿Qué lugar te ha impresionado inmediatamente al llegar?

¡Costa Rica! Conducía cada día y parecía que le daba tres vueltas a la isla sin darme cuenta. También estuve un par de semanas en El Hierro, y pude recorrer la isla de arriba abajo. Tiene muchos rincones mágicos, con paisajes que parecen de otro planeta. Hay zonas donde crees estar en la luna, y otras que te transportan a sitios completamente distintos, como si estuvieras en Galicia. Es una isla misteriosa que te atrapa y en la que pasan cosas raras. Viví allí una experiencia extraña que aún no sé explicar.

Conducir por esa carretera con curvas, con música y la ventanilla bajada, era una experiencia muy especial; eso no lo sientes en una autovía”

José Manuel Seda

José Manuel Seda

Actor

¿Qué lugares has vuelto a visitar con el paso del tiempo?

A veces, corremos el peligro de intentar volver a vivir algo que nos hizo felices, pero como decían Les Luthiers, cualquier tiempo pasado fue anterior. Estuve rodando una serie en Barbate, durante casi cuatro meses, y no he dejado de volver desde entonces. Es un lugar con gente extraordinaria, muy fácil para hacer amigos. Conserva esa pureza que todavía lo define, aunque viva también del turismo. Tiene un punto de equilibrio entre lo auténtico y lo que ya empieza a parecerse a una gentrificación suave. Cuando llegas, te sientes más viajero que visitante.

José Manuel, tengo entendido que en verano de 1990, concretamente en el mes de agosto, haces un viaje que significa todavía mucho para ti.

Fue a la Unión Soviética, mi primer viaje y mi primera vez en avión, que fue un Tupolev. Desde pequeño me fascinan los aviones; tenía la enciclopedia completa de la aviación, y mi primera gran pasión fue ser piloto.

¿Por qué decides viajar allí?

Era un viaje organizado por la Junta de Andalucía para mayores de 25 años. Llegamos a Riga, Letonia, y visitamos la zona del Báltico. Nos sorprendió que dijeran que, por la latitud, el agua no era salada. Cerca de Riga conocimos a unos músicos rusos de Leningrado, la actual San Petersburgo, con los que conectamos enseguida. Eran los hippies alternativos de la perestroika, igual que nosotros en versión andaluza. Yo llevaba rastas y era algo anticapitalista. Quedamos con ellos en Leningrado, fuimos hasta allí y cantamos juntos en la plaza del Hermitage. Montamos una buena, sacamos bastante dinero, aunque no me dieron ni un rublo.

El actor José Manuel Seda durante un desplazamiento en tren
El actor José Manuel Seda durante un desplazamiento en trenInstagram / @josemanuelseda

¿Cómo fue llegar a un país tan distinto, con una tradición tan particular?

El ambiente recordaba un poco a la España de los años 80, con esos aires de apertura, de búsqueda de libertad. Fuimos a muchos conciertos organizados en lugares casi clandestinos, donde había que andar con cuidado por si aparecía la policía, aunque ya se notaba cierta relajación. Era un país donde todavía podías subirte al transporte público sin pagar y encontrarte máquinas de refrescos donde ponía “la voluntad”.

En Moscú acababan de abrir los primeros McDonald's y también un Baskin-Robbins de helados. Conocí a una chica en Leningrado que, como gesto de bienvenida, me llevó a comer una hamburguesa de McDonald 's tras hacer tres horas de cola. Le regalé unos Levi's y comprobé cómo muchos allí idealizaban Occidente, creyendo que era un paraíso sin desigualdades.

El país carecía de libertades y oportunidades para los jóvenes. Todo estaba muy controlado por mafias y, en Moscú, si querías comprar vodka, tenías que ir a la central de taxis como si estuvieras buscando droga. Sin embargo, la gente era extraordinaria. 

Me compré una colección de discos increíbles, a 20 pesetas cada uno, todos editados por el Gobierno, pero con artistas de todo el mundo: The Beatles, Stevie Wonder… Una maravilla

Ese viaje supuso el inicio de mi gran aventura como actor, fue el comienzo de un camino que aún sigue, un viaje personal que me permitió perder muchos miedos”

José Manuel Seda

José Manuel Seda

Actor

¿Fue un punto de inflexión para ti?

Fue un punto de partida, un momento vital que tenía que suceder y que marcó un antes y un después en mi vida. Influyó mucho, igual que me pasó con Cuba, porque ciertas utopías se derrumban al enfrentarlas con la realidad humana, que siempre las transforma. Ese viaje supuso el inicio de mi gran aventura como actor; actuar en las calles con gente desconocida me dio la desinhibición necesaria para afrontar las pruebas del Instituto de Teatro. Fue el comienzo de un camino que aún sigue, un viaje personal que me permitió perder muchos miedos

Aparte de los discos, ¿Qué te trajiste de allí? Tanto a nivel personal como profesional.

