Turquía acogerá la cumbre del clima de 2026 y Australia presidirá las negociaciones

Acuerdo

El pacto entre los dos países, que competían por acoger la conferencia del año próximo, supone una decepción para las islas del Pacífico, pues esperaban que si ganaba Camberra serían el centro de atención 

Murat Kurum, Turkey's Minister of Environment, Urbanization and Climate Change, speaks during the plenary session of the COP30 UN Climate Change Conference in Belem, Para state, Brazil, on November 18, 2025. (Photo by Pablo PORCIUNCULA / AFP)

Murat Kurum, ministro de Medio Ambiente, Urbanización y Cambio Climático de Turquía, interviene durante la sesión plenaria de la COP30, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que se celebrada en Belém (Pará, Brasil)

AFP

Turquía será la sede de la próxima conferencia mundial sobre cambio de Naciones Unidas una vez que el gobierno australiano haya desistido de presentar su candidatura para celebrar este encuentro anual en Adelaida, a pesar de haber invertido en una campaña de más de tres años.

Sin embargo, se espera que el ministro australiano de Cambio Climático, Chris Bowen, lidere las negociaciones climáticas en la cumbre, que tendrá lugar en la ciudad turística mediterránea de Antalya, en Turquía, en noviembre de 2026, en virtud de un acuerdo de compromiso para resolver la disputa entre ambos países.

El acuerdo se negoció en reuniones entre Bowen y el ministro turco de Cambio Climático, Murat Kurum, durante la conferencia COP30 en la ciudad brasileña de Belém. Los detalles aún se estaban ultimando el miércoles por la noche, hora local, antes del anuncio previsto para el jueves.

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Encuentro previo en una isla del Pacífico

Bowen declaró a la prensa que el acuerdo podría incluir un evento previo a la COP31 en una isla del Pacífico, que serviría para recaudar recursos para nutrir un fondo de resiliencia del Pacífico; Turquía asumiría la presidencia de la COP como país anfitrión, y Australia sería designada “presidente para las negociaciones”.

Según los observadores, en la práctica, esto podría significar que Turquía actuaría como gestora de la conferencia, incluyendo la mayor feria mundial de tecnología verde, mientras que Australia capitanearía las conversaciones sobre cómo combatir la crisis climática.

Bowen afirmó que este resultado podría favorecer los intereses del Pacífico y de Australia, y fortalecer el multilateralismo, que se está viendo amenazado. A las naciones del Pacífico se les había prometido que, si la candidatura de Australia tuviera éxito, serían coanfitrionas y que se prestaría especial atención a la amenaza que la crisis climática representa para su supervivencia.

17 November 2025, Brazil, Belem: People take part in a march by Indigenous communities under the slogan

Marcha la semana pasada en Belém

Bruno Peres/Agencia Brazil/dpa / Europa Press

Salvaguardar el multilateralismo

“Obviamente, sería fantástico que Australia pudiera tenerlo todo, pero no podemos tenerlo todo”, concluyó Bowen. “Este proceso se basa en el consenso. Y consenso significa que, si alguien se opusiera a nuestra propuesta, el asunto se remitiría a la sede de la ONU para el clima en Bonn. Eso implicaría doce meses de falta de liderazgo. Eso sería irresponsable para el multilateralismo y para este entorno tan vulnerable. Y no queríamos que eso sucediera. Por lo tanto, era importante llegar a un acuerdo con Turquía”.

El pacto supuso una profunda decepción para los activistas climáticos e inversores de la industria limpia que habían hecho campaña para que la conferencia se celebrara en Australia desde que el Partido Laborista anunció la candidatura en 2021, estando aun en la oposición. Los líderes del Pacífico también expresaron su frustración. El ministro de Asuntos Exteriores de Papúa Nueva Guinea, Justin Tkatchenko, declaró estar “completamente descontento con el resultado”.

Turquía se negaba a retirars de la carrera

Sin embargo, algunos observadores veteranos de las negociaciones climáticas afirmaron que el resultado —de haber funcionado— podría haber sido el mejor posible esta semana, dado que Turquía se había negado a retirarse. Australia contaba con un sólido apoyo internacional para albergar la que habría sido la primera COP en el Pacífico y solo la sexta de las 30 en el hemisferio sur.

