La biodiversidad subterránea constituye buena parte de la variedad de especies animales y vegetales de la Tierra y, sin embargo, permanece invisible para la mayoría. De hecho, un estudio publicado en ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’ revela que bajo tierra se concentra un 59% de la biodiversidad del planeta. En este entorno se producen toda clase de recursos naturales de los que depende el resto de seres vivos, incluyendo los humanos. Y supone el hogar de especies que resultan claves para mantener y proteger los ecosistemas terrestres, como es el caso de los hongos micorrícicos. Se trata de un grupo de organismos que forman redes a través de las que establecen asociaciones simbióticas con las plantas. Así lo explica el equipo de profesionales de la Society For The Protection Of Underground Networks (SPUN), una organización encargada de la investigación de los hongos micorrícicos, los diferentes tipos que existen y su importancia para salvaguardar los ecosistemas.
La principal función de los hongos micorrícicos tiene que ver con ayudar a esas plantas, con las que mantienen una conexión, a absorber agua y nutrientes del suelo, como el fósforo y el nitrógeno. Un papel que se ve recompensado por el carbono que les proporcionan estas a cambio. Esta asociación simbiótica ha representado una de las claves de la vida en la Tierra durante más de 475 millones de años, señalan desde SPUN. Y uno de los espacios naturales donde más sobresale su labor es en los desiertos. A través de investigaciones al respecto, se ha analizado el rol de los hongos micorrícicos en entornos áridos. Los científicos de SPUN, Justin Stewart y Jinsu Elhance, estudiaron los desiertos de Chihuaha y Sonora, al suroeste de Estados Unidos. En ellos se descubrió que estos hongos ayudan a las plantas del desierto, entre las que destaca el cactus saguaro gigante, ayudan a las plantas del desierto a sobrevivir. Una labor que resulta aún más esencial a causa de los efectos del cambio climático y las temperaturas extremas.
¿Por qué son tan importantes para el ecosistema los hongos micorrícicos?
Los hongos micorrícicos suponen un soporte clave para el crecimiento, desarrollo y bienestar de las plantas en todo el mundo. No solo aportan nutrientes y agua, sino que protegen a estas especies frente a patógenos. Los datos de SPUN apuntan a que entre el 80-90% de las especies vegetales forman esta simbiosis con los hongos micorrícicos. Unos organismos fundamentales para mantener la biodiversidad y para el medio ambiente, dado que el aumento de las asociaciones se traduce en una reducción del 90% de los niveles atmosféricos de CO2. Su presencia ayuda a estabilizar los ecosistemas, almacenar carbono y favorecer el enriquecimiento del suelo.
No obstante, los hongos micorrícicos se enfrentan a numerosas amenazas en la actualidad, cuyas consecuencias afectarían a los ecosistemas que sustentan. Una de ellas es la destrucción del hábitat, que provoca la pérdida de especies vegetales, sin las que no pueden sobrevivir. La expansión agrícola y el uso de productos químicos, como fungicidas y pesticidas, representa otro de los mayores peligros. Al igual que las temperaturas extremas, las sequías y las inundaciones.