Catalunya cerrará 13 de sus 25 vertederos de residuos municipales en funcionamiento para el 2035. En estos diez años, la previsión es mantener en servicio las cuatro incineradoras de desechos urbanos repartidas por el territorio, aunque se ampliará moderadamente su capacidad total de tratamiento.
Estas son dos de las previsiones destacadas del plan territorial de infraestructuras de tratamiento de residuos que promueve el Govern, y en el que se prevé un importante relanzamiento de los equipamientos destinados a fomentar la recuperación de la materia orgánica y a favorecer el reciclado de materiales.
La misión del plan es acatar los objetivos europeos sobre gestión de residuos municipales, lo cual comporta la obligación de elevar la tasa de reciclado hasta el 65% en el 2035.
El cierre de los 13 vertederos municipales es consecuencia de la necesidad de cumplir las normativas europeas, que obligan a que en 2035 solo puede ser depositado en vertedero un máximo del 10% de la basura municipal.
La previsión es que se cierren los vertederos más pequeños o los que tienen una fecha más cercana al final de su período de vida. La medida afecta a los vertederos de Berga, Beuda, Banyoles, Solius, l’Espluga de Francolí, La Granadella, Les Borges Blanques, Balaguer, Cervera, Tarragona, Lloret y Castellnou de Seana.
No obstante, no se descarta que estos dos últimos puedan tener una prórroga temporal, aunque en cualquier caso deberán cerrar sus puertas en 2035.
La prioridad deber ser el reciclado
El cierre de estos depósitos es fruto de la necesidad de dar prioridad al reciclado y al aprovechamiento de materiales teniendo en cuenta que los vertederos son la última y menos recomendable solución en la jerarquía de prioridades que marcan las directivas europeas.
En la decisión del Govern incide también la voluntad de reducir las emisiones de metano procedentes de estos depósitos controlados, donde se generan grandes cantidades de este potente gas de efecto invernadero.
El 5% de los gases invernadero inventariados en Catalunya proceden de los residuos (en general) y de esa cantidad el 75% lo emiten a la atmósfera los vertederos, según el comité de expertos en cambio climático que asegura el Govern en su propuesta de presupuestos de carbono para el período 2021-2035.
Ahora el vertedero es el destino final de más de 1,3 millones de toneladas de residuos municipales (31,7% en 2023); y en 10 años estos depósitos controlados solo podrán recibir un máximo de 350.000 toneladas (10%) para estar en sintonía con las exigencias comunitarias.
Elevar la tasa de reciclado 25 puntos en diez años
El plan prevé mantener en servicio las cuatro incineradoras de residuos municipales actualmente en servicio (Sant Adrià de Besòs, Mataró, Tarragona y Girona), aunque con un incremento moderado de su capacidad de tratamiento total (de unas 120.000 toneladas adicionales al año, hasta sumar 850.000 toneladas anuales), si bien no se prevé que se amplíe en el caso de la de Sant Adrià.
En total, el aprovechamiento energético (en incineradoras) supondrá, como máximo, el 25% del total de residuos municipales tratados en 2035 (ahora es un 19%), una cifra muy inferior a la de otros países europeos, arguyen los redactores del plan territorial.
La previsión es construir dos nuevas plantas para tratar la materia orgánica y siete para la fracción resto
Por todo ello, no queda más remedio que dar un impulso a la recogida selectiva de la fracción orgánica y de otros materiales no recogidos ahora separadamente en sentido estricto (contenedor gris).
Aquí el reto es tremendo, pues se parte de un incumplimiento los objetivos europeos. Actualmente, se recicla el 40,3% de los desechos urbanos; y se tenía que llegar a una tasa del 50% en el 2020, según preveía la ley estatal.
El salto ahora será, pues, mucho más difícil, ya que los nuevos objetivos elevan las metas europeas al 55% en 2025, al 60% en 2030 y al 65% en 2035.
Con este fin, se propone mejorar o ampliar 25 instalaciones de residuos orgánicos (restos de cocina y asimilados) destinadas a reaprovechar esta materia orgánica procedente de la recogida selectiva (para producir compost o utilizar el biogás generados en los procesos de fermentación).
Y, además se quiere construir dos nuevas instalaciones de este tipo (Girona y Ecoparc 3, en Barcelona), todo lo cual permitirá incrementar la capacidad de tratamient en este tipo de instalaciones para pasar de 450.000 toneladas al año a unas 750.00 toneladas.

'Deixalleria' municipal
La previsión es construir dos nuevas plantas para tratar la materia orgánica y siete para la fracción resto
Asimsmo, está previsto promover la construcción de siete nuevas plantas de tratamiento (mecánico y biológico) de la fracción resto para reaprovechar los materiales diversos procedentes del contenedor gris que ahora no tienen una recogida específica en sentido estricto, y que se sumarán a las 13 instalaciones de este tipo ya existentes.
El incremento en la recogida selectiva, que está llevando a cabo el mundo local, supondrá también importantes “tanto en la cantidad como en la composición de los residuos contenidos en la fracción resto”, lo que obligará a replantearse algunos procesos mecánicos en las plantas existentes”.
El plan no recoge, en cambio, objetivos de recuperación para otras fracciones, como envases, textil, vidrio o latas, pues el Govern alega que son ya plenamente responsabilidad de los sistemas de responsabilidad ampliada del productor y que son, por tanto, los fabricantes los que se encargan de financiar esas recogidas separadas,
Una oportunidad para los objetos de segunda mano
Una de las novedades destacadas del plan territorial de residuos es la previsión de impulsar unos 500 centros de recursos en los municipios: instalaciones donde poder librar objetos y materiales que pueden ser reutilizados y alargar así su vida útil en un intercambio ciudadano.
Entre los objetos que podría tener una segunda oportunidad están libros, muebles, material deportivo o juguetes, así como pequeños electrodomésticos o materiales informáticos. Estos centros podrían ir acompañados de servicios de apoyo para la reutilización y la restauración (con formación, divulgación...) en distintas áreas para desarrollar la reparación.
Centros de transferencia
Por otra parte, el cierre de 13 vertederos obligará a crear una red de centros de transferencia para agrupar los desechos municipales recogidos y trasladarlos a equipamientos más centralizados, a fin de compartir las infraestructuras, pues se trata de “optimizar los recursos para el tratamiento, tanto desde el punto de vista económico como ambiental”, dicen los redactores del plan, quienes reconocen la necesidad “de disponer de instalaciones cercanas a los lugares de generación”
El documento (que se somete hoy a consulta pública) prevé diversas vías de financiación, entre ellas los Presupuestos de la Generalitat, aportaciones de los fondos europeos, ingresos del canon que se pagan por la entrada de residuos en vertedero y la participación del sector privado.