El primer ministro australiano, Anthony Albanese, había dado señales de un cambio en su discurso sobre la organización de la mayor reunión climática del mundo en una rueda de prensa celebrada en Perth el martes, cuando declaró que su gobierno no bloquearía la candidatura de Turquía si resultaba elegida.

Algunos observadores veteranos de las negociaciones climáticas interpretaron las declaraciones de Albanese como un intento de socavar la postura de Australia. La candidatura de Australia y el Pacífico dejó a Bowen la tarea de resolver los detalles. Señalaron que Albanese no había asistido a ninguna conferencia climática desde que adquirió el cargo de primer ministro.

Su intervención del martes se produjo apenas unas horas después de que Bowen declarara en un evento público y una entrevista con los medios en la COP30 que Australia estaba “decidida a ganar” en la COP31.

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El presidente Tayyip Erdogan saluda al primer ministro australiano, Anthony Albanese

Ajeng Dinar Ulfiana / Reuters

En caso de empate la alternativa era Bonn

Según las normas de la ONU, la COP31 se habría celebrado por defecto en la sede de la ONU para el clima en Bonn, en Alemania, si el conflicto entre Turquía y Australia no se hubiera resuelto esta semana. Sin embargo, Alemania no deseaba ser la sede de las negociaciones, que atraen a decenas de miles de delegados y se celebran paralelamente a la mayor feria mundial de la industria verde.

Los australianos argumentaron que contaban con el apoyo declarado de al menos 24 de los 28 miembros del grupo de países de Europa Occidental y otros. No obstante, afirmaron que un estancamiento sin precedentes, que obligaba a celebrar el evento en Bonn, podría haber minado la confianza en las negociaciones y que era necesario mediar para evitarlo.

Fuentes del gobierno australiano han expresado su frustración con la opacidad del proceso de toma de decisiones de la ONU y la falta de un mecanismo de resolución. La prensa australiana ha informado sobre la oposición dentro del gobierno a la candidatura, incluyendo la afirmación de que la organización de la COP31 podría costar a los contribuyentes más de mil millones de dólares australianos.

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Satisfacción oficial de Australia

El jueves, Albanese declaró que se trataba de un resultado excepcional para Australia tras semanas de negociaciones. “Turquía será la sede de la conferencia, pero Australia, al ostentar la presidencia de la COP para las negociaciones, estará en una posición muy fuerte y, algunos podrían argumentar, en la más fuerte posible”, afirmó.

El primer ministro de Australia Meridional, Peter Malinauskas, quien había apoyado firmemente la celebración de la COP31 en Adelaida, la capital del estado, expresó su decepción y atribuyó la derrota a las deficiencias del proceso de la ONU para determinar la sede.

“Comprendo la postura del primer ministro”, declaró. “Ha adoptado una posición para intentar sortear el proceso, francamente obsceno, que existe a nivel internacional”.

Attendees sit under a globe in a lobby at the side events pavilions at the COP30 U.N. Climate Summit, Tuesday, Nov. 11, 2025, in Belem, Brazil. (AP Photo/Fernando Llano)

Sala central de la conferencia de Belém

Fernando Llano / Ap-LaPresse

Decepción de la industria australiana

El Consejo de Energía Inteligente, que representa a las empresas australianas de energías limpias, manifestó su “profunda decepción” con el resultado e instó al gobierno australiano a organizar su propia feria comercial verde de gran envergadura. El director ejecutivo del consejo, John Grimes, acusó al gobierno turco de secuestrar las negociaciones climáticas de la ONU.

“Es una vergüenza para Turquía y el proceso que hayan podido obstaculizar el apoyo abrumador del Pacífico y otros países a una COP31 en el Pacífico”, concluyó.

Denise Cauchi, directora ejecutiva de Climate Action Network Australia, afirmó que Australia debe garantizar que la COP31 beneficie a las comunidades del Pacífico y a las australianas.

“Esto incluye respaldar las demandas históricas del Pacífico, como la eliminación gradual, justa y equitativa de los combustibles fósiles, el cumplimiento de las obligaciones legales de Australia para prevenir los daños climáticos y el compromiso con una financiación climática” justa.

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