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El nuevo Ford Capri solo conserva el nombre de aquel mítico cupé “canalla”: ahora es un SUV eléctrico con rasgos deportivos

A prueba

La unidad ensayada es la versión de Rango Extendido RWD de 286 CV, que anuncia una autonomía homologada de 598 km o hasta 627 en ciudad

Para la batería de 77 kWh del RWD de rango extendido y 286 CV, la marca afirma poder pasar del 10 al 80% en 26 minutos con corriente continua y a un máximo de 135 kW 

Para la batería de 77 kWh del RWD de rango extendido y 286 CV, la marca afirma poder pasar del 10 al 80% en 26 minutos con corriente continua y a un máximo de 135 kW 

DBC

Ficha técnica

Ford Capri Premium Rango Extendido RWD 286 CV

Motor: Eléctrico 210 kW
Autonomía: 598 km
Potencia máxima: 286 CV
Par motor: 545 Nm
Cambio: Aut. 1 vel.
Tracción: Trasera
Aceleración 0-100 km/h: 6,4 segundos
Velocidad máxima: 180 km/h
Consumo combinado: 14,6 kWh/100 km (WLTP)
Emisiones de CO2: 0 g/km (WLTP)
Etiqueta DGT: CERO
Largo/ancho/alto: 463/187/162 cm
Maletero: 567-1505 litros
Peso: 2.114 kg
Garantía: 3 años km
Precio: 48.089 euros
ford.es

Con frecuencia se apunta a la “falta de personalidad” de muchos vehículos eléctricos; modelos completamente nuevos que aparecen en el mercado y que como crítica algunos esgrimen que carecen de un pasado y de una cierta tradición que sostenga y respalde su futura trayectoria. En definitiva, en ellos a menudo se pone de relieve la necesidad de contar con algún tipo de “gancho” o argumento emocional para “conectar” con el público y sus potenciales nuevos clientes.

Para contrarrestar este fenómeno, muchos fabricantes han optado por “resucitar” modelos históricos, evolucionando y adaptando sus características a los nuevos tiempos. Esta especie de renacimiento comercial se consigue –con mayor o menor éxito y acierto, según los casos–, logrando evocar características o elementos que recuerden al modelo en el que se inspira, o siendo más o menos fieles al diseño original. Hay reinterpretaciones muy conseguidas (como el nuevo Renault 5) pero también otros homenajes menos afortunados, ya sea estilística o conceptualmente.

A igualdad mecánica y de acabado el Capri es unos 1.000 euros más caro que el Explorer, evidenciando un posicionamiento algo más deportivo, y correspondientemente, más exclusivo y aspiracional 
A igualdad mecánica y de acabado el Capri es unos 1.000 euros más caro que el Explorer, evidenciando un posicionamiento algo más deportivo, y correspondientemente, más exclusivo y aspiracional DBC

Ford ya hizo algo parecido con el Mustang Mach-e, su primer SUV eléctrico, al que decidió respaldar con rasgos estéticos del icono por excelencia –con permiso del Ford T– de la firma de Detroit. La legión de seguidores del mítico “muscle car” de los sesenta no vieron con buenos ojos otorgar un nombre tan legendario como el de Mustang a un vehículo que poco (o nada) tenía que ver con el venerado clásico americano. El siguiente SUV eléctrico de Ford adoptó, por lo menos, el apelativo de un todoterreno previo: el Explorer.

El nuevo Ford Capri comparte multitud de elementos y componentes con el Explorer, salvo su apariencia exterior

Y en el caso del nuevo Capri, recuperado recientemente del olvido por la firma del óvalo azul, Ford ha vuelto a generar algo de controversia, ya que una vez más un SUV eléctrico ha sido bautizado como otro recordado deportivo de la marca: el Capri. En defensa de sus responsables, se trata de un SUV eléctrico de estilo cupé, con una carrocería de tipo “fastback” que sí recuerda en su perfil al Capri original de combustión, que estuvo en producción de 1969 a 1986.

Sus formas evocan y apelan claramente a una mayor deportividad frente al concepto de SUV tradicional del Explorer, con el que comparte multitud de elementos y componentes salvo su apariencia exterior. El nuevo Capri presenta unas dimensiones considerables: mide 4,63 metros de longitud, 1,87 de anchura y 1,63 de altura. Es 16,6 centímetros más largo que un Explorer, y casi igual de ancho y alto. Lo cierto es que contemplarlo en persona cambia mucho frente a cualquier imagen, revelando una presencia mucho más rotunda e imponente.