Me llevé la sensación de que viajar es imprescindible para todos, especialmente para quienes vivimos o hemos nacido en ciudades hermosas que, a veces, nos vuelven un poco obcecados. Sevilla es maravillosa, pero conocer otros lugares abre la mente. Viajar y descubrir nuevas culturas, con apenas unas nociones de inglés, me obligó a encontrar recursos dentro de mí para comunicarme con un ruso. Aunque no compartíamos idioma, hablábamos un inglés rudimentario y aun así logramos entendernos, incluso sin saber exactamente qué estábamos diciendo. Esa capacidad de buscar herramientas para sobrevivir y conectarse es, sin duda, una de las grandes enseñanzas que deja el viajar.

¿Te irías de viaje con el Comandante Sagasta de La Casa de Papel o con José Luís de Valle Salvaje?

No sabría decirte con quién me iría. Quizá con Sagasta, al menos me protegería; no lo veo como un peligro y seguro que me daría buenos consejos para sobrevivir en situaciones complicadas. Pero hablando de viajes y personalidad, está claro que no tenemos nada que ver; convertirse en alguien como él es, sin duda, todo un viaje en sí mismo. 

Por otro lado, José Luis, es un personaje muy interesante e intenso, alguien que es igual y diferente a la vez. Mientras uno sigue unos códigos de honor, él sigue otros que rompe cuando le conviene, mostrando esa hipocresía aristocrática que a veces aparece. Sin embargo, no se puede juzgar a su persona, sino que hay que defenderla para no caer en una parodia o caricatura; es fundamental intentar comprenderlo.

José Manuel Seda hizo un viaje a la Unión Soviética, pasando por San Petersburgo -entonces llamada Leningrado-, que le marcó la vida 
José Manuel Seda hizo un viaje a la Unión Soviética, pasando por San Petersburgo -entonces llamada Leningrado-, que le marcó la vida Getty Images/iStockphoto

Hablabas antes de Costa Rica, ¿cuál ha sido el viaje más solitario que has hecho, y qué aprendiste de esa soledad?

Claro, ese viaje fue muy especial. Hubo días enteros en los que casi no hablaba con nadie más que con quien me servía la comida; apenas había interacción social. Recuerdo que en Playa del Carmen, un sitio donde te sientes bastante seguro, me robaron la bolsa donde llevaba el pasaporte y la cámara. Después me fui a las termas de Tabacón, un lugar súper turístico y carísimo, pero espectacular: al pie del volcán, con ríos de aguas calientes. Luego tuve que volver a San José para que me dieran un salvoconducto en la embajada española, para poder continuar el viaje, algo así como un permiso especial para cruzar las fronteras.

José Manuel, si fueras a rodar una película tuya, ¿sería en el mar o en la montaña?

Es curioso cómo siempre que pienso en lugares para rodar, suelen estar junto al mar. Recuerdo unas ruinas romanas en Polonia, antes de que se masificaran, con el mar de fondo: un contraste visual espectacular.

La gente, la familia, la sociedad, siempre tienen opiniones que te quieren frenar, pero al final es tu camino y tienes que recorrerlo a tu manera”

José Manuel Seda

José Manuel Seda

Actor

¿Ha cambiado tu forma de viajar desde que empezaste como actor?

Por supuesto. Con los años uno va valorando más las comodidades, especialmente cuando cuesta dormir. Necesito que todo a mi alrededor esté tranquilo y silencioso, casi de manera obsesiva. La cama tiene que ser cómoda, la almohada con la medida justa; esas son las pequeñas miserias del insomne. En mi maleta, antes no podía faltar un libro, pero ahora con el iPad llevo toda una biblioteca en un solo dispositivo, lo que facilita mucho las cosas.

Si pudieras viajar al pasado y hablaras con el José Manuel de 8 años, ¿qué te dirías?

“Inténtalo, inténtalo, inténtalo”: es clave. El miedo siempre va a estar, pero aprender a convivir con él y no dejar que te paralice es un consejo muy valioso. La gente, la familia, la sociedad, siempre tienen opiniones que te quieren frenar, pero al final es tu camino y tienes que recorrerlo a tu manera. La imagen de hablarle a un niño pequeño, quizás tu futuro hijo, es muy potente. Esas conversaciones internas que tenemos desde niños, imaginando lo que seremos y lo que queremos transmitir, a veces son las que más nos moldean, aunque luego la vida nos lleve por caminos inesperados.

José Manuel, si pudieras escoger a una persona, esté o no entre nosotros, personaje histórico, de ficción, o de a pie, para compartir un viaje de varios días, ¿quién sería y a dónde iríais?

Mira que soy apóstata, pero diría Jesús de Nazaret.

¿Tu plan para hoy?

Tengo una visita con el médico y seguir descansando.

Hay charlas que se sienten como una carretera comarcal: tranquilas, con curvas suaves y vistas inesperadas. Así se viaja con José Manuel Seda. Lejos del personaje y cerca de la persona, me ha mostrado algo que no suele aparecer en pantalla: su forma de observar el mundo y cada uno de sus detalles incontables, por pequeños que sean. Me quedo con esa persona amable y detallista que es capaz de parar el coche y encontrar la belleza en una curva de carretera, incluso, cuando su plan de rodaje es de lo más exigente.

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