Sergio Vicente, científico: “No llueve menos que antes; lo que pasa es que la atmósfera tiene más sed”

Calentamiento global

Una nueva investigación cambia el foco sobre las causas de la intensificación de las sequías en todo el mundo. El único investigador español que ha participado desvela a ‘La Vanguardia’ las claves del estudio

Sergio Vicente, científico y miembro del Laboratorio de Clima y Servicios Climáticos del CSIC

Sergio Vicente, científico y miembro del Laboratorio de Clima y Servicios Climáticos del CSIC

cedidas

Este semana, el Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S) ha informado que mayo de 2025 ha sido el segundo mayo más cálido a nivel mundial desde que hay registros, con una temperatura media del aire en superficie de 15,79 °C, 0,53 °C superior a la media de mayo de 1991-2020. También ha confirmado una “primavera excepcionalmente seca” en el noroeste de Europa. En Reino Unido, por ejemplo, la escasez de agua ya ha provocado la pérdida de muchas cosechas.

Para el científico español Sergio Vicente, del Instituto Pirenaico de Ecología, miembro del Laboratorio de Clima y Servicios Climáticos del CSIC e e integrante del Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático de la ONU (IPCC), ambos datos están relacionados y “retroalimentados”: un planeta más caliente genera una atmósfera “más sedienta” -aumento de la demanda evaporativa-, que, a su vez, provoca sequías más severas.

A medida que el planeta se calienta, la demanda evaporativa atmosférica aumenta y provoca sequías más graves, incluso en regiones húmedas

Sergio VicenteCientífico
Vista del pantano de Riudecanyes, a 4 de mayo de 2023, en Tarragona, Catalunya (España). La comunidad de regantes del pantano de Riudecanyes, en Tarragona, temen que con el contexto actual de extrema sequía no podrán utilizar el agua del embalse para regar este verano. El pantano de Riudecanyes se encuentra en el 8,87% de su capacidad, mientras que la del embalse de Siurana, desde el que se traspasa agua cada año, es del 7,76%.

Vista del pantano de Riudecanyes en Tarragona, en mayo de 2023,  

Laia Solanellas - EP

Esta es una de las principales conclusiones de un trabajo internacional publicado en el último número de la revista Nature, del que Vicente, una referencia a nivel mundial en el ámbito de las ciencias de la atmósfera, es coautor. La investigación revela que la demanda evaporativa, es decir, la capacidad de la atmósfera para absorber agua en forma de vapor, ha agravado en un 40% las sequías en las últimas décadas en todo el planeta.

Vicente explica que el agravamiento de las sequías en respuesta a los procesos de cambio climático es un tema de “muchísimo interés” en la comunidad científica internacional. Tanto por los impactos ecosistémicos, como por los sociales y económicos, con una agricultura global que depende de suelos húmedos. Hasta ahora, la lupa estaba puesta en explicar las sequías por el déficit de precipitaciones.

Sin embargo, el investigador del CSIC aclara que hay “muy pocas zonas del mundo donde se pueda ver una tendencia significativa en los cambios en las precipitaciones”. “Se habla mucho de la merma de lluvias en el Mediterráneo, pero meses atrás publicamos una investigación, también en la revista Nature, que demuestra que la cantidad de lluvia no ha cambiado de forma significativa”, revela.

Lee también

¿Cómo se explica entonces que las sequías sean cada vez más intensas? Por una atmósfera “cada vez más sedienta”, afirma este científico. “A medida que el planeta se calienta a causa del cambio climático, la demanda evaporativa atmosférica aumenta y provoca sequías más graves, incluso en regiones húmedas”, detalla.

El incremento de la demanda atmosférica genera una pérdida de agua en las masas de aguas superficiales, en embalses, ríos y lagunas. Esto provoca un “mayor estrés en la vegetación natural y en los cultivos”. “Digamos que las mayores temperaturas lo que hacen es que nuestra atmósfera demande una mayor cantidad de agua. Y si esa agua está disponible, pues se evapora, lo que hace que tengamos menos recursos”, insiste Vicente sobre esta tesis.

Otro de los resultados de la investigación es que la superficie de tierras sometida a sequías más graves ha aumentado un 74% en los últimos cinco años por este fenómeno. En 2022, año récord en el que el 30% de la superficie terrestre mundial estuvo afectada por sequías moderadas y extremas, la mitad de este porcentaje se explica por la “sed atmosférica”. A nivel regional, en los últimos cinco años, las áreas afectadas por sequías aumentaron un 119% en Australia, un 163% en el sur de Sudamérica y un 141% en el oeste de Estados Unidos en comparación con la media entre 1981 y 2017.

“Muchas de las zonas afectadas ya están teniendo dificultades para hacer frente a sequías severas Aunque costó años conseguir que este estudio alcanzara su máximo potencial, valió la pena, porque las conclusiones son muy impactantes”, agrega otro de los autores, Solomon H. Gebrechorkos, de la Universidad de Oxford.

Un hallazgo clave para gestionar riesgos

Atmósfera terrestre

La superficie de tierras sometida a sequías más graves ha aumentado un 74% en los últimos cinco años

EARTH SCIENCE AND REMOTE SENSING UNIT / Europa Press

Tanto para Vicente como para Gebrechorkos, la investigación demuestra que incluir la demanda evaporativa en el monitoreo de sequías, en lugar de depender únicamente de los datos sobre precipitaciones, “es clave” para gestionar mejor los riesgos para la agricultura, los recursos hídricos, la energía y la salud pública.

Y si bien no existe una forma directa de medir “cuán sedienta está la atmósfera a lo largo del tiempo”, es un hecho que la demanda evaporativa aumentará si la Tierra se sigue calentando, con los consiguientes “impactos ecológicos y económicos”.

En los episodios de sequía, profundiza Vicente, “la vegetación entra en una situación de estrés porque no tiene la capacidad de suplir el agua que la atmósfera le pide”. “En algunos casos, esto puede llevar a situaciones de embolismo vegetal, de muerte de esa vegetación. También a situaciones en las cuales las plantas tienen que cerrar los estomas para no perder la poca agua que tienen”, describe. Y agrega: “Si cierran las estomas, no fotosintetizan, no fijan carbono y no producen frutos, la última de sus prioridades”.

Las “retroalimentaciones climáticas” -un círculo vicioso de impactos- forman parte de este fenómeno, debido a que la demanda de agua por parte de la atmósfera está determinada por la temperatura. “Si esta demanda de agua deseca el suelo, ese suelo va a estar más caliente, porque no va a poder refrescar por evaporación. Y al estar más caliente va a emitir una mayor cantidad de calor sensible a la atmósfera. Y al emitir una mayor cantidad de calor sensible todavía va a incrementar más la demanda atmosférica”, enumera Vicente.

Etiquetas
Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...