El panel de instrumentación de conducción es digital; la pantalla del sistema de infoentretenimiento tiene 14,6 pulgadas 
El panel de instrumentación de conducción es digital; la pantalla del sistema de infoentretenimiento tiene 14,6 pulgadas DBC

Su configuración cupé tiene como consecuencia añadida a su mayor empaque visual un maletero notablemente más grande: 567 litros ampliables a 1.505 frente a los 470 litros (1.460 l con los asientos abatidos) que ofrece el Explorer. Estos volúmenes sitúan su compartimento de carga como uno de los más capaces de su segmento y lo posicionan –junto con su gran autonomía– como un óptimo candidato entre los SUV eléctricos mejor dotados para realizar viajes.

En el interior, las similitudes con su “hermano” de gama, el Explorer, son también evidentes. El diseño del salpicadero es casi igual salvo elementos como el volante, de formas cuadradas, y otros detalles menores, mientras que el protagonismo indiscutible del habitáculo recae en su enorme pantalla multimedia de 14,6”. Está dispuesta en posición vertical y tiene como particularidad que se puede desplazar para variar su inclinación. Esto permite disponer de un hueco portaobjetos oculto y seguro (My Private Locker) cuyo acceso queda bloqueado al cerrar el coche.

El modelo tope de gama, con tracción integral, tiene una potencia total de 340 CV y alcanza los 592 km de autonomía

En cuanto a la unidad ensayada, correspondía a la versión de Rango Extendido RWD de 286 CV que anuncia una autonomía homologada de 598 km o hasta 627 en ciudad. En la gama existe una variante de acceso de rango estándar y 170 CV también de tracción posterior con una autonomía de 393 km. El modelo tope de gama, con tracción total gracias a sus dos motores eléctricos, con una potencia total de 340 CV, alcanza los 592 km de autonomía. Cada una de las tres versiones mecánicas se ofrece con el acabado base o el acabado Premium, siendo ésta la terminación probada, mucho más equipada.

Al ser un coche eléctrico, el pasajero central no tiene que “sufrir” la presencia del túnel de transmisión 
Al ser un coche eléctrico, el pasajero central no tiene que “sufrir” la presencia del túnel de transmisión DBC

Pese a las cifras oficiales, partimos con el 99% de carga y un rango de uso estimado de 456 km. Al poco rato de circular, y tras desplegar una conducción eficiente y sosegada, la autonomía se amplió hasta los 552 km sin bajar del 99%. Cubiertos un centenar de km, realizado constantes aceleraciones y con un ritmo elevado y sostenido, la energía acumulada descendió al 49% y a la autonomía a 221 km. La parte final del recorrido fue por carreteras de montaña sinuosas y con una considerable exigencia para comprobar sus cualidades dinámicas. El resultado final tras completar 170 km fue una reserva energética del 44%, 191 km restantes y un consumo medio de 23,8 kWh/100 km.

SUV eléctrico de alta intensidad dinámica

El Capri, con sus casi 2.200 kg en orden de marcha, no es un vehículo ligero y, lógicamente, sus inercias se notan, incluso de forma evidente en frenadas “al límite”. Como es evidente su conducción no puede pretenderse que resulte como la de un turismo de menor volumen y altura, sin embargo, sus aptitudes deportivas y sus capacidades dinámicas sorprenden gratamente.

“Digiere” perfectamente las aceleraciones bruscas pese a que toda la potencia de impulso se vuelca en las ruedas traseras. También tolera bien los cambios de peso rápidos, su paso por curva es muy estable y aplomado, la precisión de su dirección es más que óptima y las sensaciones de conducción yendo “al ataque” son muy positivas: agilidad, seguridad, velocidad, consistencia, control y confianza en todo momento. En suma, un desempeño convincente con reacciones satisfactorias, tanto en momentos de elevado estrés para sus componentes como cuando se circula de forma serena, pausada y silenciosa.

El maletero tiene una capacidad de carga de 567 litros ampliables a 1.505 litros 
El maletero tiene una capacidad de carga de 567 litros ampliables a 1.505 litros DBC

No hay duda de que la innata habilidad de los técnicos de Ford a la hora de poner a punto el conjunto chasis-suspensión de sus vehículos (que alcanzaba la excelencia en los turismos con las siglas ST y RS) sigue ahí y se deja ver también en la nueva generación de SUV eléctricos de la marca, incluso siendo automóviles con una arquitectura y una finalidad muy distinta. Una vez más, como casi siempre, los 48.000 euros que marca su tarifa oficial vuelven a ser un elemento, cuando menos, “desincentivador” para dar el salto hacia la electricidad como única solución para movilidad del hogar.

Daniel Balcells Caze

Editores Web LV

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