Expertos defienden el uso de hongos micorrícicos para frenar cambio climático

CYL-CAMBIO CLIMÁTICO

Palencia, 12 dic (EFE).- La plantación de árboles micorrizados con ciertos hongos puede resultar clave para la restauración ambiental y la mitigación de los efectos negativos del cambio climático, según estudios de la Universidad de Valladolid (UVa) y el Instituto Universitario de Gestión Forestal Sostenible de Palencia

Ambos señalan la existencia de "superhongos" simbiontes que son especialmente resistentes a las condiciones climáticas extremas y ayudan a los árboles a desarrollarse aún en situaciones dramáticas, por lo que constituyen un extraordinario sumidero de carbono.

Según ha explicado a EFE el director de la Cátedra de Micología (UVa), Juan Andrés Oria, los hongos micorrícicos "ultrarresistentes" ayudan al árbol a conseguir todos sus nutrientes y sobre todo el agua que está oculta entre los resquicios de las rocas, gracias a sus redes de micelio que además protegen de la desecación y suministran antibióticos y complejas sustancias químicas que impiden el decaimiento y la muerte de las plantas.

Dentro de estos hongos existe una especie con aspecto de trufa (Pisolithus tinctorius) que ayuda a numerosas especies de árboles y arbustos como robles, encinas, alcornoques, pinos, castaños, tilos, eucaliptos, estepas, jaras o gayubas a desarrollarse en pésimas zonas adaptándose a las nuevas situaciones climáticas de condiciones desfavorables.

Además los miembros de la Cátedra de Micología, en colaboración con empresas punteras de Biotecnología como la palentina IDForest, han descubierto alguna variedad o cepa de este hongo simbionte "de excepcional calidad y portentosa efectividad", ha asegurado Oria.

Este investigador ha afirmado que las encinas y robles, que suelen crecer despacio, al asociarse con estas variedades del hongo llegan a desarrollarse "con vigor e inusual rapidez incluso en años extremadamente secos".

Estas conclusiones son fruto de las investigaciones que se realizan desde hace años en la Cátedra de Micología y, según ha precisado Oria, ya en 1985 descubrieron en los desiertos de Almería ciertas variedades de hongos "superesistentes" que ayudaban a los árboles a sobrevivir y desarrollarse.

Al respecto los expertos advierten que utilizando este tipo de "superhongos" sobrevivirían muchas repoblaciones de árboles que fracasan debido a la sequía y el calor.

"La siembra y plantación de árboles inoculados con este hongo pionero apenas sufren en las temporadas posteriores", ha afirmado Juan Andrés Oria de Rueda, insistiendo en que el Pisolithus defiende a las plántulas de la sequía e impulsa su crecimiento, ayudando a fijar grandes cantidades de carbono de la atmósfera, clave en la mitigación del cambio climático.

"De esta manera eficiente se pueden combatir con éxito las nuevas condiciones desfavorables", ha añadido.

Pero además esta "supertrufa" es valiosa gastronómicamente y tiene propiedades medicinales gracias al peróxido de ergosterol que contiene y que sirve para evitar las alergias.

Además, como indica su propio nombre científico, tinctorius, sirve para conseguir tintes naturales en los tejidos por lo que resulta una alternativa ecológica y ambiental a los tintes químicos industriales. EFE

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