Francia, Alemania e Italia están incumpliendo de forma grave y sistemática la legislación de la UE en materia de protección de los ecosistemas marinos vulnerables, según una denuncia presentada por cinco organizaciones ambientales ante la Comisión Europea. Las oenegés reclaman que estas infracciones de las normas lleguen al Tribunal de Justicia de la UE. Esta denuncia se extenderá el próximo mes de junio contra España, Dinamarca y Holanda porque, según estas organizaciones, también permiten la pesca de arrastre de fondo en áreas marinas protegidas (AMP) con reconocido valor ecológico.
Esta acción tiene lugar mientras estos países participan en la décima conferencia mundial Our Ocean, que se celebra en Corea del Sur y que reúne a líderes de todo el mundo en torno a la preservación de esa parte fundamental para la vida en el planeta. A lo largo de los años, el encuentro internacional ha contribuido a la creación de AMP en todo el mundo, además de impulsar acuerdos como el Tratado sobre la Alta Mar. Hoy se calcula que hay unas 18.000 de estas AMP en el mundo, un 8% del total del océano, si bien solo entre un 1,5% y un 3%, según la fuente, lo estaría de forma estricta.
Por la pesca de arrastre
El 79% de los fondos marinos costeros de las aguas de la UE están físicamente alterados

La pesca de arrastre afecta a especies que no son de interés pesquero comercial y libera carbono al agua y la atmósfera
La ciencia viene alertando de que una cosa es el designar oficialmente un área para preservarla, especialmente de la sobrepesca y técnicas pesqueras destructivas, y otra que eso sea una realidad. Se estima que hoy el 79% de los fondos marinos costeros de las aguas de la UE están físicamente alterados, sobre todo por la pesca de arrastre de fondo, y que hasta una cuarta parte de la zona costera de la UE podría haber perdido hábitats fundamentales de sus fondos por este motivo.
La denuncia contra Francia, Alemania e Italia por incumplir la legislación vigente en materia de protección de los ecosistemas marinos vulnerables. Ha sido interpuesta por las organizaciones Environmental Justice Foundation (EJF), Blue Marine Foundation, ClientEarth, Défense des Milieux Aquatiques (DMA) y Deutsche Umwelthilfe e.V. Estas entidades recuerdan que la pesca de arrastre de fondo que se practica en las AMP reconocidas como tales devasta los ecosistemas. La técnica consiste en utilizar una red pesada, remolcada por un barco, para arrastrar el fondo marino y capturar especies que viven en el suelo o cerca de él. Según los datos que aportan, es habitual en el 77% de las zonas Natura 2000 de Francia, el 85% de las de Alemania y el 44% de las de Italia, cuando deberían ser refugios seguros para la fauna y la flora. En concreto, en su reclamación se centran en 15 espacios de la red Natura 2000, con pruebas de su práctica.
“Está claro que las AMP son protecciones formales que no se cumplen, ni tampoco se abordan los impactos que se están generando con estas actividades. Ya hay denuncias a nivel nacional por este motivo y ahora queremos que la Comisión actúe con urgencia para que su pacto por el océano sea real y no solo se quede en palabras”, asegura a La Vanguardia Francesco Maletto, abogado en ClientEarth.
La idea esa ampliar la demanda ante la Comisión Europea en junio con los casos de España, Dinamarca y Holanda
Entre las zonas más vulnerables, destacan el frágil ecosistema del Mar de Wadden, una parte del Mar del Norte compartida por Alemania, Dinamarca y Países Bajos. “Si bien las autoridades alemanas han confirmado que allí esta pesca de arrastre es dañina, no se ha hecho nada para frenarla”, explica Svane Bender, de la alemana Deutsche Umwelthilfe. Y lo mismo estaría pasando en Francia: “Aquí la ley de protección está en vigor desde 1992 pero el 90% de los hábitats y especies marinos protegidos siguen estando en mal estado”, asegura Philippe Garcia, presidente de Défense des Milieux Aquatiques. Y Italia, desde donde Giulia Bernardi, de BMF, destaca los daños que causa esa pérdida de biodiversidad a los pescadores artesanales de su país.
Las pruebas que presentan las organizaciones incluyen datos como que entre 2020 y 2024 sólo en Alemania se registraron hasta 32.800 horas anuales de pesca de arrastre de fondo en áreas protegidas, mientras que en Italia hubo hasta 11.923 horas y 9.016 en Francia. Grecia, de momento, es el único país de la UE que el año pasado aprobó prohibir totalmente esta técnica pesquera en sus AMP, medida que entrará en vigor a partir de 2026. Desde ahora, la Comisión Europea tiene un plazo de un año para responder a las oenegés y puede decidir iniciar un procedimiento de infracción contra estos tres países o archivarla. “La idea esa ampliar la demanda ante la Comisión Europea en junio con los casos de España, Dinamarca y Holanda”, adelanta Michael Sealey, de la organización Oceana.
A nivel nacional, este paso se suma a una acción legal previa de EJF y DMA contra el gobierno francés por el mismo motivo, que fue interpuesta en febrero de 2025, así como a otras similares de ClientEarth en Alemania y en Países Bajos.
En España, zonas protegidas del Golfo de Cádiz y el Cantábrico, en el punto de mira

Pesca de arrastre en el Cantábrico
En el caso de España, en octubre pasado Oceana y ClientEarth ya presentaron dos recursos contencioso-administrativos contra el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de España con la acusación de otorgar permisos de pesca de arrastre de fondo en cinco zonas protegidas del Cantábrico, el Golfo de Cádiz y el Mediterráneo. El siguiente paso, informa Sealey, es presentar en unas semanas la demanda judicial ante la Audiencia Nacional para continuar el procedimiento judicial.
Numerosos trabajos científicos alertan de la necesidad urgente de coordinar esfuerzos a escala mundial para preservar la biodiversidad marina. En el encuentro de ciencia y música Starmus Festival, que acaba de finalizar en La Palma, éste ha sido uno de los temas que ha estado presente, con prestigiosas investigadoras. Preguntada por este asunto, la especialista mundial en arrecifes y corales Nancy Knwolton, titular de la cátedra Sant de Ciencias Marinas del Instituto Smithsonian, señalaba que “es un peligroso hándicap que las reservas marinas sean parques de papel, porque se aprueban y luego no se evita su destrucción, algo que ocurre en Europa, pero también en todo el mundo”. Por su parte, Jane Lubchenco, oceanógrafa que dirigió la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EEUU (NOAA, por sus siglas en inglés) ha recordado en Starmus que 3.000 millones de personas dependen de la pesca y que sobreexplotarla generará una crisis a las generaciones futuras. “La ciencia ha demostrado que crear áreas marinas protegidas no solo nos permite recuperar la vida en esos lugares, sino también que ésta se derrame por otras áreas. Para ello deben ser totalmente preservadas, solo así serán parte de la solución para tener un océano sano y también eficaz en la lucha contra el cambio climático”.
Por otro lado, estos días en Busan, la capital de Corea del Sur, se espera que haya consenso para movilizar los recursos financieros que se precisan para proteger nuevas áreas con biodiversidad marina, con el objetivo puesto en alcanzar el 30% del total protegido en 2030. En esta conferencia se publicará un primer informe de evaluación de los conseguido hasta ahora. Our Ocean reúne a un millar de líderes globales de diversos sectores, incluidos jefes de estado y representantes de alto nivel de más de 100 países, asi como miembros de más de 400 organizaciones internacionales. Desde la primera celebrada, en 2014, se han anunciado más de 2.600 compromisos oficiales en defensa del océano. Al menos, en el papel.