La explicación científica de por qué nos gustan tanto los bebés de animales

Ciencia y ternura

Las crías de animales despiertan en nosotros una ternura instintiva que tiene raíces evolutivas

Sorprende a su novio por su cumpleaños con un gato bebé y su reacción enternece: “Me estoy riendo y llorando a la vez”

Una atracción que parece irracional ante los bebés de animales tiene una explicación científica

Una atracción que parece irracional ante los bebés de animales tiene una explicación científica

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El caso de Moo Deng, una cría de hipopótamo pigmeo nacida en el zoológico de Khao Kheow en Tailandia, es uno de los muchos ejemplos recientes de cómo los animales bebés conquistan las redes sociales. Pero este fenómeno no se limita a una tendencia pasajera; esta fascinación por las crías de a nimales está profundamente conectado a nuestra biología y evolución.

En el reino animal, los mamíferos se caracterizan por sus cuidados parentales prolongados, a diferencia de otros grupos como los reptiles o peces, que dejan a sus crías a su suerte desde el nacimiento. Y dentro de los mamíferos, los humanos, junto con especies como los elefantes o las orcas, prolongan el cuidado hasta más allá de la infancia. En consecuencia, nuestro cerebro está programado para reconocer y reaccionar ante ciertas características físicas y comportamentales que asociamos con la infancia y la vulnerabilidad. Los seres humanos tienen un vínculo natural hacia sus crías que va más allá de su propio linaje.

Nuestra respuesta instintiva ante el “patrón del bebé”

Hagan lo que hagan nos parecen adorables

Hagan lo que hagan nos parecen adorables

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El concepto de “patrón del bebé” (o baby schema) fue propuesto por el etólogo Konrad Lorenz, y se refiere a una serie de características físicas que despiertan en los adultos una reacción de ternura. Este patrón incluye rasgos como una cabeza desproporcionadamente grande respecto al cuerpo, ojos grandes, mejillas regordetas, y movimientos torpes. Estos atributos son comunes en los bebés humanos y en crías de muchos mamíferos, como los cachorros de perros y gatos, que también parecen irresistibles.

Según estudios en neurociencia, el simple hecho de ver a un animal bebé activa una respuesta en la corteza orbitofrontal, la región del cerebro asociada con el placer y la recompensa. Esta reacción es inmediata, en apenas una fracción de segundo, y es seguida por una respuesta emocional que promueve el cuidado y disminuye la agresividad. Lo que quiere decir que estamos programados para sentir ternura, protección y empatía al ver estos rasgos.

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Esto explica en parte la razón por la cual los vídeos y fotografías de animales bebés suelen hacerse virales. Además, los comportamientos impredecibles de las crías generan en nosotros una mezcla de ternura y humor. Incluso con actos que en otro contexto podrían resultar molestos se perciben como divertidos porque no tienen maldad. Las redes sociales se han convertido en un espacio ideal para la viralización de estos contenidos porque el placer que sentimos al ver algo adorable activa de inmediato el deseo de compartirlo.

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