Corea del Sur se sitúa en la zona más meridional de la dividida península coreana, con la capital de Seúl próxima a la frontera con el Norte. Mientras que Busan, su segunda ciudad más importante, y que cuenta con el principal puerto marítimo del país, se ubica al sur, muy cerca de las islas niponas. A lo largo y ancho del territorio surcoreano se puede observar cierta homogeneidad en cuanto a la cultura y las tradiciones locales, influidas eso sí por el folclore, las religiones y la erudición de países y civilizaciones de su entorno.
Sin embargo, la Isla de Jeju es una excepción, el punto más al sur del país, aproximadamente a unos 300 kilómetros de Busan. De origen volcánico, con un idioma reconocido por la UNESCO y espacios naturales merecedores de haber sido declarados Patrimonio de la Humanidad. El pueblo de Jeju se muestra orgulloso de su historia, su identidad y su naturaleza, y cómo es de imaginar, está fuertemente ligado al mar y a los seres vivos que en este habitan.
La iniciativa busca declarar a los delfines como ‘persona jurídica ecológica’
Los habitantes de la isla de Jeju tienen un alto nivel de concienciación ecológica
De este compromiso surge una iniciativa emprendida por un grupo de activistas, y apoyada por los residentes de la isla de Jeju, que consiste en brindarles derechos legales a los delfines que habitan en sus aguas. Se trata de la especie de delfín mular del Indo-Pacífico, a veces también llamado delfín de nariz u hocico de botella, que solo se encuentra en algunos puntos de los océanos Índico y Pacífico. Conviene no confundirlos con los delfines mulares comunes, cuya presencia se extiende por los mares de todo el planeta, y que son más grandes y corpulentos. Diversos medios de comunicación nacionales y locales se han hecho eco de este proyecto, que fue presentado en una ceremonia en el Museo Haenyeo de Gujwa-eup, en la propia ciudad de Jeju, capital de la provincia.
Los delfines mulares del Indo-Pacífico se encuentran en peligro de extinción, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Así lo corroboran múltiples estudios. Para protegerlos, el grupo de activistas de la Isla de Jeju, compuesto por aproximadamente 140 personas, buscan otorgarles a estos animales un estatus legal que asegure su protección, lo que los igualaría a los humanos en cuanto a derechos, según informan los medios locales.
Esta medida pretende defender a los 120 delfines que viven en las costas de Jeju, así como emprender iniciativas enfocadas en promover una coexistencia armoniosa entre la naturaleza y las personas. Por ejemplo, por medio de actividades como la limpieza de los mares, la concienciación sobre un turismo sostenible y ecológico y campañas para la reducción de plásticos.


